El conflicto por el relleno sanitario de El Inga concluyó con un acuerdo
En el relleno sanitario de El Inga se depositan todos los desperdicios que se recogen en los diferentes sectores de la capital.
Luego de los incidentes violentos registrados en los alrededores del relleno sanitario de El Inga, en el suroriente de Quito, que enfrentaron a comuneros con miembros de la Policía y de agentes metropolitanos, autoridades del Municipio capitalino y los habitantes de las zonas afectadas se reunieron la tarde del martes.
A la cita acudió el alcalde de Quito, Santiago Guarderas, autoridades de Secretaría de Ambiente, Emgirs y otras instituciones municipales. Esa era una de las exigencias de los dirigentes de las comunidades de El Inga Bajo, Itulcachi, El Belén y Santa Ana que el martes enfrentaron con palos y piedras los gases lacrimógenos lanzados por los uniformados.
El objetivo del encuentro fue buscar soluciones a los problemas medioambientales que provoca el relleno de El Inga, sobre todo por la contaminación de los ríos de la zona, denunciados por los comuneros.
Los diálogos concluyeron con un acuerdo. Las autoridades de la Empresa Metropolitana de Gestión de Residuos Sólidos (Emgirs) ofrecieron que van a visitar las comunidades para exponer el plan de trabajo referente a los Fondos de Compensación y a la gestión integral del relleno sanitario.
Las comunidades, en cambio, brindarán las garantías necesarias. Más a futuro, Emgirs y la Secretaría municipal de Ambiente se comprometieron a elaborar un plan para el cierre técnico del relleno sanitario, de acuerdo a parámetros técnicos establecidos por la legislación nacional, en coordinación con el Ministerio de Ambiente.
El documento será socializado de forma integral con las comunidades afectadas. Además hubo el ofrecimiento de que se instalarán mesas de trabajo conjuntas para que, por intermedio de la Empresa de Gestión de Residuos, se gestione la atención de las dependencias municipales: Agua de Quito y la Empresa de Obras Públicas. El acuerdo puso fin al impedimento de los comuneros de permitir que los vehículos recolectores de basura ingresen.
El martes, los comuneros de El Inga Bajo, Itulcachi, El Belén y Santa Ana se tomaron la vía E35 para protestar por las afectaciones que el relleno ha provocado en sus sectores.
Usaron llantas encendidas para obstaculizar las vías y llamar la atención de las autoridades. Ellos se declararon en rebeldía.
La medida inició el domingo con la instalación de carpas y campamentos improvisados. Jorge Pineda, presidente de Itulcachi, había señalado a EXPRESO que son al menos 10.000 los comuneros perjudicados por la basura de toda la ciudad.
