Los cortes de luz debilitan la vida nocturna de Quito
El sector del entretenimiento nuevamente se ve afectado por los cortes de energía
“Desde la pandemia ha sido golpe tras golpe. Toques de queda, estados de excepción y por último los apagones”, se lamenta Joel Jan, administrador de un bar ubicado en la avenida de Los Shyris, en el norte de Quito. Al contrario de otros jueves, el último solo tres mesas estaban ocupadas de las más de 20 que hay en el local.
Con promociones han intentado atraer a más clientes sin obtener los resultados deseados y desde hace tres semanas que se iniciaron los cortes de energía las ventas han bajado al menos en un 50 %. Jan comenta que el viernes es el mejor día de la semana, con ingresos que sobrepasan los $ 2.500, sin embargo, por los cortes pasaron a $ 1.300.
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Leer másSi bien en la cuadra que está el bar no cortan la luz en las noches, eso no ha impedido que se vean afectados. El administrador señala que en los alrededores el servicio sí lo suspenden y al salir del lugar todo es oscuro. “Al frente está el parque La Carolina y sin luz en realidad da miedo, los clientes prefieren no salir”, dice.
Junto al establecimiento hay dos discotecas y cinco locales que ofertan shawarmas. La situación que viven es similar, con menos ventas y visitantes.
Abgas Gazen, dueño de un negocio de shawarmas desde hace 10 años, comenta que desde mediados de septiembre la afluencia de personas se vio reducida e incluso cierran antes de las 24:00 porque no hay clientes. “Para qué nos quedamos sino hay gente, también es peligroso para nosotros”, sostiene.
Una zona desolada
En La Pradera, que en los últimos años se convirtió en el nuevo ‘epicentro’ de la farra en la ciudad, estos días luce prácticamente vacía. Antes de los apagones, los bares, discotecas, cervecerías artesanales y restaurantes no daban abasto para atender a cientos de oficinistas y universitarios.
Hoy la realidad es distinta. Emma Gómez llegó con una amiga a las 20:00 del jueves 4 de octubre hasta una plaza de comidas del sector. En uno de los locales pidió alitas y papas. “A las 22:00 se va la luz aquí, por eso nos quedamos solo una hora y media y nos vamos a la casa”, comenta.
Para Christian Zamora, gerente de dos discotecas en La Pradera, los apagones han sido la “estocada final” para un sector fuertemente golpeado desde la pandemia de la COVID-19.
Zamora asegura que en la actualidad, los ingresos que obtienen son para pagar a los trabajadores y el arriendo de los locales, no les alcanza para cancelar a todos los proveedores. Las ganancias, que en teoría deberían obtener, se van en el alquiler de una gran planta generadora de energía que está ubicada en el ingreso a una de las discotecas.
El gerente explica que adquirir una propia, para el tipo de negocio, implicaría un gasto de $ 17.000, por ello optaron por alquilarla. Cada día debe pagar $ 400, sin contar con el gasto del combustible para que funcione.
“Como hay una alta demanda, el precio por alquilar sube. Generalmente está en $ 200 o $ 250, pero en la actualidad pagamos $ 400”, señala. Por ese pago, que no estaba planificado, desde hace tres semanas el negocio funciona solo tres días a la semana, y no cuatro como era habitualmente.
Y si bien la planta generadora es una alternativa para no cerrar las puertas, Zamora menciona que la clientela ha disminuido en un 60 %. “Nosotros tenemos luz, pero sales del local y todo está oscuro. La gente tiene miedo que le roben y prefiere quedarse en casa. El sector del entretenimiento es una opción que la van descartando”.
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Leer másEl impacto de los apagones también lo viven los trabajadores. En las dos discotecas que gerencia Zamora hay 35 empleados, pero en las últimas semanas llamó a la mitad del personal.
Al ser parte de la Asociación de Bares y Discotecas de Quito, han pedido a las autoridades que se tome en cuenta a las zonas de diversión nocturna y no se suspenda el servicio en la noche. “También tenemos la esperanza que ya no se den apagones y en este último trimestre recuperar algo de las pérdidas de todo el año”, añade.
Según un cálculo preliminar de la Cámara de Comercio de Quito (CCQ), las pérdidas diarias llegarían a los $ 3,5 millones en el sector de restaurantes y de entretenimiento nocturno por la falta de energía.
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