Los negocios, afectados por los cortes de luz sin planificación

En las angostas aceras de las calles céntricas de Cuenca los generadores de electricidad ocupan gran parte de ellas. Su ruido además llena el espacio y se ha vuelto parte de la cotidianidad, como pasa también en ciudades como Guayaquil y Quito. En un recorrido realizado por EXPRESO, se pudo constatar cómo el día a día de los comerciantes ha cambiado.

Lo primero que hacen es sacar los motores, alistar las conexiones y encenderlos para iluminar sus locales. Estos generadores son más comunes de ver en grandes tiendas, por ejemplo, de electrodomésticos o joyerías, pero a los pequeños comercios les ha tocado improvisar con artículos como focos autónomos; a otros no les queda más que conformarse con la oscuridad.

Tras una semana de cortes energéticos los representantes de los sectores productivos analizan la situación y hacen algunas exigencias al Estado.

Henry Astudillo, presidente de la Cámara de Construcción, explicó que al término de la primera semana de cortes aún el gremio no puede cuantificar las pérdidas económicas reales “debido a que los cronogramas de desconexión no se cumplen”. “Los empresarios han dicho que cada hora de desconexión cuesta unos 12 millones de dólares y en el sector de la construcción estimó que la pérdida bordea los 720.000 dólares”, puntualizó.

El agremiado reseñó que el sector venía de un año “bastante complicado” y que en el segundo semestre de este 2024 se registró un repunte de la actividad, lo que permitió “hacer proyecciones de crecimiento”. Astudillo explicó que de extenderse los cortes hasta el último trimestre del año se impactará a la mejor época del año marcada por las festividades de octubre, noviembre y diciembre.

“Hay que entender que en el sector comercial, por ejemplo, en este último trimestre representa al menos el 60 % de sus ventas anuales”, explicó.

Juan Pablo Vanegas, presidente de la Cámara de Turismo del Azuay, apuntó que los cortes de energía impactan directamente en el sector al que representa, ya que la mayoría de actividades dependen de la energía. “El turismo es delicado y genera molestias entre los visitantes. Cuenca no vive solo de la industria, sino también del turismo”.

Para el representante, “las pérdidas han sido bastante altas ya que ha habido cancelación de reservas. En cuanto al tema de visitas vamos a ver que bajará de a poco”, señaló.

Galo Salamea, presidente de la Cámara de Comercio de Cuenca, lamentó la situación por la que atraviesa el país por la crisis energética que depende en gran parte de la hidroelectricidad y apuntó que “las pérdidas aún son incuantificables”.

Para el sector productivo de la ciudad, los cortes de energía no solamente implican parar las actividades, sino que se incurren en gastos no planificados al tener que activar sistemas de autogeneración. Y en esto coincide Astudillo al reseñar que la autogeneración de electricidad puede triplicar el costo del kilovatio de energía; es decir, que con el generador “le cuesta al sector de la construcción 27 centavos”.

“A esto se debe sumar el costo del combustible que se utiliza para activar el generador”, añadió. Los agremiados coinciden en un llamado al Estado a que las próximas semanas se anuncie un cronograma si es posible para todo el mes de octubre y que además se lo cumpla estrictamente. “Contar con esta información de forma anticipada nos permitirá distribuir las horas de trabajo y las actividades durante el día. Así podremos maximizar nuestros recursos”, señaló el presidente de la Cámara de Comercio de Cuenca.

Astudillo además hizo un llamado al Gobierno a encaminarse hacia recuperar el parque térmico con proyectos que permitan dejar de depender en más de un 75 por ciento de la hidroelectricidad.

“Seguiremos dependiendo de las lluvias y del cambio climático mientras no podamos cambiar esta matriz energética”, señaló. Es así que el país debe dar el siguiente paso para encontrar nuevos sistemas de generación eléctrica como el eólico, fotovoltaico, geotérmico, entre otros.

En este mismo contexto, Salamea apuntó a que la solución a mediano y largo plazo tiene que ver con abrir el diálogo entre el Estado y el sector privado para “generar cambios legales de tal suerte que exista la posibilidad de que el sector privado pueda ingresar al negocio de generación de energía”.

Para el agremiado esta posibilidad se basa en el desfase que existe entre la capacidad anual de generación eléctrica que tiene el Estado y la demanda que aumenta. “En los dos últimos años el desfase se ubicó en 1.000 megavatios. Entonces el sector privado puede invertir en el sector para suplir esta necesidad”.

Antonio Goncalves, ministro de Energía y Minas, informó durante una visita realizada a la central hidroeléctrica de Mazar que en el país cada año crece la demanda de energía eléctrica en unos 500 megavatios originados por factores como el cambio climático en la región Costa, la industria camaronera que ingresa a la red y que todavía tiene un déficit de 1.600 megavatios. “Ecuador es un 72 % de energía hidráulica, nosotros dependemos de la lluvia. La generación eólica y la renovable todavía no representan ni el dos por ciento de nuestra matriz”, explicó.

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