Tragedia en la ‘Nariz del Diablo’: un viaje de regreso se convierte en duelo
Camioneta sobrecargada cae en barranco, dejando 7 muertos y 3 heridos
El eco de la tragedia aún retumba entre las montañas de Llangahua, parroquia de Pilahuín al sur de Ambato. La tarde del lunes 9 de diciembre el camino zigzagueante conocido como la “Nariz del Diablo” se convirtió en escenario de dolor y muerte.
Una camioneta, sobrecargada de ajo y con nueve pasajeros, perdió el control y rodó 100 metros hasta el fondo del barranco.
Los viajeros regresaban a casa después de la feria en Ambato, aprovechando uno de los pocos medios de transporte disponibles: camionetas de amigos, vecinos o alquiler. Es una práctica común en esta zona donde el transporte público escasea, pero ese día, la rutina se tiñó de tragedia.
Una carrera contra la geografía y el tiempo
A las 16:30, el ECU911 recibió la alerta. El rescate fue una carrera contra la geografía y el tiempo. La carretera serpenteante, las empinadas pendientes y el intenso frío desafiaron a los bomberos, paramédicos y agentes de tránsito que acudieron al lugar.
En el fondo del barranco, junto al río, yacían los cuerpos inmóviles y el vehículo destrozado. Los comuneros, unos cien en total, se unieron al rescate. La solidaridad de estas comunidades de altura se hizo evidente en una cadena humana que transportaba camillas con los heridos y cadáveres.
“No fue fácil”, comentó la subteniente Blanca Acosta, jefa operativa del Cuerpo de Bomberos. Cinco bomberos enfrentaron el rescate con determinación, pero fue la fuerza colectiva de la comunidad lo que marcó la diferencia. “Sin ellos, habría sido aún más difícil”, recalcó la oficial bomberil.
Las víctimas fatales, cuatro hombres y tres mujeres, no llegaron al Centro Forense. Los comuneros insistieron en velarlos en casa, según sus costumbres. Entre los sobrevivientes, dos mujeres de 24 y 25 años y un hombre de 47 años luchan por recuperarse en el Hospital Docente de Ambato.
Dolor en la comunidad
En la comunidad lamentaron la muerte de tantos vecinos, pues aseguraron que es la primera ocasión que son testigos de una tragedia de esta magnitud.
Para Leonardo Cáceres, vecino de la zona, el accidente era previsible. “La carretera es muy peligrosa, le falta señalización y es demasiado angosta”.
Wilson Poaquisa, otro habitante, recordó que esta es la antigua Vía Flores, uniendo Ambato con Guaranda. Llena de curvas, esta ruta fue reemplazada por una nueva carretera, pero sigue siendo transitada por quienes no tienen otra opción y habitan por esta zona.
Llangahua, una comunidad a 4.000 metros sobre el nivel del mar, enfrenta múltiples desafíos. La falta de transporte público obliga a sus habitantes a exponerse a riesgos que, en ocasiones, resultan mortales. Los cuerpos fueron trasladados hasta sus respectivas comunidades donde les darán el último adiós.
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