Una carrera con el objetivo de resaltar a personajes históricos
Un quiteño usa vestimenta particular en los 10 km de Ruta de las Iglesias. En cada edición elige a una figura para resaltar.
Bajo una personalidad carismática y elocuente, Rommel Salazar López quiere dejar una huella dentro de la historia de la carrera atlética de 10 km denominada Ruta de las Iglesias. Este quiteño a sus 31 años, allá por el 2009, decidió usar una vestimenta característica para correr: un traje de cucurucho.
Los delincuentes burlan las seguridades de los locales
Leer más¿Por qué? ¿Cómo nace la idea? “Siempre me ha gustado disfrazarme, el tema lúdico y rescatar las tradiciones y cultura popular”, cuenta. La primera vez que decidió usar un traje que represente la historia de la ciudad no le causó temor. El día de la carrera fue la novedad en medio de la multitud, porque todos los competidores lucían trajes deportivos; en cambio él usó un vestido con gorro morado y en el centro su número de competidor. Quizá para muchos su atuendo era solo una manera de llamar la atención, pero no.
“Me gusta recurrir a fuentes reales. Retomar tradiciones quiteñas, pero que tengan un sustento bibliográfico. La idea de esto es rescatar a estos personajes no solo de la leyenda o desde la narración, sino invitarle a la gente para que pueda conocer más”, sostiene. Y añade que para eso se prepara, lee y estudia sobre la historia de la ciudad y sus personajes.
En cada carrera que ha participado hay personas que se acercan a preguntarle a quién está representando, por lo que él les da una pequeña reseña de su personaje. En total ha representado a siete leyendas en seis competencias, pero por varios factores han existido años en los que no ha podido participar.
Entre sus personajes está el cucurucho, una de las imágenes más representativas de la penitencia en la procesión de Jesús del Gran Poder de Viernes Santo. También se ha puesto la vestimenta del padre Almeida, personaje de las leyendas ecuatorianas del cual se dice que le gustaba salir por las noches sin ser visto para poder tomar un trago de aguardiente en el centro de Quito; además del Chulla Quiteño; el mestizo con peluca colonial y el gallo de la Catedral Metropolitana.
“Entre los personajes que he representado, quizá los que más complicaciones me han provocado a la hora de correr, por todo el atuendo que debo llevar, están el de cucurucho y gallo de la Catedral. En ambos el disfraz tiene una prenda que cubre toda la cara”, relata Rommel.
Para la edición de este año, la décima sexta, que se realizará a las 20:00, este quiteño lleno de algarabía vestirá el atuendo de un ‘ponchero’, que no es más que un vendedor ambulante tradicional en las calles del Centro Histórico que comercializa una bebida llamada ‘ponche’, preparada con huevos, cerveza o malta, azúcar y esencia de vainilla. Ingredientes que luego de ser mezclados generan una bebida espumosa.
“Para esta ocasión quise rescatar y visibilizar a alguien que todavía vive y nos brinda un manjar que solo se lo encuentra en Quito. Investigué y descubrí que es una de las primeras bebidas moleculares que existen en Latinoamérica. Me refiero al ponche. El quiteño reconoce a este personaje y hay que rendirle un homenaje porque se resiste a morir con el paso del tiempo”, sostiene Rommel.
La Ruta de las Iglesias tiene su epicentro en el Centro Histórico capitalino, que es el más conservado de América y el primer Patrimonio Cultural de la Humanidad. Abarca 10 kilómetros y su origen data del año 2005, gracias a su mentalizador, Saadin Solah (+). Este año acogerá aproximadamente a quince mil atletas, provenientes de diversas partes del Ecuador e incluso de países vecinos.