Pueblo cambia páramos en motores de vida
Calhua Grande y Quisapincha cuentan con el apoyo de la Prefectura
En las alturas de Calhua Grande y Quisapincha, las comunidades de Tungurahua están transformando sus páramos en motores de vida. Se han construido tanques reservorios para garantizar el agua, especialmente en tiempos de sequía.
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Leer másPara Rosa Guamangate, agricultora de la zona, estos reservorios son más que infraestructura. “Antes, en la época seca, nos quedábamos sin agua para nuestras familias y cultivos. Ahora sabemos que tenemos cómo almacenar y asegurar el agua”, comenta mientras revisa el funcionamiento de uno de los tanques.
Los beneficios no se limitan solo al agua. La comunidad ha encontrado en la producción de arroz de cebada y machica una forma de diversificar su economía. “Vendemos lo que producimos y eso nos ayuda a salir adelante. El agua del páramo es nuestra base para todo”, añade Rosa, con una sonrisa que refleja esperanza. En Quisapincha, el compromiso con el páramo es palpable.
El páramo, fuente de agua y protector
La comunidad se reúne regularmente en la sede del pueblo KIPU para planificar cómo conservar este ecosistema vital. “El páramo es nuestra fuente de agua y nuestro protector. Si no lo cuidamos, no habrá futuro para nadie aquí”, afirma José Guamán, uno de los habitantes. El manejo del páramo no solo se limita a la conservación ambiental. Los proyectos también incluyen componentes productivos y organizativos que fortalecen la unión comunitaria. “Hemos aprendido a trabajar juntos, a organizarnos mejor. Ahora no solo protegemos el agua, también mejoramos nuestra forma de vivir”, señala José.
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