Camal Metropolitano: un foco infeccioso sin solución clara en Quito
Expertos dicen que el Municipio debe reubicarlo y remediar el espacio usado. Viviendas de interés social aledañas no son tan atractivas por esta causa
La queja de los residentes que se apuestan cerca del Camal Metropolitano (uno de los sitios de desposte de reses más grande del país), situado en el extremo sur de Quito, es la misma. La fetidez que invade el ambiente, la presencia de desechos orgánicos en los botaderos de basura y las enfermedades que esto ocasiona en los habitantes de la zona son la constante en los habitantes que han convivido con este escenario desde hace años.
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Leer másA la luz de esto, desde el Cabildo municipal se anunció la recuperación ambiental de este espacio. La molestia de la gente llegó hasta los oídos del alcalde Pabel Muñoz, quien incluso consideró la posibilidad de hacer un nuevo sitio de faenamiento de animales, pero en los próximos dos años. No precisó si en otro lugar o ahí mismo.
El renovado lugar opera desde 1996 y es administrado por la Empresa Metropolitana de Rastro (EMRAQ- EP). A su alrededor, los asentamientos habitacionales han proliferado y hoy en día son divisibles locales de venta de carne, viviendas, tiendas de abastos, restaurantes y otros negocios.
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Leer másDesde hace años, sobre la actividad de faenamiento que se lleva a cabo en este punto, se han abordado aristas vinculadas con el tema medioambiental, la remediación de posibles impactos generados en cuencas hídricas, en el mismo aire y en la salud de quienes conviven con esta edificación de 83.500 metros cuadrados. Incluso se ha hablado en administraciones pasadas de la posibilidad de llevar a cabo consultorías ambientales para determinar los impactos que genera este tipo de actividad, aclarando que en este lugar se despostan también los animales que llegan desde otros cantones cercanos a Quito.
Pero la situación sigue igual. Las actividades se mantienen tal cual. Y la gente continúa enfrentando problemas de salud, en muchos casos, dicen que como efecto colateral de la suciedad que sale de este sitio y que no es tratada correctamente.
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Leer másAl respecto, María Luisa Cruz, experta en temas ambientales, dice que la realidad en que inició las operaciones este centro de faenamiento ha cambiado por el incremento poblacional, pero las condiciones en que se realiza el proceso ha variado poco o nada.
A partir de estudios que realizó en la Universidad Central, como parte de una maestría, Cruz ratificó que en este sector existe un foco de contaminación serio que baja hasta el río Machángara, en calidad de aguas residuales que no son bien tratadas o que al menos no cuentan con la tecnología de punta que amerita.
“Se identificó que la gente que vive cerca enfrenta problemas de salud como conjuntivitis, cáncer, dengue, fiebre amarilla y otras relacionadas con las vías respiratorias. Todo se relaciona con la actividad que se lleva a cabo y el impacto al nivel del aire también está porque se percibe lo que se desprende del faenamiento. En las cuencas hídricas también hay daños, incluso se puede decir que la afectación es irreversible porque ya no habrá biodiversidad como antes”, señaló la experta.
Asimismo, sostuvo que si se busca hacer un nuevo centro para esta actividad es importante contar con estudios técnicos para su colocación, ya que conlleva riesgos en todo sentido, pero principalmente en el humano.
“Se debe pensar en implementar nueva tecnología que sea amigable con el ambiente para no contaminar. Se debería pensar en un sitio alejado, donde no haya gente y en el lugar que quede considerar la reparación ambiental que garantice que el camal no sea un pasivo ambiental. Es decir, se debe pensar en su reparación y también en medidas de compensación para la población afectada y mejorar sus condiciones de vida”, puntualizó.
El crecimiento urbano es otra realidad que se palpa en esta localidad y la presencia de viviendas de interés social en el sector conocido como La Victoria saltan a la vista.
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Leer másEstos departamentos todavía no están concluidos, pero el anuncio para su adquisición y habitabilidad ya está rodando entre la ciudadanía.
Rubén Fernández se quedó sin vivienda por el desperfecto que sufrió su inmueble situado en el barrio Solanda tras la construcción del metro de Quito. Esta alternativa se la planteó la anterior administración, pero dudó en tomarla, ya que los rumores de la contaminación ambiental que existe por la presencia del camal lo frenaron.
“Pensaba en ir con mi familia allá, porque se ven bonitos los departamentos, se ve que es una buena obra, pero dijimos que no porque está cerca del sitio de desposte y no quiero que mis hijos se enfermen. Además, nos han dicho que el olor sí llega hasta ese sitio. Prefiero esperar por algo más”, asintió el hombre.
Rosa Elena Donoso, arquitecta especialista en vivienda social, habla sobre este proyecto denominado ‘Victoria del Sur’, el mismo que, bajo su concepto, se lo edificó en una reserva de suelo destinado para interés social.
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Leer más“Solo se han desarrollado unas pocas manzanas con base en la demanda y compromisos con el plan de reubicación de familias en riesgo. La Empresa Pública Metropolitana de Hábitat y Vivienda (EPMHV) ha sabido sortear varias dificultades heredadas de pasadas administraciones y hoy en día esos departamentos están listos para ser habitados. Son de muy buena calidad. Por otro lado, cuando se hizo el nuevo Camal Metropolitano se lo realizó de forma muy técnica y la prueba es que el sector está consolidado con residencias y barrios saludables”, mencionó Donoso.
También señaló que todavía existe terreno para realizar más casas o departamentos con el mismo fin y que si las edificaciones actuales no han sido entregadas a sus nuevos dueños, no ha sido por falta de interés de la gente, sino por dificultades en la gestión municipal y contratos con constructores, más no por problemas ambientales o de estructura arquitectónica.
Más allá de la decisión política que se tome, se deben hacer estudios técnicos para la colocación del camal. Se debe precautelar a la población y su ambiente