Volcán Cotopaxi mantienen una relativa calma
Los equipos de monitoreo que tiene el coloso deben recibir mantenimiento o ser cambiados
El Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional es la institución encargada del monitoreo de los volcanes activos en el país, uno de los colosos que tienen más vigilancia es el Cotopaxi, a quien realizan un seguimiento de cerca sobre el comportamiento del volcán mediante una red de estaciones sísmicas, sensores de gases, térmicos y de deformación instalados alrededor del volcán.
El doctor Mario Ruiz, director del Instituto Geofísico dio a conocer detalles actualizados sobre la situación del volcán Cotopaxi. Según Ruiz, en los últimos meses el volcán no ha mostrado señales alarmantes de actividad. "Ventajosamente, no estamos observando una actividad significativa. Las fumarolas que se ven en el cráter son normales, y aunque registramos microsismos de manera constante, no indican una inminente erupción", explicó.
Equipos de monitoreo
Los equipos de monitoreo del volcán funcionan de manera continua durante casi 20 años por lo que requieren mantenimiento constante para garantizar su operatividad. "Algunos de los equipos, como las estaciones sísmicas e infrasonido donadas en 2004, han cumplido su vida útil y necesitan un reemplazo o reparación. Hemos reemplazado baterías, paneles solares y otros componentes para mantener el sistema funcionando", señaló el director.
A lo largo de los años, la cooperación internacional es la pieza clave para reforzar la capacidad de monitoreo del volcán. En 2022, el Servicio Geológico de Estados Unidos donó sensores de infrasonido y cámaras, que permiten detectar flujos de lodo y emisiones volcánicas. Además, se han instalado sensores de gases volcánicos que complementan el monitoreo de la actividad del Cotopaxi. "A pesar de las dificultades, seguimos mejorando nuestras capacidades de vigilancia", mencionó Ruiz.
Ruiz explicó que las cámaras instaladas en el centro de interpretación del volcán permiten una observación constante, y que cualquier anomalía sería comunicada de manera inmediata a la población. "Todos los datos de monitoreo se publican mensualmente. Si ocurre algo fuera de lo normal, emitimos un informe de distribución rápida para alertar a las autoridades y a la ciudadanía", afirmó.
Vigías volcánicos
Uno de los pilares fundamentales en la gestión de riesgos volcánicos es el trabajo conjunto con la comunidad, específicamente con los grupos de vigías volcánicos quienes reportan los cambios y anomalías que se observan en volcán y ayuda a los técnicos y autoridades a tomar decisiones en momento determinado.
Ruiz recordó que la experiencia adquirida con los vigías del volcán Tungurahua fue determinante para minimizar las pérdidas humanas durante la erupción de agosto de 2006. "Gracias a la rápida reacción de los vigías y a la comunicación constante con nosotros, se pudo evacuar a la población a tiempo, lo que evitó una mayor cantidad de víctimas", destacó.
Este sistema de vigilancia comunitaria es vital en zonas volcánicas como el Sangay y el Reventador, donde los vigías envían informes diarios sobre novedades en la actividad volcánica. En el caso del Cotopaxi, aunque no se ha registrado un flujo significativo de información debido a la baja actividad del volcán, los vigías locales se mantienen activos y preparados. "El éxito de este sistema radica en la capacitación constante y en la fluida comunicación entre los vigías y los científicos", explicó Ruiz. (GT)
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