Quito

Falta de agua Quito
En el barrio La Paz, ubicado en el norte, Blanca Arias recibe agua de un tanquero. El vehículo llega cada tres días, cuenta la moradora.Foto: Gustavo Guamán / Expreso

Quito: Anomalía climática agrava la falta de agua por apagones

El 4 % de quiteños sufren por el desabastecimiento. Los tanqueros llegan cada tres días, dicen moradores

Blanca Rivera, de 62 años, sabe que el agua es un bien escaso. No solo ella, también sus vecinos de Tiwinza y demás pobladores en La Paz y Pisulí, entre otros sectores del noroccidente de Quito, en donde el líquido vital llega en tanqueros cada tres días.

Por eso, Rivera y otros habitantes de la capital atesoran el agua. La guardan en todo tipo de recipientes: ollas, baldes, botes y botellas de diversos tamaños. La mujer, en el taller de su casa, en donde hace manualidades, muestra dos grandes envases cubiertos con plástico, que destinará para cocinar.

le invitamos a leer: Pabel Muñoz pide que Quito tome duchas de 4 o 5 minutos: "bajemos el consumo"

Cortes de agua Quito

Cortes de agua en zonas altas de Quito se prolongan hasta noviembre

Leer más

“Cuando oímos que llega el tanquero, cruzamos desesperadas la calle para coger agüita. A veces me levanto a las 02:00 y me doy cuenta de que tenemos agua. La emoción dura unas dos semanas”, cuenta. Y añade que la escasez no es producto de los apagones, sino que la enfrentan desde hace dos años.

Hace unos días, el alcalde Pabel Muñoz informó que invertirá $ 1,6 millones en la compra de seis generadores móviles de energía y 14 fijos, que se instalarán en estaciones de bombeo, para servir a El Bosque, El Condado y Lloa, en el norte.

EXPRESO pidió detalles de la compra a la Empresa Pública de Agua Potable (Epmaps). Aunque se han cumplido cinco días del anuncio, hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.

Los apagones afectan también la dotación de agua en zonas altas del distrito, que están encima de la cota, en el límite urbano, sobre el eje del Pichincha. Específicamente se deja sin el líquido vital al 6 % de la población que está en sectores del norte, valle y sur: en Colinas, La Roldós, La Merced, Chillogallo, Guajaló Alto, Forestal Alta, Ferroviaria y Chiriyacu.

Zonas altas, las más afectadas

Cristian Paliz, especialista en pronóstico y alertas del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), explica que en Quito la provisión de agua no depende de que llueva en la ciudad, sino de fuentes y vertientes amazónicas. “Hemos enfrentado anomalías por la época lluviosa seca”.

Además, Paliz señala que a inicios de este mes hubo fuertes precipitaciones, pero “en el sur de la capital, por ejemplo, sí se han registrado menos lluvias de lo que normalmente teníamos”.

Falta de agua Quito
En baldes, ollas y todo tipo de recipiente recogen el agua los vecinos.Foto: Gustavo Guamán / Expreso

En La Paz, Blanca Arias y María Carlosama, de 45 y 64 años, este 29 de octubre de 2024 recibieron en ollas el agua del tanquero, minutos después de las 08:00. Desde hace más de tres meses no ven el agua salir de los grifos. En su casa viven 11 personas, entre ellas dos niños y dos adultos con discapacidad. Repiten que quieren tener agua y energía eléctrica, además de contenedores de basura y seguridad.

El concejal socialista Andrés Campaña recordó que un ciudadano en promedio debe consumir unos 100 litros de agua diarios, según la Organización Mundial de la Salud. Pero lamentó que en Quito se duplique esa cifra en verano. “Un 40 % se desperdicia por fugas”.

En una comparecencia ante la Comisión de Salud, Verónica Sánchez, gerente de la Epmaps, indicó que en Quito se consumen 147,37 litros de agua por persona. El desperdicio perjudica a otras áreas de la capital. Resaltó que en ciudades como Bogotá o Medellín consumen menos de 100 litros.

Causas del desabastecimiento

Al momento, el 4 % de la población del distrito (unos 120.000 habitantes) sufre por desabastecimiento de agua. ¿Por qué? La gerente Sánchez explicó que por un crecimiento desordenado de los barrios, por conexiones clandestinas en barrios no regularizados y también por los efectos del cambio climático. En 2023, la falta de agua afectaba a 425.000 personas, el 19 % del total.

Darwin Sánchez, esmeraldeño de 41 años, lleva 18 de ellos viviendo en Pisulí, barrio del que es presidente. “Nos acostumbramos a despertarnos a la medianoche o a las 02:00 para confirmar si llegó algo de agua. Los vecinos de las zonas altas son los más afectados, ya que con los cortes de energía no les llega ni una gota”, dice. El dirigente solicita una solución definitiva.

El 11 de noviembre el barrio cumplirá 41 años. La problemática de falta de agua no es nueva. En la zona alta los vecinos sufren por la escasez, al menos, un año. Pedimos ayuda

Darwin Sánchez

presidente de Pisulí

Este martes, más arriba, Víctor Hugo Briones, oriundo de Chone, contó que ha vivido en Pisulí por lo menos 30 de sus 56 años. No le parece normal resignarse a vivir recogiendo agua en botellones y recipientes grandes.

En estos días, que han sido más secos y en los que algunos ciudadanos enfrentan apagones y racionamiento de agua, el alcalde Muñoz incluso pidió tomar duchas de máximo cuatro minutos.

En Tiwinza, Erika Lema, de 19 años, una de las nietas de Blanca Rivera, relata que es triste tener que calentar el agua para bañarse y solo poder usar la ducha contadas veces. Les falta el servicio para lavar la ropa y a veces compran botellas de agua para cocinar, pues el líquido que les dejan ha llegado sucio, menciona.

En Vista Hermosa, Sandra indica que desde hace tres años dejaron de tener agua en sus grifos de forma regular, por lo que empezaron a abastecerse con tanqueros. “Nos han dicho que es producto de la sobrepoblación y del uso indiscriminado en las zonas bajas. A veces llega a las 22:00 y se va a las 07:00”.

El sábado amanecimos contentos porque de pronto llegó el agua. No es saludable almacenarla para cocinar, a veces ni siquiera alcanza para el aseo diario de mis nietos

Víctor Hugo Briones

habitante de Pisulí

La gerente de la Epmaps les explicó a los ediles que se está trabajando en algunos proyectos como el San Juan de Calderón, con una inversión de $ 2 millones. Uno más grande es el Calderón, por $ 130 millones, que avanza, pero estaría listo en 2026. Para la Merced, Píntag y Sangolquí también desarrollan otras alternativas.

A Rivera no le importa la hora. Se ducha o lava platos de madrugada, si ve el milagro de las gotas de agua potable en su grifo.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!