En el Chocó Andino los habitantes están contentos pero vigilantes
Autoridades y comuneros esperan que la minería sea erradicada de esta zona. Pero también desean que haya más oportunidades de trabajo para la gente
El oro, la plata y el cobre se quedan bajo la tierra en la Mancomunidad del Chocó Andino. Así lo decidió el 68 % de los habitantes del Distrito Metropolitano de Quito en la consulta popular del 20 de agosto. Sin embargo, el trabajo recién comienza.
En los comicios se tomó en cuenta al territorio ubicado en el Distrito Metropolitano de Quito comprendido por las parroquias Nono, Calacalí, Nanegalito, Pacto, Gualea y Nanegal. En total, 124.000 hectáreas.
En la comuna Buenos Aires de la parroquia Pacto, donde ya se asentó una concesionaria minera, los días transcurren casi en silencio. Sus pobladores se alegraron con el resultado de la consulta, pero también tienen dudas, sobre todo en el tema empleo.
En ese sector, en el que al menos viven 200 personas, la minería también se convirtió en una alternativa. “Sí hay gente que consiguió trabajo en las empresas porque no habían más opciones”, admite la comunera Karina Matute.
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Leer másRosa Rosero, también habitante de Buenos Aires, exaltó la riqueza de esa tierra. “Aquí se da de todo, tanto de clima frío como caliente. Es una zona muy fértil”, asegura.
Esta es una tierra fértil, no solo es turismo. Aquí se da de todo, tanto de clima frío como de calor. Estaremos vigilantes para que se cumpla con la voluntad del pueblo.
Lo que falta, según las vecinas que habitan en la zona, son opciones de empleo de la mano del impulso a la agricultura y al turismo, pues existen parajes hermosos a los que el acceso es limitado.
“Hay unas cascadas muy lindas en las fincas, pero es complicado (llegar a ellas). Está bien cuidar el medio ambiente, pero también hay que pensar en el sustento”, insiste la lugareña.
En esta parroquia ya hubo enfrentamientos. El 19 de diciembre de 2022 los comuneros realizaron un plantón de resistencia en los exteriores de la Corte Provincial de Justicia de Pichincha, para exigir que se dicte sentencia en una demanda interpuesta contra el Estado y frenar la minería.
Estamos conscientes de que sí se perderán algunos empleos, pero estamos buscando las opciones para mejorar la vida de los pobladores de la zona.
Teolinda Calle, procuradora de la Mancomunidad, dijo a EXPRESO que la organización ha solicitado una reunión con la Secretaría de Ambiente del Municipio del Distrito Metropolitano de Quito, para vigilar que la voluntad ciudadana se cumpla. “Nos han confirmado para el martes (la cita), pero también empieza la labor con la comunidad”, reconoce la procuradora. (LEA TAMBIÉN: "Ambientalistas celebran que el Sí haya ganado en la consulta del Chocó Andino")
Ella es una de las propietarias privadas que se unieron para cuidar por sus propios medios la fauna y flora de sus predios. “La lucha no es de ahora, tiene como 20 años. La consulta es el resultado de ello”, aclara Calle.
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Leer másAdemás está pendiente concretar la administración zonal del Chocó. “Es algo que nos ayudaría mucho. Así se descentralizan los trámites y es verdad que no podemos ser tratados como un área urbana”.
Julio Flores, presidente del Gobierno Parroquial de Nanegalito, en el noroccidente de la capital, está consciente de que las mineras representaban una fuente de empleo para los habitantes de la zona del Chocó, pero opina que “también había que pensar en el impacto ambiental y (el impacto) para los habitantes a largo plazo”.
Es por eso que el reto recién empieza, pues aunque considera que el ‘sí’ es una batalla ganada, lo que se viene es la búsqueda de opciones para suplir los empleos que se pierden.
“Esto es un punto de inicio, aunque sin la preocupación de la minería. En septiembre tenemos un festival, por ejemplo”, adelanta. (TAMBIÉN LE PUEDE INTERESAR: "La minería "se concentra solo en un 0,4 % del área del Chocó Andino")
Tanto Teolinda como Julio consideran que lo importante es concienciar a la comunidad para evitar la minería ilegal, y también acerca de la convivencia armónica de los humanos con las especies endémicas que serán conservadas luego del impedimento de explotar el suelo.
El trabajo recién empieza con las comunidades, pues tenemos que alcanzar una convivencia pacífica con las especies. La lucha no es de ahora, tiene como 20 años.
“Tenemos que ver qué dice la Corte Constitucional sobre las 12 concesiones (mineras) que ya fueron otorgadas”, advierte Teolinda.
La reserva se extiende hasta los cantones Puerto Quito, Pedro Vicente Maldonado y San Miguel de los Bancos. En total, aproximadamente 287.000 hectáreas conforman ese espacio.
El Chocó Andino fue declarado como Reserva de la Biósfera por la Unesco en 2018, pues los servicios ecosistémicos garantizan el hábitat y la vida de ciudades como Quito, Los Bancos y Pedro Vicente. Aparte, son la fuente de agua potable para riego productivo y obtención de energía eléctrica.
Cada hectárea de bosque es capaz de absorber hasta 250 toneladas de carbono.
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