Francisco Valencia (der)
Francisco Valencia (der) es un celador del instrumento como la marimba en Quinindé, Esmeraldas.Luis Cheme / Expreso

Pancho, un guardián de la marimba en Quinindé

Con este instrumento, él refleja la riqueza cultural de su pueblo

En Quinindé, un pequeño pueblo de la provincia de Esmeraldas, resuena un nombre que evoca la esencia misma de la cultura afroecuatoriana: ‘Pancho Marimba’.

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Francisco Valencia Arroyo, conocido cariñosamente como ‘Pancho’, nació en una familia esmeraldeña que le inculcó desde pequeño el amor por la música y las tradiciones de su tierra. Su vida es un viaje sonoro que comienza a los cinco años, cuando sus manos pequeñas ya acariciaban las teclas de la marimba, un instrumento que, para él, es más que un simple objeto: es un vínculo con su identidad, su historia y su comunidad.

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‘Pancho Marimba’ es un hombre de estatura media, con una presencia que irradia calidez y energía. Su vestimenta, típicamente colorida y llena de vida, refleja la riqueza cultural de su herencia. Suele llevar camisas de algodón con patrones vibrantes y pantalones cómodos que le permiten moverse con la agilidad que requiere el baile. Sus manos, fuertes y callosas, son las mismas que han tocado la marimba durante décadas.

Cada vez que se para frente a este instrumento, sus dedos parecen danzar sobre las teclas, produciendo melodías que cuentan historias de alegría y resistencia.

“La marimba es como comerse un encocado... sabrosa”, dice ‘Pancho Marimba’ con una sonrisa que ilumina su rostro. Esta comparación no es casual; la música que emana de la marimba tiene el poder de nutrir el alma, de evocar recuerdos y de unir a las personas en una celebración colectiva.

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'Pancho Marimba', com es conocido Francisco Valencia,  es un ícono de la cultura afroesmeraldeña, promueve las tradiciones en Quinindé.Luis Cheme / Expreso

Cuando toca, no solo se escucha la música; se siente una vibración que recorre el aire, llenando el espacio de un espíritu alegre que invita a todos a unirse al baile.

UN PROMOTOR CULTURAL COMPROMETIDO

Desde 2007, Pancho Marimba ha dedicado su vida a la promoción de la cultura afroecuatoriana. Como maestro cultural, ofrece clases gratuitas de baile y música a jóvenes y adultos, asegurándose de que las tradiciones no se pierdan.

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 “La música que realizamos los afroecuatorianos es alegre, te involucras y te eriza la piel”, explica con pasión. Sus alumnos no solo aprenden a tocar la marimba; aprenden a llevar dentro de sí la herencia de sus antepasados.

Como director del grupo folclórico Mi Bamba, que fundó para llevar la música esmeraldeña a diferentes rincones del país y más allá, Pancho ha viajado a Colombia y otros países, llevando consigo el legado de su tierra. “Cada vez que toco, siento que estoy representando a mi gente, a nuestra historia”, añade, mientras sus ojos brillan con orgullo.

Marimba Quinindé
La marimba tiene el poder de nutrir el alma, de evocar recuerdos y de unir a las personas en una celebración colectiva.Luis Cheme / Expreso

Para los habitantes de la costa esmeraldeña, la marimba es más que un instrumento, es un símbolo de identidad. Fernando Ortiz, gestor cultural de Esmeraldas, destaca que “lo que suena, se canta y se baila tiene un sello de identidad”.

La marimba, el guasá y el cununo son solo algunas de las herramientas que permiten a la comunidad afroecuatoriana expresarse y mantener vivas sus tradiciones.

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n La historia de Pancho Marimba es un testimonio del poder de la música para unir y sanar. Desde su infancia en el grupo folclórico Torbellino hasta su papel como líder en Mi Bamba, ha sido un faro de luz en la preservación de las tradiciones afroesmeraldeñas.

 “He heredado parte del folclore esmeraldeño y no he parado de transmitirlo”, dice con humildad, consciente de que su labor es vital para las futuras generaciones. Él busca que este arte no se mantenga.

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