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Pedido. Nazareno espera que se dé mayor promoción a la tradición oral e historia local, además de la poesía que ofrece esta provincia.Luis Cheme

El poeta de Muisne que cultiva versos ancestrales

Linver Nazareno ha dedicado tres décadas a inmortalizar la poesía de Esmeraldas. Usa su entorno como su principal inspiración

En el corazón del cantón Muisne, donde las olas acarician la costa y los manglares susurran historias de antaño, se alza la voz poética de Linver Nazareno. Este cultivador de la décima ancestral ha dedicado treinta de sus cincuenta años a inmortalizar la rica cultura y tradiciones de su tierra natal, la provincia de Esmeraldas, conocida cariñosamente como la Provincia Verde.

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Desde niño, Nazareno se sintió cautivado por el ritmo y la rima de las décimas, influenciado por su tío Eloy Castillo, quien le transmitió el amor por esta expresión artística. Con frases llenas de humor y sabiduría, Castillo dejó una huella imborrable en el joven Linver, quien pronto se convertiría en guardián de esta tradición.

“Mi tío Eloy vivía en Zapote, una comunidad perteneciente a la parroquia San Gregorio del cantón Muisne, y cada viernes bajaba hasta Muisne a vender sus artesanías que hacía de madera y a comprar los víveres. Mi tío era bueno para la rima, el verso, el argumento. Desde que entraba a la casa ya venía diciendo alguna cosa, en las horas de la comida siempre escuchábamos sus versos”, recuerda Linver.

Y en las noches, Castillo le relataba cuentos y cuando se acordaba de alguna décima comenzaba a recitar. No tenía su pierna izquierda, pero aun así tocaba marimba y todos los instrumentos tradicionales.

OpiniónPara Nazareno, absorber culturas foráneas desconecta a los jóvenes de su herencia, que él busca preservar con la poesía.

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Desde los ritmos vibrantes de la iglesia hasta los arrullos del barrio San Pedro, la música ha sido el latido del corazón de Muisne, una isla donde la tradición oral y la poesía se entrelazan con la vida cotidiana. Aquí, Linver Nazareno encontró su pasión y su propósito, convirtiéndose en el guardián de un legado cultural invaluable.

Antes de cumplir los 15 años, Nazareno ya era parte integral del grupo juvenil de su parroquia, aprendiendo a tocar el bombo y cantando al ritmo de las animadas misas. Su talento pronto lo llevó a los arrullos del barrio, donde, a pesar de las regañadas maternas, floreció su habilidad con el bombo y el cununo bajo la tutela de un maestro traído de Esmeraldas.

Con la guía del maestro Juan García, Nazareno se sumergió en las profundidades de la tradición oral, escribiendo décimas que capturan la esencia de Muisne. Más que un músico, se convirtió en un portavoz de su cultura, llevando la responsabilidad de transmitir la rica historia y las tradiciones de su gente a las futuras generaciones.

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Figura. Linver Nazareno se inició desde joven en el arte y el rescate de los valores, por inspiración de un familiar. Luis Cheme

Consciente de la riqueza cultural que representan las décimas, Nazareno se embarcó en la misión de mantener viva esta práctica. Su compromiso lo llevó a profundizar en la escritura poética, buscando preservar la esencia de las décimas que han resonado en Muisne por generaciones.

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La naturaleza de Esmeraldas, con su exuberante biodiversidad, ha sido una fuente de inspiración constante para Nazareno. A los 22 años, participó en un taller de tradición que le permitió seguir explorando el conocimiento ancestral y producir décimas que reflejan el paisaje natural de su tierra.

Con su contextura delgada y su característica y frondosa cabellera afro, Nazareno es la personificación de un legado que se remonta a tiempos inmemoriales, un eco del Bambero Mayor, Juan García, cuyos escritos son pilares del patrimonio cultural esmeraldeño.

Las playas doradas, los manglares enigmáticos, la pesca artesanal y la vida cotidiana de su gente son las musas que dan forma a sus décimas. Cada línea es un tributo a la tierra que lo vio nacer.

Nazareno no solo honra su herencia afrodescendiente a través de sus ropas tradicionales, sino que también se adentra en la historia de sus ancestros, conociendo y reviviendo sus raíces africanas con orgullo.

Su obra literaria abarca más de 200 décimas de cuentos en verso y relatos históricos. El maestro Jalisco González, un poeta renombrado de la provincia, fue también su mentor, enseñándole los intrincados caminos de la poesía y la décima.

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“Ser portavoz de nuestra cultura tiene una gran responsabilidad y un enorme significado. Este encargo tiene que ver con el futuro de las generaciones venideras. Si los portavoces callan, ¿quién podrá hablar del pasado con los que vienen?”, reflexiona Nazareno.

Sin embargo, el fenómeno de la aculturación “amenaza con silenciar las voces de la tradición”, advierte el poeta y músico. La absorción de culturas extranjeras ha dejado a muchos jóvenes desconectados de su herencia.

La falta de estructuras educativas que promuevan la tradición oral y la historia local es un obstáculo que Nazareno y su comunidad buscan superar, para asegurar que todos conozcan sus raíces y puedan forjar su futuro con conocimiento y orgullo.

Linver Nazareno es más que un artista. Es un guardián de la memoria colectiva, que teje la historia de su gente en cada verso, preservando la identidad de Muisne para las futuras generaciones. Es una figura emblemática en la promoción de la décima.

Su legado es un recordatorio vibrante de que la poesía oral es una herramienta poderosa para transmitir historia, valores y patrimonio cultural. En cada verso que compone, Nazareno registra la identidad de Muisne, asegurando que su voz y la de su comunidad resuenen por siempre en el tiempo.

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