Quito, una ciudad fantasma por el corte de energía
Antes de que se inicie el apagón, los negocios cerraron sus puertas. Una muerte violenta alteró la relativa calma
El día del apagón fue inusual para Johanna Izquierdo, que en una calle de la avenida América, en el Seminario Mayor, desde hace un año vende salchipapas.
El miércoles 18 de septiembre de 2024, desde las 19:30, de a poco iba recogiendo un balde, unas bolsas y tarrinas desechables. La pequeña freidora en la que prepara la ‘golosina de los quiteños’, como la llama, todavía estaba prendida. En 30 minutos solo dos clientes se acercaron.
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“Desde la tarde que estoy aquí las ventas han sido menores que otros días, es como que la gente está apurada”, dice. Generalmente trabaja hasta las 21:00, pero el miércoles 18 se fue una hora antes. No se quería arriesgar a que le roben lo poco que gana cuando todo se quede a oscuras.
Cerrar una hora antes a Johanna le representa diez dólares menos en su ingreso diario.
Cerca del puesto de la mujer está la estación Universidad Central del Metro de Quito. Byron Matailo dejó ahí a su novia. Llegaron en moto desde La Carolina, en el norte. El trayecto no les tomó más de 20 minutos, algo que llamó la atención del joven. En un día cualquiera, ese recorrido sobrepasa los 30 minutos. “Vine más rápido, parece que todos se fueron antes a sus casas”, afirma.
En uno de los accesos a la parada del sistema de transporte subterráneo, cerca de las 20:00, apenas había cinco usuarios. En el mismo sector está la parada Seminario Mayor del Corredor Sur Occidental. A ese misma hora, nueve personas esperaban una unidad que las llevara al sur. En comparación con días anteriores, la afluencia fue baja, en horas pico, decenas de usuarios se aglomeran para abordar los buses.
El 18 de septiembre, vías del norte como la Río Coca y Eloy Alfaro, la av. De los Shyris y Portugal registraban alta carga vehicular, como es habitual a partir de las 18:00.
Cierre de negocios
En avenidas como la Colón y América, en cambio, la circulación era fluida, al igual que en el sector de El Bosque, hacia la avenida Mariscal Sucre. En la extensa vía hay decenas de negocios, que a partir de las 19:30 ya cerraban sus puertas, como una medida de seguridad por el corte de luz.
La tienda donde trabaja Fabricio Tituaña atiende las 24 horas y tiene un generador. Su turno finaliza a las 22:00, pero por la suspensión del servicio se fue a las 21:00, su otro compañero ingresó a esa misma hora. Con luz, la puerta del negocio suele quedarse abierta hasta las 24:00, pero el miércoles decidieron cerrarla a las 22:00, “para evitar alguna novedad”, dice el joven.
Desde las 20:30, el movimiento de vehículos y de negocios de a poco se apagaba. Sectores como El Condado y Carcelén, que en la avenida Clemente Yeroví y Diego de Vásquez hay decenas de locales comerciales finalizaron antes debido al corte.
Controles policiales
En la zona, identificada como un punto conflictivo, se desplegó un operativo policial con 15 efectivos. Allí los uniformados realizaron controles a los vehículos y a los conductores les pedían los documentos; se les realizaba un registro corporal.
El coronel Luis Mantilla, jefe del Distrito La Delicia, indicó que se ubicaron en lugares estratégicos como hospitales, la terminal terrestre de Carcelén, centros comerciales y un centro de abastos.
El ambiente de calma que vivía la ciudad el día del apagón cambió por un momento por una muerte violenta en Carapungo. Desde la ventana de su casa, un morador del sector vio que un hombre con un casco intentaba huir, pero fue alcanzado por un sujeto que le disparó en varias ocasiones.
La Ajaví sin luz desde las 00:00
En varias zonas del sur de Quito, el corte de energía empezó a las 00:00. Desde las 21:00, las decenas de comerciantes de la av. Ajaví cerraron sus negocios.
En la vía también se ubican pequeños negocios de comida que atienden hasta las 05:00, sin embargo, por el apagón se fueron más temprano.
El único que se quedó fue Patricio Báez, junto a su esposa y hermanos. Desde hace ocho años vende guatita y seco de pollo. Pese al temor que sentía al ver todo a oscuras, decidió atender a su clientela. Adquirió un generador que le costó 250 dólares. “No tenemos opción, es eso o dejar de vender”, comentó.
En la avenida no había presencia policial. Los controles se hicieron en sectores como la Tribuna del Sur, El Recreo, Quitumbe, La Magdalena. Pasada la 01:00 del 19 de septiembre, en la av. Mariscal Sucre, en la entrada de la Ajaví, se desplegaron militares.
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