El agua de las lagunas de Quito preocupa a los visitantes

Paquita Acosta, de 61 años, aprovechó el día libre en su trabajo para despejar la mente y relajarse. Un gran sombrero cubría su rostro del intenso sol. Se sentó en una banca muy cerca a la pequeña laguna que se encuentra en el Parque Bicentenario.

La última vez que visitó ese espacio fue en 2022, cuando la pandemia de la COVID-19 todavía rondaba en el mundo. Lo recuerda como un lugar desolado, descuidado, con el césped crecido. Ahora se alegra de que ese espacio esté lleno de visitantes, de deportistas, de niños que se divierten en los juegos.

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Lo que sí extraña son los patos y los cientos de peces de colores que había. Le llama también la atención ver el agua turbia, con un tono verdoso. Recuerda que en esa última visita lucía más limpia.

Josselin Arévalo, de 28 años, también llegó desde su natal Puyo a visitar el Bicentenario. Ella disfruta de los viajes, la naturaleza y el deporte. Por recomendación de unos amigos acudió al parque. “Veo que está muy bien cuidado y en buen estado”, dice. Coincide con Paquita en que el agua de la laguna está turbia, lo que no permite ver los pocos peces que todavía habitan allí.

A las puertas de un feriado extenso por carnaval, los parques son una opción para las personas que, por distintos motivos, no salen de la ciudad. En febrero de 2023, más de 132.000 ciudadanos visitaron los 15 parques metropolitanos durante los cuatro días festivos.

Entre los atractivos de estos lugares están justamente las lagunas. Otro destino muy popular es el parque de La Carolina y la laguna El Quinde, en el norte. Este espacio tiene 64 hectáreas, cuenta con 40 canchas, pistas para bicicletas y patines, bulevares, piletas, así como zonas infantiles.

María Vidal, de 68 años, llegó al parque acompañada de sus sobrinos que viajaron desde Guayaquil. Si bien las áreas verdes le parece que están bien cuidadas, le preocupa que el agua de la laguna tenga un color amarillo verdoso. “Ojalá ya cambien el agua porque de alguna manera eso afecta todo el aspecto del parque”, comenta.

También cuestiona el comportamiento de algunas personas que no cuidan estos espacios públicos y botan basura o dañan el mobiliario.

Gabriela Andrade, directora de Mantenimiento de Espacios Verdes de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop), explica que la limpieza de las lagunas se realiza una vez al año. En el caso de La Carolina, está programada una limpieza integral en marzo próximo.

Estos trabajos consisten en vaciado, limpieza y mantenimiento de equipos y durarán 20 días. En este tiempo, la laguna permanecerá vacía. Andrade aclara que si bien este espacio es administrado por la Epmmop, la limpieza está a cargo de una empresa privada, y como institución municipal fiscalizan y supervisan los trabajos.

En 2022 fue la última limpieza que se hizo en la laguna. Tras la intervención, el agua estaba totalmente transparente e incluso se podía ver el fondo.

Andrade agrega que los trabajos de mantenimiento en parques, piletas y otros espacios son permanentes y la ciudadanía también puede solicitar alguna intervención. Pero recalca que las acciones deben ser conjuntas, de la mano con la comunidad. “Las personas deben apropiarse del espacio y cuidarlo”.

El caso del parque La Alameda, uno de los más antiguos de Quito, es distinto. A pesar de que Cristina Maldonado estudia por el sector, rara vez visita el lugar. Afirma que hay mucha basura y luce descuidado, especialmente la laguna.

“Se nota que la calidad del agua no es buena. Hay muchos peces carpa que son resistentes a diversas condiciones climáticas y soportan cualquier tipo de agua”, dice la estudiante de biología.

La limpieza y mantenimiento del lugar está a cargo de una empresa privada, que tiene un convenio con la Administración Manuela Sáenz, pero desde la Epmmop realizan labores como retiro de algas y de basura flotante.

La funcionaria menciona que están trabajando en un proyecto de intervención en el parque para recuperar ese espacio emblemático de la ciudad que se espera implementarlo en este 2024.

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