Santa Elena promueve sus danzas ancestrales
El festival muestra los ritos que practicaban los ancestros de la región
Las danzas en honor a los Amantes de Sumpa, Venus de Valdivia, San Biritute, El Jaguar y La Iguana son algunas de las manifestaciones culturales más representativas que se promueven en la provincia de Santa Elena. Estas expresiones buscan rescatar la riqueza ancestral de la península, fortaleciendo la identidad cultural de sus habitantes.
Félix Lavayen, director de la Casa de la Cultura, explica que, según investigaciones realizadas, estos ritos eran practicados por los antiguos pobladores peninsulares en momentos especiales para rendir culto a sus dioses. "Estas ceremonias tenían un significado profundo y conectaban a los habitantes con la naturaleza y sus creencias espirituales", indica Lavayen.
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Con el propósito de preservar estas tradiciones, desde hace tres años, la Casa de la Cultura ha implementado talleres, charlas y conferencias sobre las danzas ancestrales. La iniciativa busca que los grupos de danza folclórica de la región las incluyan en sus presentaciones, manteniendo así viva una parte esencial de su historia.
El festival Santa Elena de los Guancavilcas, que se celebra cada agosto, nació precisamente con este propósito. En sus tres ediciones, ha logrado captar el interés de jóvenes y adultos, quienes se suman con entusiasmo a las actividades, mostrando un renovado compromiso con sus raíces culturales.
Lavayen dijo que los preparativos para la edición 2025 ya han comenzado, con el objetivo de ampliar la participación. "Estamos planificando visitas a diferentes comunidades para dialogar con los habitantes y resaltar la importancia de conservar los ritos ancestrales que nuestros antepasados practicaban", señala.
RESCATAR LAS RAÍCES DE ANTAÑO
Además, se están desarrollando melodías autóctonas para acompañar los rituales, en colaboración con el músico Schubert Ganchoso. "Hemos logrado componer varias piezas que reflejan la esencia de nuestra cultura y que enriquecerán las presentaciones del festival", añadió el director.
El escritor e investigador de los pueblos de Santa Elena, Luis Bajaña, destacó que muchas de las danzas ancestrales imitaban a los animales que habitaban en las montañas.
En la cordillera Chongón-Colonche, por ejemplo, se realizaba una danza dedicada al jaguar, el felino más emblemático de la región. "Incluso hoy, en los campos de Colonche, se sigue hablando del tigrillo, como llaman al jaguar. Existen historias fascinantes de comuneros que aseguran haber visto a este majestuoso animal", relató Bajaña.
Con el éxito creciente del festival, se están estableciendo contactos con entidades culturales nacionales e internacionales para promocionar las danzas fuera de la península.
La Casa de la Cultura también prevé realizar exhibiciones en ciudades como Guayaquil y Quito, mostrando la riqueza de las tradiciones peninsulares a un público más amplio.
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