El barrio Jipijapa lucha contra la inseguridad
El sector se enfrenta a asaltos y violencia. Una renovada asociación de vecinos intenta recuperar los espacios verdes. Piden obras al municipio.
Mientras era amordazada junto a su mascota y dos hombre saqueaban su negocio en el barrio La Jipijapa, norte de Quito, Lorena L. pensaba en lo absurdo que era que a tan solo una cuadra se encontrara una Unidad de Policía Comunitaria.
Pero tampoco era de sorprenderse, reflexionaba, pues desde octubre pasado lo mismo le había sucedido a otros cinco locales del sector, eso sin contar los robos a transeúntes, y la sustracción de llantas, radios y retrovisores de los autos, el delito más común en la localidad.
Poco o nada, narra Tomás Anchundia, propietario de una tienda de abarrotes, se ha hecho para reducir el índice de seguridad que va en aumento pese al refuerzo del patrullaje policial que empezó en diciembre. “Es peligroso caminar por aquí en la noche. Es oscuro, no hay suficientes policías, y se ven personas sospechosas”, dijo.
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Leer másCon él concuerdan Jéssica y Julissa Morejón, miembros de la asociación barrial del sector, entidad que se refundó durante la pandemia con los residentes más jóvenes. “Quisimos tomar la posta del trabajo que antes hicieron nuestros padres porque hemos vivido aquí toda la vida y porque estamos hartos de que cada vez sea más peligroso caminar por nuestro barrio”, señalaron.
Recuperar el parque en las calles Paul Claudel y Alfonso de la Martínez fue la primera labor que emprendieron tras que, al levantarse las medidas de confinamiento, un grupo de vándalos quemara las escalinatas del espacio al aire libre.
El primer paso fue la reforestación del lugar. “Recibimos una donación y empezamos a plantar árboles endémicos, de aguacates, arupos, y protegerlos, porque lo habíamos intentando antes y la gente se los llevaba. La idea es que los vecinos los apadrinen y los cuiden. Instalamos tachos de basura porque por estas calles no hay tachos municipales ni pasan los recolectores. Es un primer paso, pero tenemos algunas ideas en mente”, explicaron.
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Leer másEntre ellas están las actividades comunitarias que tienen como fin fortalecer la red de vecinos y volver más seguro al sector. “Nos dimos cuenta que, si no nos conocíamos era más difícil unirnos, entonces queremos organizar una agenda, con ferias, juegos para los niños, para que quienes viven aquí vengan y se impliquen con lo que estamos haciendo”.
Anchundia concuerda con la iniciativa, subrayando que, si bien la inseguridad en la zona es indiscutible, se ha logrado reducir el índice de delitos a través de los chats vecinales. “Los que tenemos negocios escribimos cuando vemos algo sospechoso. El problema es que la policía tarda en llegar pese a estar tan cerca, pero sí hemos obtenido resultados”, dijo.
Por ahora, lo que los moradores buscan es generar un acercamiento con el municipio para que se reparen las luminarias, se repavimenten las vías y se establezca un plan integral de seguridad para devolver la seguridad al sector.