El pandero, un antiguo habitante de Tanicuchi
Históricamente el hombre del tambor era quien citaba al pueblo. El sonido del pando era sinónimo de una noticia importante
El sonido provocado por el golpeteo del tambor, más conocido en Tanicuchi como el pando, era antiguamente uno de los medios de comunicación para llamar a la gente a la plaza central y dar a conocer cosas importantes. Según información emitida por la Junta Parroquial de Tanicuchi, en 1520 fue fundada por un grupo de frailes que llegó a ese asentamiento y el 10 de agosto cumplen con el aniversario de su fundación española. Su nombre fundacional es San Lorenzo de Tanicuchi.
Edwin Escobar, quien representa al pandero, dijo que es importante preservar las tradiciones. Recordó que en tiempos antiguos, cuando no existían medios de comunicación, se utilizaba el tambor para llamar a la gente a reunirse y escuchar las novedades de la parroquia. A pesar de la modernización y la proliferación de redes sociales, la comunidad de Tanicuchi se esfuerza por mantener viva esta tradición, valorando su identidad y herencia cultural.
Durante las festividades que se desarrollan en la actualidad, es con el cambio de mando, que se vive una verdadera fiesta en las calles y finaliza con una corrida de toros.
El cambio de mando en Tanicuchi es considerado un acto cultural de gran importancia en las fiestas locales. En esta ceremonia, el prioste toma en sus manos el guion de mando, simbolizando la responsabilidad y el respeto, y asume un firme compromiso de llevar con dignidad el festejo a su tierra natal, combinando siempre el aspecto religioso con el cultural.
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Estas fiestas se realizan desde tiempos inmemoriales en Tanicuchi. Ramiro Vargas, presidente de la Cooperativa de buses Tanicuchi y prioste de esta edición, con 59 años de edad, recordó que desde su infancia, Tanicuchi siempre se había caracterizado por sus fiestas taurinas, una tradición profundamente arraigada en la zona, impulsada por la ganadería que se desarrolla en los páramos del Chalupas, detrás del Cotopaxi.
Anteriormente, las celebraciones se realizaban en la Plaza Grande, pero en la actualidad se llevaban a cabo en la monumental San Lorenzo de Tanicuchi.
A pesar de los cambios y la modernización, la comunidad se esfuerza por mantener sus tradiciones taurinas, gastronómicas y culturales. Sin embargo, la influencia de las nuevas generaciones y la modernización tecnológica hacen que algunas tradiciones decaigan. Las fiestas están dedicadas a San Lorenzo, considerado el patrono más antiguo de Tanicuchi. San Lorenzo fue un mártir que entregó su vida por los más necesitados y su devoción se mantiene viva en la comunidad.
La elección de los priostes se realiza a través de un proceso religioso en el que participan las autoridades parroquiales y el comité de fiestas, presidido por el párroco. El objetivo es seleccionar a las mejores personas para desempeñar esta responsabilidad, uniendo a la comunidad que se había dispersado debido a la situación económica y a la pandemia. Sin embargo, se está retomando la unidad y la hermandad que siempre caracterizó al pueblo de Tanicuchi.
