Alarma en Quito: nuevos casos de secuestros afectan a ciudadanos en zonas claves
Los delincuentes utilizan varios mecanismos para atacar a las víctimas Estos delitos ocurren en la noche y las madrugadas
¡Ayúdame, sálvame la vida!”, clamaba desesperado un hombre de 35 años en un vídeo que circuló en redes sociales. Vendado y suplicando por ayuda, su imagen se convirtió en el registro de un nuevo caso de secuestro y extorsión en Quito.
El hecho ocurrió el domingo pasado en el norte de la ciudad, entre las avenidas Eloy Alfaro y Los Pinos, cuando la víctima fue interceptada y forzada a subir a un vehículo negro con placas adulteradas.
Le invitamos a que lea: Nueva ordenanza en Quito facilitaría la renovación de 91.000 licencias económicas
Horas más tarde, los captores contactaron a su familia, exigiendo un rescate de 40.000 dólares a cambio de su liberación.
Una llamada fue clave para dar con los secuestradores
Joan Luna, comandante del Distrito de la Policía Quitumbe, explicó que tras una llamada que realizaron los delincuentes, se logró rastrearla e iniciar una serie de operativos que incluyeron allanamientos y el seguimiento de movimientos sospechosos.
Según Luna, el caso dio un giro inesperado cuando los propios secuestradores se enfrentaron en una disputa violenta dentro de un inmueble. En medio de la pelea, uno de ellos disparó contra otro, hiriéndolo en el ojo. Este incidente alertó a los vecinos, quienes de inmediato notificaron a las autoridades.
Los agentes policiales, quienes ya se encontraba en la zona buscando a la persona secuestrada, intervinieron y lograron rescatar a la víctima, quien logró salir de la vivienda por sus propios medios.
Mientras tanto, el secuestrador herido fue localizado en un hospital del sur de la ciudad, donde permanecía en cuidados intensivos.
Durante el allanamiento, los agentes encontraron varias pruebas: el vehículo utilizado en el plagio, el automóvil de la víctima y el teléfono desde el cual se realizaban las negociaciones. Sin embargo, a pesar de las evidencias presentadas en la audiencia, el principal sospechoso fue liberado debido a la falta de una denuncia formal por parte del secuestrado o sus familiares.
Existen más casos de secuestros
El comandante de la Policía presume que fueron amedrentados, ya que la esposa de la víctima evitó hacer declaraciones después del rescate.
Existen más casos. En redes sociales, otra denuncia reciente ha causado alarma: una joven relató que, mientras se dirigía a su universidad, fue interceptada por tres hombres armados a bordo de un vehículo gris oscuro con placas de Pichincha. Según su testimonio, los atacantes la despojaron de sus pertenencias, accedieron a su información bancaria y la abandonaron en los alrededores del mirador de Calderón, norte de la capital.
También hace dos semanas, el 18 de enero, se reportó un intento de secuestro en el sector de Carcelén, en el norte. El hecho ocurrió a las 19:40 en la intersección de las calles Rodrigo Muñoz y García Nobel. La víctima reaccionó y forcejeó para evitar ser arrastrada por los agresores y los vecinos activaron las alarmas comunitarias.
Datos de la Policía revelan que las tardes y noches son los momentos de mayor incidencia de estos delitos, coincidiendo con los horarios de mayor actividad en la ciudad. La mayoría de los secuestros ocurren en las administraciones Eugenio Espejo (norte), Manuela Sáenz (centro) y Eloy Alfaro (sur).
Según el Plan de Seguridad y Convivencia Ciudadana 2023-2027, el año con más denuncias por secuestro fue 2019, con 132 casos. Sin embargo, en 2020, debido al confinamiento por la pandemia de COVID-19, se registró una disminución en la serie de tiempo, con una reducción del 55,30%, llegando a 59 casos. “Hasta junio de 2023, se han registrado 82 casos de secuestros, lo que representa el 86 % del total reportado en todo el año 2022”, pero no se precisa la cifra en el documento. Con base en la tasa de crecimiento anual, se estimaba que para finales de 2023 se superarían los 137 casos denunciados y aún no existen cifras actualizadas de 2024.
El especialista en seguridad Abraham Correa explica que estos delitos ocurren por oportunidad: los delincuentes aprovechan que las víctimas se encuentran en lugares solitarios, oscuros o en la madrugada para perpetrar el crimen. Además, muchos temen denunciar por miedo a represalias, lo que dificulta conocer el número real de secuestros. Esta información coincide con lo referido por el comandante policial.
Correa también señala que estos secuestros suelen tener un propósito financiero, ya que los criminales utilizan el dinero obtenido para autofinanciarse y continuar con sus actividades ilícitas. La situación genera un clima de inseguridad en el que los ciudadanos están cada vez más expuestos a este tipo de delitos.
La mejor información en tus manos, SUSCRÍBETE A EXPRESO.
