De la basura al abono, un camino hacia la sostenibilidad
De dos toneladas de residuos se extrae una de abono en el Mercado Mayorista
En el corazón comercial de Quito, donde miles de personas a diario se abastecen de productos frescos, se gesta una transformación silenciosa, pero significativa. El Mercado Mayorista, símbolo de la generación desmedida de desechos, se encamina hacia un futuro verde, sostenible y amigable con el ambiente. Se espera que esta iniciativa se replique en otros centros de abastos capitalinos.
A través de una gestión integral de residuos sólidos, este centro de abastos ha logrado reducir en 200 toneladas mensuales la cantidad de basura que termina en el relleno sanitario de El Inga, a través del proyecto Natur.
“Natur no solo reduce la huella de carbono del mercado, sino que también crea un círculo virtuoso”, explica Karina Hernández, jefa de gestión de desechos sólidos del Mercado Mayorista. “Los residuos orgánicos se convierten en abono y alimento para animales de corral, lo que a su vez beneficia a la agricultura local”.
Hay colaboración de los comerciantes del mercado, tienen conocimiento del acopio de los residuos y de los gestores ambientales que los usan para proyectos agrícolas
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Leer másEste proyecto no es una iniciativa aislada. Es parte de un plan integral que busca convertir al Mercado Mayorista en un referente de sostenibilidad. Bajo la tutela del Complejo Ambiental para Quito, se espera que este centro de abastos no solo gestione sus propios residuos, sino que también genere recursos económicos a partir de ellos.
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Para lograr el objetivo, el Mercado Mayorista une las fuerzas con 39 actores ambientales, incluyendo la Empresa Metropolitana de Gestión Integral de Residuos Sólidos (Emgirs) y organizaciones como el Instituto de Investigación, Educación y Promoción Popular del Ecuador (Inepe).
Inepe, por ejemplo, juega un papel fundamental en la transformación de los residuos orgánicos en abono. Cada mes procesan entre 8 y 10 toneladas de material, que luego se utiliza para mejorar la calidad de los suelos en proyectos agrícolas y reforestación.
Por dos toneladas de residuos que se recolectan en este centro de abastos, se extraen de 800 kilogramos a una tonelada de abono cada 8 semanas.
Patricia Castro, gestora ambiental del Inepe, no solo tiene un trabajo, tiene una misión: dar una segunda vida a la materia orgánica. Su pasión por el medio ambiente le ha dado la experiencia para convertir lo que muchos consideran basura en un elixir para la tierra.
Realizamos una clasificación de los residuos y aprovechamos para la elaboración de abono y alimento para animales de corral. Así evitamos que se contamine el ambiente
Castro ha creado un ecosistema donde los residuos de los mercados de Quito se convierten en abono. Un proceso que comienza con la clasificación meticulosa de la materia prima: frutas, verduras, restos de comida que no solo recolecta de este mercado sino de otros de la capital.
El abono producido por Patricia y su equipo se utiliza para cultivar una variedad de hortalizas, incluyendo tomates, zucchinis, pimientos y tomates de árbol.
Estos productos frescos y nutritivos no solo son una fuente de alimento para la comunidad, sino que también demuestran el potencial del compostaje en la creación de un ciclo sostenible de producción y consumo.
Además, con el compost mineralizan los suelos de cultivo en el Parque Metropolitano Chilibulo. Asimismo, han ayudado a la reforestación, sembrando 6.500 árboles nativos, entre el 2008 y 2023.
Según cuenta, el proceso es simple, pero efectivo. Los comerciantes del mercado separan los residuos orgánicos, que luego son recolectados por los actores sociales participantes en el proyecto. Estos desechos son transportados a plantas de procesamiento donde se transforman en abono o alimento para animales.
“El abono producido, rico en nutrientes y libre de químicos, es utilizado por agricultores locales para mejorar la calidad de sus suelos. De esta manera se cierra un círculo que beneficia al medio ambiente”, menciona.
El Mercado Mayorista, como el centro de abastos más grande de la ciudad, genera una cantidad considerable de residuos. Se estima que produce el 2% de los desechos totales de la ciudad, lo que representa un enorme desafío para la gestión ambiental. Gastan alrededor de 400.000 dólares anuales en actividades como recolección, limpieza y transporte de estos residuos, que tiene un alto costo para la capital.
El actual Plan Maestro de Gestión Integral de Residuos Sólidos de Quito tiene como meta recuperar el 25% de residuos para su reciclaje y compostaje, hasta el 2025.
Los gestores acuden a este mercado tres veces por semana para recolectar y llevarse los residuos orgánicos.
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