Una apuesta por emprender pese a un escenario incierto
Conquito lanzó el primer fondo municipal no reembolsable para pequeños negocios. Expertos temen que la falta de incentivos frene el crecimiento.
Con cerca de un 40 % de locales comerciales y empresas que han cerrado sus puertas, el panorama para la reactivación económica de la capital es complejo.
Frente a las nuevas medidas de restricción, que limitan la movilidad y los horarios de acceso, y un alto índice de desempleo, tanto lo público como lo privado miran hacia el emprendimiento como una salida para el desarrollo de la capital.
Desde el Cabildo, se lanzó el Fonquito 3.000, el primer fondo de emprendimiento no reembolsable que se genera con presupuesto público.
Este, explica Wilson Merino, titular de la Agencia de Promoción Económica Conquito, cuenta con $ 1,4 millones de dinero tanto de organismos internacionales y aprobados por el concejo metropolitano.
“Vivimos una situación urgente, pues hay personas con grandes ideas y proyectos que no pueden acceder al financiamiento tradicional. La idea es dotar a las iniciativas ganadoras de capital semilla, y que se puedan convertir en generadores de empleo. El emprendimiento es un problema multidimensional y necesita soluciones multidimensionales”, señaló.
Habrá tres convocatorias, la primera priorizará a mujeres, jóvenes, personas de la tercera edad y de pueblos y nacionalidades. “En esta propuesta hay una vía para reactivar la economía. Nos aseguraremos que se traten de emprendimientos de oportunidad, que tengan la posibilidad de mantenerse en el tiempo”, agregó Merino.
Pero si bien Ecuador es uno de los países con mayor índice de emprendimientos, con un promedio de 3,6 millones de iniciativas nuevas que surgieron solo el año pasado, es también el país con mayor cantidad de cierres. Un 90 % de emprendimientos no llegan a los dos años, según el Global Entrepreneurship Monitor.
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Leer másEn el caso de Quito, y en el contexto de la pandemia, esta duración es de hasta tres a seis meses antes de un cierre, como explica el consultor económico Juan Andrés Bastantes.
“La tasa de desempleo generó una ola de emprendimientos, pero se trata de negocios de supervivencia que no tienen un plan claro y que se centran en la gastronomía o el turismo, que son áreas de poquísima demanda en el contexto actual. Es lógico que en ese panorama, el fracaso sea casi inmediato”.
Para Michelle Arévalo-Carpenter, CEO de Impqto, que promueve programas de incubación e innovación para pequeños negocios en la capital, es necesario entender la segmentación del mercado actual.
“No se puede empezar bajo el concepto de que todos los emprendimientos son iguales. Es un error y ha generado problemas en el pasado a la hora de lanzar fondos públicos y privados. Se deben entender los segmentos, y se debe entender cuáles son las oportunidades e industrias con potencial durante la pandemia y la pospandemia”, analizó.
Ella se considera optimista con respecto al futuro para las nuevas iniciativas en la capital y añade que, justo por ello, Impqto también alista un fondo de inversión en mayo.
“La situación es compleja, pero hay espacio para crecer. Hemos identificado oportunidades en la telemedicina, en plataformas de e-commerce y de educación remota. Hay buenas ideas que pueden dar un gran salto en las que se puede y se debe invertir”, señaló.
Violeta Morán, titular de la Fundación Emprender, cree que a la par de asumir las realidades del mercado, también se deben replantear e impulsar incentivos desde lo local y desde lo estatal.
“Debido a la incertidumbre por la movilidad y las restricciones, no basta con tener una buena idea. Debe haber reformas tributarias y con respecto a la salida de divisas. Eso le dará a los microemprendedores la posibilidad de salir adelante”.
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Leer másEl desempleo recrudece en la capital
Los datos trimestrales de la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (Enemdu), publicados el pasado viernes, indican que Quito tiene la cifra de desempleo más alta del país. El indicador se ubicó en 13,5 %, a marzo de este año.
La encuesta agregó que de 1’568.144 quiteños en edad de trabajar, 455.544 tienen empleo pleno, es decir, que ganan al menos el salario básico y cuentan con beneficios de ley, mientras que 162.751 se encuentran en subempleados.