Construcción en ladera de Cumbayá afecta al río Machángara

La tranquilidad del sector Jardines del Este, en Cumbayá, se ha visto interrumpida por una polémica obra inmobiliaria que avanza en la ladera del río Machángara.

Este proyecto, que consta de cinco etapas, ha desatado una ola de preocupación entre los residentes debido a las potenciales consecuencias ambientales y de seguridad que conlleva.

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William González, vecino del sector, expresó su indignación ante lo que considera una afectación a la naturaleza y una amenaza para la comunidad. “Toda la franja de protección determinada por el Municipio ha sido afectada. Llevamos dos años presentando denuncias sin respuestas concretas, aunque recién hoy realizan las inspecciones”, comentó.

González señaló cómo la maquinaria ha transformado el paisaje, removiendo tierra y alterando la estabilidad de la ladera, lo que agrava los riesgos de deslizamientos ante la época invernal. Menciona que áreas verdes que cubrían el talud han sido apartadas, dejando a la vista un panorama preocupante.

Las redes sociales también han sido testigos de la indignación ciudadana. Emilio Cobo, usuario de la plataforma X, calificó la obra como una “aberración” e instó a las autoridades a tomar cartas en el asunto. En un video publicado por el ciudadano, se observa maquinaria pesada al borde de la quebrada, removiendo tierra mientras los escombros caen directamente al río, generando un impacto visual y ambiental.

Un equipo de EXPRESO que visitó la zona confirmó que la obra avanza mediante la construcción de terrazas sobre las laderas. Eduardo Lara, residente del sector Miravalle 4, denunció que están realizando trabajos de rellenos para desviar el cauce del río, lo que ya ha generado deslizamientos en su propiedad. 

Mencionó que desde hace ocho meses presentó varias denuncias sobre la afectación ambiental, pero no hay respuesta. “El río siempre buscará su curso natural. Lo que están haciendo es peligroso y puede afectar a las construcciones aledañas, cuando llueve el río es muy caudaloso”, afirmó. Según Lara, los deslizamientos se agravan con la temporada de lluvias, llevando consigo materiales de construcción que terminan contaminando el afluente.

María Elena Rodríguez, miembro del Cabildo Cívico, manifestó que “el río Machángara, declarado sujeto de derechos en 2024, está siendo vulnerado nuevamente. El Municipio tiene la obligación de proteger este patrimonio natural y hacer cumplir la sentencia que exige su cuidado”.

En respuesta a las denuncias, el alcalde Pabel Muñoz dispuso a la Secretaría de Ambiente y la Agencia Metropolitana de Control (AMC) “proceder de manera urgente”. Ambas entidades junto a la Administración Zonal de Tumbaco inspeccionaron el lugar afectado y durante la visita, documentaron los daños utilizando tecnología de alta resolución. Además, colocaron cinta de “sujeto a control” como medida provisional.

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Según informó Ambiente, la AMC analizará la legalidad de los permisos otorgados y se establecerán sanciones en caso de detectar incumplimientos. La entidad de control también informó que trabajan de forma conjunta en un informe para determinar las infracciones.

EXPRESO intentó contactar a los representantes del proyecto, pero informaron que no emitirán ningún pronunciamiento al respecto.

El río Machángara, declarado sujeto de derechos desde julio de 2024, cuenta con garantías legales para su conservación, restauración y protección. Sin embargo, los daños reportados evidencian que estas disposiciones aún no se aplican de manera efectiva. Entre las medidas necesarias a mediano plazo, se incluye la ampliación y recuperación de la vegetación en las riberas y sus afluentes, además de la implementación de planes y acciones orientados a reducir los niveles de contaminación.

La ciudadanía ha expresado su preocupación por otros proyectos inmobiliarios en Cumbayá y Tumbaco, cuestionando si estos cuentan con todos los permisos necesarios y si cumplen con las normativas ambientales.

“Cumbayá se está transformando en una ciudad de cemento. Los proyectos inmobiliarios han invadido la zona y no sabemos si realmente cuentan con los permisos correspondientes”, señaló María Angélica Méndez, quien ha residido en el sector de Miravalle durante 20 años.

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