Cambiar de modelo de planificación territorial, una salida compleja para Quito
En Quito se plantea conformar un nuevo cantón frente a la desatención. Expertos creen que la división no es la solución
El proyecto de la parroquia Tumbaco de separarse de Quito y conformar un nuevo cantón pone sobre la mesa el debate acerca de si es conveniente o no fragmentar la ciudad.
La propuesta surge, según han dicho los representantes de la Junta Cívica del Valle del Ilaló, por la desatención en temas como servicios básicos, vialidad y movilidad, y también por la falta de retorno en la inversión a las parroquias frente a los aportes que estas generan.
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Si la iniciativa se concreta, los promotores aseguran que el cantón tendrá autonomía económica y política, y las necesidades serán mejor atendidas.
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Leer másPlanificación territorial
En Ecuador, el sistema de planificación contempla cierto grado de descentralización que se expresa en los gobiernos provinciales, municipios, gobiernos autónomos descentralizados y juntas parroquiales, cada uno con sus competencias específicas.
En el Cootad también se establece la conformación de nuevos cantones, previo cumplimiento de diversos requisitos.
La pregunta que surge es si funciona ese modelo de descentralización, o si es necesario buscar uno nuevo como en otros países de la región.
¿Cambio de modelo?
Diego Cevallos, de Gobernanza Local EC, señala que aunque el modelo no funciona del todo bien en el Distrito Metropolitano de Quito, en comparación con otras ciudades, es mejor.
En ese sentido considera necesario que las administraciones zonales, que son una representación del Municipio, se fortalezcan. No ve como una prioridad cambiar el grado de descentralización ya existente por varios motivos: porque eso no garantiza que se solucionen los problemas y también implicaría un cambio en la Constitución respecto al nivel de descentralización.
¿Funcionan estos modelos en la región?
En Lima Metropolitana, por ejemplo, hay 43 distritos. La división se dio para facilitar el control gubernamental y la administración de servicios públicos. Sin embargo, en 2022, el entonces alcalde Romero Sotelo planteó la posibilidad de dividir a Lima en cinco partes y dejar de lado los distritos.
Según dijo, la fragmentación ha dificultado la gobernanza, por lo que integrar todos los distritos permitiría mejorar la gobernabilidad, además de que se aprovecharían mejor los recursos económicos.
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Leer másLa propuesta hace pensar si realmente funciona este sistema. El urbanista Fernando Carrión señala que las alcaldías distritales de Lima no solo no han solucionado los problemas, sino que estos son más complejos y se evidencia más la desigualdad.
En Miraflores, que es parte de la Lima moderna, hay gran capacidad de provisión de servicios básicos, lo que no ocurre en zonas del sur. Según el Instituto Nacional de Estadística, en Lima hay distritos con niveles de pobreza menores al 1 %, pero en otros este porcentaje supera el promedio nacional con 23,9 %.
El ejemplo de Lima refleja que no necesariamente la división es la mejor opción, ni una necesidad implementarla en Quito, dice Carrión.
Administraciones zonales con grandes retos
En el caso de la capital, uno de los grandes problemas que identifica es que a las administraciones zonales no les asignan los recursos necesarios. A eso se suma una baja capacidad de inversión y mala ejecución de los presupuestos.
Jhon Dunn, especialista en arquitectura urbana y docente de la Universidad San Francisco, señala que el crecimiento que ha experimentado la ciudad impide que el Municipio tenga un control de todo el territorio.
Diego Cevallos
Por ello, no ve descabellado que en zonas de los extremos del norte, sur e incluso del valle se generen alcaldías menores para una mejor gestión. Así quedaría una alcaldía mayor que se encargue de los temas macro.
“Más descentralización no estaría mal. Tenemos un Municipio que quiere abarcar todo y eso no es posible”, finaliza.
Avanzar hacia el estatuto autonómico
Una de las opciones para que la ciudad tenga una mayor autonomía de gestión, sin necesidad de generar cambios en la legislación, es a través del estatuto autonómico.
Se trata de un principio constitucional que básicamente contiene las competencias que tienen las regiones, provincias y cantones del Ecuador, con el objetivo de generar respuestas eficientes desde la administración pública y la gobernanza ante las realidades muchas veces conflictivas que enfrentan las ciudades.
En el caso del Distrito Metropolitano de Quito, se establece un concepto de desconcentración más amplio sobre el territorio, las parroquias y las comunas.
Francisco Carrión menciona que allí se definen las competencias, los recursos, los modelos de gestión y la división territorial. Ahí también toman fuerza las administraciones zonales, que son representativas de sus territorios y resuelven de forma directa las necesidades, sin tener que acudir al Municipio.
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