Quito

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Estudiantes universitarios modifican sus horarios y su forma de estudio para sobrellevar los cortes de luz.RENE FRAGA

Cortes de luz: así sobreviven estudiantes y padres de familia a la entrega de tareas

Estudiantes deben modificar sus rutinas para adaptarse a los apagones. Los métodos de entrega también han cambiado

“Como solo tengo luz desde la media noche hasta las siete de la mañana, tengo que poner la alarma justo a las doce para conectarme a hacer y enviar mis deberes”, indica Salomé Sánchez, estudiantes de Jurisprudencia en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE). Al igual que cientos de estudiantes en la capital, los corte de luz han afectado irremediablemente su rutina, empezando por sus horas de estudio y sueño, e incluso su forma de su movilización.

Sentadas en una mesa interior de su facultad, la joven y su compañera, Emily Nuñez, añaden que ya no vuelven a sus casas para almorzar, sino que han optado por quedarse en la universidad durante las horas en que no tienen clases para poder adelantar sus trabajos.

“Es más fácil quedarse porque aquí sí tenemos luz e internet”, señala Nuñez.

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Con ellas concuerda Camila S., estudiante de psicología de la PUCE, quien añade que entre las medidas que ha tomado para sobrellevar la situación también esta imprimir su material de clase en formato físico.

“Normalmente es algo que revisaría en la compu, pero como el horario de los cortes cambia a cada rato, es mejor tenerlo a la mano”, indica.

Jon Luzuriaga, estudiante de Contabilidad en la Universidad Politécnica Salesiana, agrega que, además de complicar su rutina, los apagones también lo han puesto en riesgo a él y a sus compañeros.

La falta de seguridad no ayuda

“Es horrible porque te tienes que llevar la compu a la universidad para adelantar los trabajos, y eso significa que tienes que tener millón cuidado cuando sales de tu casa o vuelves, y pensar súper bien qué transporte tomas”, dice.

Agrega que, junto a otros compañeros que viven en el vale de Los Chillos, se organizan para volver juntos y así reducir la posibilidad de ser víctimas de posibles robos.

“A veces toca esperarles a los otros dos o tres horas hasta que salgan de clases, pero al menos no te expones”, afirma.

Esta realidad también la viven los estudiantes de escuelas y colegios, cuyos padres de familia, frente a los cortes, deben idear maneras para que sus hijos puedan cumplir con la entrega de tareas.

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Las tareas en centros comerciales

Andrea Sánchez es dermatóloga y tiene dos hijos en quinto y octavo de básica en un colegio privado de la urbe. Señala que, al no tener luz en horas de la tarde, debe llevar a los chicos a un centro comercial cercano a su casa para que puedan hacer sus deberes.

“Mis hijos trabajan con una plataforma digital a la que deben subir los deberes. Si bien el colegio ha extendido los plazos de entrega, igual tienen que hacerlos en algún momento, y no los puedo levantar en la madrugad para que los hagan, porque afecta su rutina de sueño. La solución es irnos al shopping, almorzar ahí, y aprovechar para usar el wifi”, comenta.

Agrega que, al igual que ella, esta también es la solución para otros padres de familia del mismo centro educativo.

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Pasar el día en la universidad y usar material físico para estudiar, versus lo digital son algunas de las estrategias de los jóvenes.RENE FRAGA

“Es un gasto adicional que no contemplas, porque tienes que comprar algo para poder usar el wifi, no puedes solo usarlo y ya”, comenta.

Según datos de Quito Como Vamos, en la capital funcionan 1,426 escuelas y colegios, con 500.000 niños y adolescentes. Hay 199.712 estudiantes en las universidades públicas y privadas.

Los profesores también se adaptan

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Para los docentes, la situación también ha representado una serie de cambios en la forma de dictar clases y establecer tareas para sus alumnos.

En el caso de Mariuxi Cárdenas, docente de la Unidad Educativa San Ignacio, al sur de la capital, la respuesta ha sido volver a las técnicas educativas del pasado.

“En este momento, con mis alumnos de bachillerato estoy trabajando con el ensayo comparativo. Normalmente, este es un tema que doy con proyector y cuyas tareas se entregan tipeadas e impresas, pero frente a la situación con los cortes, pues ahorita estoy trabajando con papelógrafo y pizarra, y los chicos están entregando sus ensayaos escritos a mano. Es un cambio para todos”, dice.

Risueña añade que además de esta adaptación, también llevó a sus alumnos a la biblioteca del colegio para que pudieran realizar sus investigaciones utilizando enciclopedias.

“Creo que nadie las abría desde los años noventa. Los chicos no tenían ni idea de qué eran. Tuve que explicarles cómo se usaban”, dijo.

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‘Coworking’ para la ruralidad

El pasado viernes, el Gabinete de Crisis del Municipio de Quito publicó una serie de resoluciones para garantizar la continuidad de los servicios municipales. En el caso de las unidades educativas municipales, el alcalde Pabel Muñoz indicó que habría una reducción de carga escolar y que se analizaría la instalación de ‘coworking’ en seis unidades educativas rurales así como la instalación de otras seis escuelas rurales adicionales. No se establecieron plazos para estas últimas medidas.

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