Quito

Quebrada Cumbayá
Personal de la AMC acudió al predio para notificar a las personas sobre la sanción por contaminar la quebrada.Foto: Leonardo Velasco

El crecimiento de Cumbayá y Tumbaco asfixia sus quebradas

Denuncia ciudadana destapa grave acto de irresponsabilidad ambiental en la zona del valle

La ladera de la quebrada El Tejar, en el barrio Santa Lucía de Cumbayá, aún conserva las cicatrices de un acto irresponsable: el arrojo de escombros por parte de un establecimiento educativo ubicado en sus adyacencias. 

Jenny Peñaherrera, residente del sector, encendió las alarmas y puso en evidencia la grave problemática que enfrentan las quebradas del valle de Tumbaco y Cumbayá.

Lea también: Quito: El paso deprimido de La Y se inhabilitará por un mes

Peñaherrera fue testigo presencial de la contaminación que sufrió la quebrada que está ubicada frente al pie de su casa.

Bomberos lluvias

Quito: Desbordamiento de quebradas e inundaciones por fuertes lluvias

Leer más

Relata cómo desde las 08:00 un fuerte ruido a maquinaria la alertó. Desde el patio de su vivienda se observaba cómo una retro excavadora “iba y venía descargando impunemente” tablas, ladrillos, sillas de plástico y otros desechos en el cauce natural de El Tejar.

La acción no solo contaminó el ecosistema, sino que también provocó el desprendimiento de árboles de la ladera, poniendo en riesgo la estabilidad del terreno.

Indignada por la situación, acudió al establecimiento educativo para reclamar, pero sus palabras fueron recibidas con indiferencia e incluso críticas por parte de los responsables del acto. Ante la falta de respuesta decidió recurrir a las autoridades municipales.

“Lo más triste de este tema es que es un establecimiento educativo que está contaminando el río no dé el ejemplo, está dañando el hábitat de los pajaritos que viven en los árboles”, menciona.

Un equipo de inspección de la Agencia Metropolitana de Control (AMC) junto con EXPRESO llegaron al sitio para verificar la denuncia. En la zona había ramas desprendidas, las huellas de la maquinaria.

Pero lo más preocupante es que dos personas, al día siguiente de haber arrojado los escombros, preparaban en una carretilla de cemento para cubrir el hueco en el muro. Tomas aéreas y desde la casa de la moradora denunciante revelaron las afectaciones.

Quebrada Cumbayá
Personas tapaban el hueco por donde arrojaron los escombros en la quebrada El Tejar.Foto: Leonardo Velasco

Tras constatar el daño ocasionado, se abrió un proceso sancionador contra el establecimiento educativo. La multa por arrojar escombros en quebradas asciende a 225 dólares, una cifra ínfima comparada con el daño irreparable causado al medio ambiente.

Alejandro Oviedo, inspector de la AMC, advirtió sobre las graves consecuencias de este tipo de acciones: alteración del ecosistema, taponamiento de la quebrada, aumento del riesgo de deslizamientos e inundaciones, y afectación general del entorno social y natural.

Problema recurrente

Danny Solá, responsable de Riesgos de la Administración Zonal Tumbaco, señala que el crecimiento desmedido de la parroquia y el incremento de construcciones ha sido el detonante para que aumenten los casos de contaminación en las quebradas

“Una descarga mal hecha genera inestabilidad del terreno”, recalcó, haciendo hincapié en los numerosos reportes de descargas de escombros y otros desechos que han recibido. 

En Tumbaco, quebradas como El Payaso y Rumihuaico también se encuentran en situación de vulnerabilidad.

Lira Villalba, supervisora de la AMC, enfatizó que las 819 quebradas del Distrito Metropolitano de Quito requieren del cuidado y protección de autoridades y ciudadanía.

“Estamos frente a una condición de vulnerabilidad que ha venido dándose por años por malas costumbres y prácticas que ponen en riesgo la seguridad de las personas y el derecho a la naturaleza”, sentenció Villalba, citando el caso de La Gasca como un ejemplo palpable de las consecuencias del mal manejo de las quebradas.

En lo que va del 2024, se han aplicado 57 sanciones por este tipo de infracción. Sin embargo, la responsabilidad no recae únicamente sobre las entidades gubernamentales.

Quebrada Cumbayá
Basura y aguas servidas son parte de la quebrada El Payaso, en Tumbaco.Foto: René Fraga / EXPRESO

La quebrada Rumihuaico también ha sido víctima de la irresponsabilidad humana. La construcción de establecimientos comerciales ha impactado negativamente la quebrada, con la presencia de material de construcción, la toma de un camino peatonal y la pretensión de verter aguas residuales en el cauce. 

En el barrio Tola Grande de Tumbaco, la quebrada El Payaso sufre las consecuencias de un pozo de oxidación sin mantenimiento que emana fuertes olores y contamina el agua. 

Las viviendas aledañas también incumplen con la normativa de respetar una distancia de cinco metros entre las construcciones y el borde de la quebrada.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!