Quito: Cortes de agua no cesaron en todos los barrios. ¿En cuáles no hay servicio?
Las afectaciones continúan en ciertos sectores e la capital.La Epmaps asegura que sí hay avances
La semana inició con un grato anuncio: la suspensión de los racionamientos preventivos de agua que se habían registrado en la capital desde noviembre.
El motivo, señaló el alcalde Pabel Muñoz, fue un incremento en los caudales del río Pita, que alimenta a la Planta de Tratamiento Puengasí.
Son cerca de cien barrios del sur y centro del Distrito Metropolitano los beneficiados. Sin embargo, al otro extremo de la ciudad, en San Juan de Calderón, la vida en medio de los cortes de agua continúa como siempre. Así lo indica Margarita Coello, quien reside en el sector desde hace nueve años.
En la localidad, el servicio de agua potable está disponible en la madrugada y en las primeras horas de la mañana. Por ello su familia, compuesta por cinco miembros, aprendió a despertarse temprano y a conservar cuatro tanques en la terraza para suplir con ellos las labores cotidianas del hogar.
“Me levanto todos los días a las cinco de la mañana a lavar la ropa, llenar nuevamente los tanques de agua, preparar el desayuno y a empezar los preparativos del almuerzo. Es nuestra realidad. Como no hay una solución, nos hemos tenido que adaptar”, asegura.
Desde la terraza de su casa se puede ver parte de la parroquia, que cuenta con cerca de 40,000 habitantes. En lo techos son visibles los tanques en los que se almacena el agua y con los que los moradores han logrado paliar la precaria situación que los afecta.
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“Parece que cada año tenemos reuniones con el municipio y con la Epmaps, pero siempre estamos a la espera de una solución que no llega. Nos toca recoger agua en los tanques cuando hay servicio, o sino pagar tanquero”, afirma Miriam Guale, vecina del sector.
Otra zona afectada por los cortes de agua, (generados por los apagones) es La Roldós, al norte de la capital. Ahí, la cercanía a las estaciones de bombeo ha afectado la continuidad del servicio y causado estragos para sus residentes, pues el llenado de líneas y tanques de distribución toma entre seis y ciento veinte horas.
No obstante, Verónica Sánchez, gerente de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps) afirma que la situación está próxima a acabarse, tras que se concretara la adquisición de dos generadores móviles con capacidad de 600 kilovatios para La Roldós y Colinas, que evitarán que el servicio se suspenda si los cortes continúan.
Las soluciones llegarán lentamente
Añadió que en los próximos días se espera la llegada de dos generadores adicionales de 300 kilovatios, y que otros equipos serán instalados durante el primer trimestre de 2025 en las 62 estaciones existentes en el Distrito, solucionando la suspensión del servicio en El Bosque, El Condado, La Forestal, La Ferroviaria Alta y Chiriyacu Medio y Alto.
Pero para los barrios de Calderón, en el norte, Chillogallo al sur y las parroquias de La Merced y Alangasí, las soluciones todavía demoran.
“En Calderón tenemos una inversión muy importante de ciento treinta millones de dólares, una línea de ochenta kilómetros que irá desde la fuente hasta la planta de tratamiento y cuyas cuatro fases ya se encuentran en ejecución”, indica Sánchez.
El proyecto se prevé para fines de 2026.
Para resolver la falta de dotación en los barrios altos de Chillogallo se están llevando a cabo los estudios, que concluirán el próximo año, y tras lo cuál se hará el proceso de contratación.
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“En los barrios de Alangasí y La Merced, áreas importantes, estamos ya con los estudios para el proyecto Volcán- El Chorro listos. Este es una línea de transmisión con una inversión de cinco millones de dólares. Estamos en etapa preparatoria ya para iniciar con la contratación de la obra. Esta es una solución a mediano plazo”, afirma la funcionaria.
Las trabas del crecimiento de la urbe
El incremento poblacional ha influido en las complicaciones para el abastecimiento de agua, sobre todo en verano, dice Ottón Zevallos, ingeniero hidráulico y exgerente de la Epmaps.
Asegura que, si bien los proyectos en marcha solucionarán el abastecimiento por varias décadas, es necesario que el cabildo mire hacia el futuro. “Lo ideal es adelantarse al crecimiento poblacional porque, cuando ya hay el problema y uno recién se mete a solucionarlo, se generan desfases que afectan a la ciudadanía”, señala.
