Artesanos de Calderón se enfrentan a la quiebra
Solo dos de los establecimientos del mercado de mazapán continúan abiertos. Piden un plan de reactivación integral para recuperar sus ventas
Cuando recuerda su juventud, Elena Oyagata rememora el olor de la mezcla del mazapán. Era el aroma que inundaba las calles de Calderón, donde a diario cientos de artesanos cubrían con sus puestos la vía principal de la parroquia para exhibir muñecos, animalitos de fantasía y nacimientos de gran tamaño.
Pero de aquella época en la que los turistas acudían por montones y el mazapán era la insignia de este sector del norte de la capital, han pasado veinte años, y el sueño que con mucho esfuerzo consiguieron, el pequeño mercado de la Unión de Artesanos de Mazapán, hoy permanece vacío y al borde del cierre.
La reactivación turística va tras los paraísos nacionales
Leer más“En los años ochenta, nosotros creíamos que Calderón iba a ser como Cotacachi o como la Mitad del Mundo, creíamos que el mazapán sería el símbolo de la parroquia y que se reconocería por eso”, recuerda.
Pero eso no sucedió. Las distintas crisis económicas por las que pasó el país, sumado a la modificación de la vía de ingreso a la localidad, hicieron que la labor fuera cada vez menos rentable y que del centenar de artesanos que se dedicaban al negocio quedaran tan solo veinticinco. Al menos hasta que cayó la pandemia.
La emergencia sanitaria fue la estocada final, como explicó María Suárez, representante del gremio. “Muchos artesanos han migrado o fallecido. El 80 % de los que quedan somos personas de la tercera edad, pues nuestros hijos y nietos no quisieron aprender y se dedicaron a otras cosas”.
Pero a fines de noviembre algo cambió. Llamados por el centro comercial Portal Shopping de Calderón, once miembros de la asociación elaboraron un muñeco de dos metros, el de mayor tamaño en el país, para la instalación navideña del establecimiento.
Un letrero acompañaba al enorme muñeco y pensaron que quizás esa promoción se transformaría en visitas, pero el mercado permaneció vacío.
Para Oyagata, la baja del 92% en las ventas no solo responde a la crisis económica producto de la pandemia, sino a la falta de apoyo que han recibido desde el Cabildo, de la junta parroquial de Calderón e incluso del Ministerio de Turismo. “Todos han venido, nos prometen ayuda, promoción, pero queda en palabras vacías. Se han hecho obras, adoquinado, alcantarillado, pero nosotros, los artesanos, hemos quedado en el olvido, pese a que este es el sitio donde nació el mazapán”, explicó.
Con pocas opciones para subsistir a su alcance, los artesanos que quedan indican que el espacio podría quedar vacío y deberán viajar al exterior para vender sus artesanías, migrar o cambiar de negocio.