Tras un crimen en Tabacundo, hallan el arma “asesina”
La víctima era estudiante y recibió un tiro en su cabeza. Los familiares realizaron un plantón en la Fiscalía de Cayambe
El dolor y la tristeza que siente la familia de Michael Valencia por su asesinato no se ha aplacado. Esos sentimientos han aumentado tras su sepelio que se realizó en el cementerio de Tabacundo, en el cantón Pedro Moncayo, Pichincha, luego de cuatro días del crimen.
Un pariente de la víctima, quien prefirió mantener el anonimato, dio nuevos detalles de este caso que ha conmocionado a los tabacundeños. Según el allegado, el arma que se usó para matar a Michael apareció en una zona boscosa, unos días después de que el implicado en el hecho la arrojó.
“Es un revólver calibre 38”, manifestó el familiar del menor de edad, quien fue asesinado el pasado 18 de agosto de 2024. Sucedió luego de una festividad conocida como rama de gallos, momento en el que dos tipos en motocicleta fueron sometidos por los asistentes porque se reportó el robo de una autoparte. Michael y otros parientes intentaron retenerlos, pero uno de los criminales le disparó.
Por el caso fueron detenidos los dos sujetos que iban en la moto. El uno fue identificado como Albert Mauricio López Cuarán, colombiano de 30 años, y un adolescente, de 16. Este último sería quien asesinó a Michael cuando trataron de escapar de la multitud.
TAMBIÉN RECIBEN AMENAZAS
Las autoridades ordenaron la prisión preventiva en el caso del extranjero, mientras que del menor implicado no se dieron detalles debido a que es parte de un grupo vulnerable.
Ahora la familia de Michael teme por su vida, ya que el pariente del fallecido le dijo a EXPRESO que han recibido amenazas. Se trataría de gente ligada a ambos sospechosos, aunque se cree que serían conocidos del colombiano.
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Este, según la Judicatura, ha estado inmerso en el tráfico de drogas. Sus dos aprehensiones registradas fueron en 2020 y 2022, respectivamente, debido a este delito en Tabacundo.
El allegado a Michael ratificó lo que la familia pide: que se haga justicia y quecno se los suelte. “Era un muchacho sumamente tranquilo y no merecía morir de esa manera”.
El joven estudiaba en un colegio de Tabacundo y durante sus vacaciones ayudaba a sus padres en la casa.
Maykito, como le decían de cariño, era el ‘alma’ de las celebraciones del Inti Raymi y le gustaba mucho la música. “Me da tristeza lo que ha pasado. Incluso creo que él ya presentía lo que le sucedería porque le decía a los papás que no los desamparará nunca”, finalizó el pariente del muchacho.
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