Cumbayá: Su crecimiento la convierte en metrópoli vibrante

A solo 33 minutos del corazón de Quito, Cumbayá se erige como un refugio perfecto para quienes anhelan un estilo de vida alejado del ajetreo citadino. Su clima cálido y el exuberante entorno natural de esta zona del valle, la convierten en un lugar ideal para vivir, trabajar y disfrutar.

Según el urbanista Hernán Orbea Trávez, docente de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), el crecimiento poblacional de Cumbayá no es un hecho aislado, sino un fenómeno que se enmarca dentro de las dinámicas socioeconómicas de la ciudad de Quito. A partir de la década de 1940, se observó un éxodo gradual de la población de clase media y alta hacia zonas periféricas, especialmente hacia valles como Cumbayá. Esta migración responde a la búsqueda de espacios que ofrezcan exclusividad, accesibilidad a través del vehículo privado y, sobre todo, mecanismos de seguridad que garanticen un estilo de vida privilegiado.

Los residentes buscan un nivel y estilo de vida que les permitan estar en un entorno homogéneo, donde se comparte y se accede a servicios de calidad.

Le invitamos a que lea: Se realizó el primer encuentro de comités de seguridad de Tumbaco

Gloria Espinosa, quien hace 30 años dejó su natal Villaflora para establecerse en esta zona, ejemplifica este éxodo. Atraída por la tranquilidad del lugar, la mujer vio en Cumbayá la oportunidad de construir una vida plena. Desde entonces, ha desarrollado su emprendimiento de arreglos florales y obsequios, prosperando junto al crecimiento de la parroquia.

Este valle experimenta una transformación notable en las últimas décadas. Lo que antes era una tranquila parroquia rural se ha convertido en una vibrante “minitrópolis”, equipada con todo lo necesario para una vida cómoda y moderna: restaurantes, centros educativos, unidades médicas y áreas residenciales que ofrecen seguridad y confort, según refieren sus habitantes.

Para Pedro Tapia, presidente del Gobierno Autónomo Descentralizado (GAD) de la Junta parroquial, este valle alberga un próspero sector empresarial, con una amplia gama de negocios que van desde pequeñas tiendas hasta grandes empresas.

Con una extensión de 7.200 hectáreas y una densidad poblacional de 1.996 habitantes por km², este sector del Distrito ofrece un estilo de vida atractivo para quienes buscan un equilibrio entre dinamismo y paz.

Los barrios de Santa Inés, La Primavera y San Patricio han experimentado un notable crecimiento urbanístico, principalmente enfocado en el uso residencial. Explica que este actualmente cuenta con 820 restaurantes, lo que la convierte en un destino gastronómico de referencia en Quito. Además, la construcción de proyectos inmobiliarios, como Aquarela y San Patricio, enfocada en lo empresarial con una cadena hotelera y un hospital metropolitano, impulsará aún más el crecimiento económico de la zona.

Le puede interesar: Las tragedias trastornaron a La Torera

Guillermo Jimbo llegó desde Loja a Cumbayá en el 2014. Comenta que este sector ha tenido un cambio importante desde que se construyó la Ruta Viva. “Hay una variedad de servicios que se ha ido consolidando”. 

Destaca la seguridad debido a que la mayoría de zonas son urbanizaciones que cuentan con guardianía privada. Si bien este auge ha impulsado el dinamismo del valle, también genera desafíos en materia de movilidad y espacios verdes.

Según el presidente del GAD, el parque automotor de la zona alcanza los 40.000 vehículos, con familias que incluso poseen de dos a tres unidades. Esta situación, especialmente durante los fines de semana, ocasiona una congestión considerable en las calles. La expansión urbana ha convertido espacios naturales en “parques de cemento”, privando a los residentes de zonas verdes donde recrearse, conectar con la naturaleza y disfrutar del aire libre. En restaurantes y terrazas colocan jardines para dar un aspecto natural.

La mejor información en tus manos, SUSCRÍBETE A EXPRESO.