La mujer que creó en el mar una tradición de fe ante la inseguridad
La procesión náutica de Puerto Bolívar es una de tradición que convoca a miles de devotos. Inició hace 29 años
En la parroquia de Puerto Bolívar (Machala, provincia de El Oro), la devoción a la Virgen de El Cisne ha trascendido más allá de los rezos para pedir por el alto a la violencia. Lo que comenzó como una plegaria de protección en tiempos de matanzas a los pescadores, se convirtió en una de las tradiciones religiosas más visitadas en la provincia. Esta es la historia de cómo tres mujeres, lideradas por Luz María de la Cruz Rosales, promovieron una procesión náutica que, según los habitantes de comunidad, hizo que las matanzas calmen en los años 90.
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Leer másEra 1995 y la inseguridad en altamar había alcanzado niveles que preocupaban a los porteños. Decenas de pescadores artesanales eran asaltados por piratas que no solo les robaban sus pertenencias y embarcaciones, sino que, en muchos casos, les arrebataban la vida.
Los cuerpos de los pescadores asesinados eran arrojados al fondo del mar, atados a sus propios anclas, para que nunca más fueran encontrados.
La violencia era tan extrema que el terror se apoderó de Puerto Bolívar, una parroquia de poco más de 60 mil habitantes, donde prácticamente todas las familias dependían de la pesca y del banano.
Luz María, entonces de 57 años, y sus amigas Victoria Cruz y Felicitas Reto (+), compartían esta preocupación. Sus hijos y esposos, como los de muchos otros vecinos, arriesgaban la vida cada vez que salían a trabajar en el mar. Fue entonces cuando Luz María, junto con sus compañeras, tuvo una idea que jamás pensaron que se convertiría en una tradición en Puerto Bolívar: realizar una procesión náutica en honor a la Virgen de El Cisne, pidiendo protección para los pescadores.
TODO COMENZÓ HACE 29 AÑOS
Fue así que el 15 de agosto de 1995, el barrio Venecia del Mar se llenó de color, con sus calles y embarcaciones decoradas. En un pequeño bote prestado por Arturo Cruz, Luz María y sus amigas embarcaron a la imagen de la Virgen. Con ellas, otras 20 embarcaciones, cada una con alrededor de 10 personas, participarán en la primera procesión náutica en altamar. Los cánticos y rezos eran para ‘La Churonita’, como cariñosamente la llaman.
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Leer másLa devoción era palpable. “En la desesperación de buscar alguna forma de proteger a nuestros familiares y vecinos, se nos ocurrió hacer esta procesión en honor a la Virgen. Y después de la primera, milagrosamente, comenzó a disminuir los ataques”, recuerda doña Luz, quien ahora bordea los 87 años.
Para ella y muchos otros, no cabe duda de que la Virgen ha intervenido, protegiendo a sus seres queridos de los peligros en el mar.
A medida que pasaron los años, lo que empezó como un acto de fe de tres amigas se convirtió en un evento anual que congrega a miles de personas. Hoy, casi 30 años después, la procesión náutica en honor a la Virgen de El Cisne es un acontecimiento de gran importancia para Puerto Bolívar.
Personas de todas partes del Ecuador, desde Cuenca hasta Morona Santiago y Loja, llegaban a la parroquia para participar en este evento, atraídos por la devoción y la promesa de protección.
LA SALUD LE IMPIDE ESTAR
El evento, que dura unas cinco horas, comienza con una misa en la capilla de la parroquia. Después, la imagen de la Virgen es sacada sobre hombros y llevada en procesión hasta el muelle, acompañada de música y danzas tradicionales. Este año, sin embargo, la celebración fue un poco más modesta debido a la creciente violencia en la zona.
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Leer másIncluso Luz María, quien solía ser una figura central en la organización, no pudo participar por problemas de salud. A pesar de esto, la tradición continúa.
Aunque la procesión ha cambiado con los años y ya intervienen las autoridades para armar un plan de contingencia. Hoy, la Asociación 15 de Agosto y el Comité Pro Festejos de la Virgen de El Cisne se encargan de la organización y financiamiento del evento, asegurándose de que cada detalle esté en su lugar. “Es un legado que hemos dejado para nuestras familias”, dice Luz María con orgullo. “Un legado religioso que espero se mantenga”.
A pesar que la violencia disminuyó en los años de 1995 hasta antes de la pandemia, hoy por hoy Puerto Bolívar es una de las parroquias más violentas de El Oro. Este año, la participación fue menor debido a la creciente inseguridad en la parroquia, donde ahora los feligreses también rezan para que cesen las matanzas en tierra firme.
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