El mural que pone a debatir a Riobamba: ¿modernidad o tradición?

El histórico muro del excomplejo ferroviario de Riobamba enfrenta a las autoridades municipales y a colectivos ciudadanos en un debate sobre su preservación o demolición para un nuevo proyecto urbano.

El muro que se ubica en el lugar ha generado un intenso debate entre el Cabildo y los ciudadanos. Por un lado, el Municipio defiende que esta estructura, con más de 100 años de antigüedad, es un bien patrimonial que no puede ser derrocado.

(Te puede interesar: Riobamba: Exigen medidas cautelares contra nueva organización administrativa)

Esta semana, EXPRESO tuvo acceso a la infraestructura. Fernanda Lucano, miembro del equipo de restauración de la nueva obra, explicó que el muro conserva entre el 50 y el 80 por ciento de su estado original, lo que lo hace merecedor de un proceso de restauración. “En su construcción se utilizaron materiales tradicionales como cal, barro, tierra, paja, mucílago de nopal (tuna) y agua”, expresó.

Sin embargo, otros colectivos defienden un proyecto adjudicado por la anterior alcaldía que propone la construcción de una plaza bicentenaria en el sitio. En este proyecto -que incluía la construcción de una plaza abierta y hasta de un ascensor- fue el ganador de un concurso público, pero posteriormente fue dado de baja. Esto ha sido motivo de discordia, ya que implica la demolición del muro.

El alcalde John Vinueza Salinas ha insistido en la importancia de preservarlo, argumentando que es un testimonio histórico, por lo que ha decidido dar de baja el proyecto anterior y rehacer un nuevo diseño.

¿Dónde está ubicado el muro y cuál es su valor histórico?

El muro, ubicado en las calles 10 de Agosto y 5 de Junio, rodea la sede del Club de Exferroviarios y tiene 70 centímetros de ancho y cuatro metros de alto. La historiadora Doménica Soria, basándose en investigaciones del historiador Franklin Cepeda, señaló que la sede del Club de Exferroviarios se encuentra en la primera manzana del reasentamiento de los riobambeños que migraron desde Colta a la nueva Riobamba, en 1799.

En este contexto, el Cabildo defiende que la estructura no solo representa un vestigio arquitectónico, sino también un recordatorio de las transformaciones sociales y económicas que ha vivido Riobamba a lo largo de los siglos. Su preservación, argumenta, es esencial para comprender y valorar el pasado de la ciudad.

Por otro lado, los defensores de la demolición del muro, como el colectivo Riobamba Futuro, defienden que la construcción de la plaza bicentenaria traería beneficios significativos.

Según María Fernanda López, portavoz del colectivo, el nuevo espacio público fomentaría la cohesión social y ofrecería un lugar moderno y accesible para eventos culturales y recreativos. “El proyecto incluye áreas verdes y espacios para el esparcimiento, lo que mejoraría la calidad de vida de los habitantes”, explicó.

Además, aseguran que el muro no es patrimonial por su composición, esto fue descartado, ya que según los restauradores, los intentos anteriores de preservación realizados de manera antitécnica incluyeron el uso de ladrillos, cemento, barro, mallas para revestir y pintura sobre el mural con hechos históricos. Esto impidió que los materiales originales, especialmente la piedra, “respiraran”, lo que en lugar de proteger, contribuyó a su deterioro.

De acuerdo con un trazado elaborado por Luis Pastor, entre 1911 y 2012, el muro estaba integrado en lo que podría haber sido el perímetro de la ciudad. Fotografías históricas, como la de la construcción del edificio de la Sociedad Bancaria en 1923 (hoy edificio del Correo), ya muestran la presencia del muro.

La pintura del mural, que representa sucesos relacionados con el reasentamiento de la ciudad, fue plasmado entre los años 2000 y 2002, pero está completamente deteriorado.

A pesar de las controversias y debates, la obra de la plaza Bicentenaria se está ejecutando con modificaciones que respetan las directrices de la actual administración. Vinueza Salinas ha asegurado que se mantendrán elementos claves del muro histórico, integrándolos en el nuevo diseño urbano.

Esta decisión busca equilibrar la modernización de la ciudad con la preservación de su patrimonio cultural, ofreciendo un espacio que honre el pasado mientras se adapta a las necesidades contemporáneas de la comunidad.

¿Quieres seguir leyendo noticias sobre Riobamba? ¡SUSCRÍBETE A EXPRESO!