En Muey, a los hornos de barro solo se los encienden para el pan del Día de Difuntos
En esta parroquia de Salinas hay hasta 60 de estas estructuras tradicionales
Amasando la harina a pulso hasta dejar lista la masa y luego distribuirla en pequeños fragmentos para darle forma al pan, Stalin Lino, morador de Muey, jurisdicción del cantón Salinas (provincia de Santa Elena), demostró cómo captó los conocimientos entregados por sus instructores sobre cómo elaborar panes.
A Lino le tocó encender el horno de barro, con trozos de leña seca. En pocos minutos el interior del horno se volvió rojizo, entonces hizo a un lado las brasas y anunció que estaba listo para la colocación de las latas que contenían las masas. “El pan hecho todo a mano y cocinado en horno de barro es más sabroso”, dice sonriente Isabel Flores, una de las mujeres que es parte del grupo de 20 familias de Muey que reciben capacitaciones para elaborar pan con técnicas ancestrales.
El educador Sócrates Merejildo Lainez estima que su natal Muey es el lugar de la península en donde más hornos de barro para cocer el pan existen e inclusive la cantidad supera a los que se tiene en la población de Cadeate.
LA TRADICIÓN DE HORNEAR A LEÑA
Lo aseverado por Merejildo Lainez se basa en una investigación que realizó en 2018 con el objetivo de revalorizar la ancestralidad de Muey.
“Para sorpresa de todos encontramos 60 hornos de barro que se los prende con leña como ocurría en los tiempos de antaño”, dice.
A diferencia de Cadeate, en donde la elaboración de los panes es a diario, en Muey la mayoría de sus artesanos solo prepara panes en el Día de los Difuntos, es decir que por lo general los hornos entran en actividad una o dos veces al año.
Para que la actividad de hacer panes en Muey sea de manera permanente, sin perder la esencia cultural, la Prefectura de Santa Elena en coordinación con el gobierno parroquial inició el programa de capacitación con técnicas de antaño. Todo lo que aprenden a elaborar los moradores de Muey es de manera manual y el pan se cocina en horno de barro encendido con leña. “Les estamos entregando los secretos de los abuelos para hacer panes, el sabor es similar como lo fue en el siglo pasado”, comenta el panificador Jorge Tubay, uno de los instructores.
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