El olvido de El Calvario causa estragos durante el invierno
Este barrio de Loja sufre de vías de tierra, alcantarillas sin cuidado y daños en el alumbrado público
A tan solo 15 minutos del centro de Loja, en el barrio El Calvario, la realidad dista mucho de ser esperanzadora. Este sector, habitado por aproximadamente 200 familias, enfrenta necesidades urgentes de alcantarillado, vialidad y alumbrado público. En invierno, las lluvias convierten las calles en lodazales intransitables, mientras que en verano, la polvareda afecta gravemente la salud de sus moradores.
Franco Samaniego, residente de este barrio, relata que el colapso del alcantarillado ha transformado su vida en una pesadilla. “Cada vez que llueve, las aguas servidas se desbordan, inundando mi casa y dejando un olor insoportable. Esto ha causado problemas gástricos y respiratorios en mi familia”, explicó, visiblemente afectado por estos males.
Problemas de salud
A pesar de los múltiples reclamos realizados al Cabildo de esta ciudad, las respuestas no llegan. Samaniego señala que él y sus vecinos se han visto obligados a destapar manualmente las alcantarillas para, de alguna forma, aliviar el desbordamiento constante de agua durante el invierno, a pesar de que esta acción los expone a varios riesgos sanitarios.
El presidente del barrio, Nelson Quispe, también alzó su voz para denunciar la falta de atención al problema. Según explicó, el colapso del sistema de aguas servidas comenzó hace cinco años, tras la construcción del barrio vecino Los Pinos, cuyos desagües se conectaron al sistema de El Calvario, provocando su sobrecarga. “Hemos entregado oficios y peticiones a la alcaldía, pero hasta ahora no hay solución. Mientras tanto, seguimos viviendo entre pestilencias y enfermedades”, lamentó.
Los problemas de vialidad tampoco se quedan atrás. Las calles de tierra, que se convierten en trampas de lodo durante las lluvias, han sido motivo de constantes quejas. Aunque la municipalidad anunció que iniciaría estudios para la construcción de veredas y bordillos, aún no hay presupuesto asignado para el asfaltado. Este retraso impacta directamente en la calidad de vida de los habitantes, quienes enfrentan problemas respiratorios debido al polvo constante.
El barrio El Calvario es el claro ejemplo de cómo un sector urbano puede ser relegado al olvido. Sus moradores, cansados de promesas incumplidas, exigen atención inmediata por parte de las autoridades municipales. Mientras tanto, continúan enfrentando un calvario diario, entre desbordamientos de aguas servidas, calles intransitables y problemas de salud que podrían evitarse con acciones concretas.
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