Quito: Debaten solución para las zonas desocupadas
Desde el año 2011, la población aumentó en un 20% mientras que en territorio creció casi en un 40%
El Concejo Metropolitano inició el debate sobre la actualización del Plan de Uso y Gestión de Suelo (PUGS), una propuesta que busca aprovechar las zonas urbanas desocupadas y está enfocada en el crecimiento sostenible y ordenado de la ciudad.
Juan Parra, secretario general de Planificación, explicó que la operación del plan tiene tres objetivos que son personas, ciudad y gestión municipal.
La ciudad requiere un impulso con el tema del desarrollo productivo por un lado y mejorar la calidad y cobertura de los servicios. Permite establecer objetivos de desarrollo a largo plazo que se aplicarían hasta el 2033 con sus políticas y sus metas y objetivos de gestión que permiten operativizar la política publica a través de planes, programas y proyectos.
Según el análisis, desde el año 2011, la población aumentó en un 20 %, mientras que la ocupación del territorio creció casi en un 40 %, en comparación con la década anterior. Es decir, menos personas ocupan mucha más tierra, incluso aquella, en la que es riesgoso vivir. El impacto económico para la ciudad sería muy alto, de seguir creciendo hacia las zonas rurales.
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El Pleno del Concejo también conoció los proyectos de ordenanza reformatorios que aprueban y actualizan el Plan Metropolitano de Desarrollo y Ordenamiento Territorial (PMDOT) y el Plan de Uso y Gestión del Suelo del Distrito Metropolitano de Quito (PUGS). Con 16 votos se aprobó la moción para que para en el segundo debate se unifiquen en un solo texto.
Adrián Ibarra, presidente de la Comisión de Uso de Suelo, explicó que el PUGS es un instrumento de planificación, ordenación y gestión del suelo, que regula el suelo y la edificabilidad en el espacio urbano y rural, cuyo fin es territorializar los lineamientos planteados en el Modelo Territorial Deseado del PMDOT en sus diferentes escalas de planificación.
Ibarra explicó que con el plan de uso de suelo es el instrumento que permite territorializar la visión de ciudad y con el PUG se lo identifica geográficamente en el territorio. "Por ejemplo qué queremos de la ciudad, dónde van a estar las zonas industriales, la protección de riesgo que queremos de nuestras quebradas, en dónde se va a recuperar la densificación poblacional". Muchas de las zonas se han despoblado en especial en la 10 de agosto colocando normativa que permita incentivar a que se densificar la zona.
Para la edil Analía Ledesma establecer la visión que la ciudad espera transitar durante los siguientes 12 años; la ley permite ciertas modificaciones que deben ser aprobadas antes del primer año de gestión de la nueva administración municipal (14 de mayo).
Explicó que de los tres componentes del PUGS solo se pueden modificar el urbanístico y el de gestión de suelo, ya que el componente estructurante se mantiene hasta 2034 (fue aprobado en noviembre de 2022). Esta normativa se refiere a aspectos técnicos, que pasan a estar regulados dentro del Código Municipal, entre ellos: Usos de suelo, Compatibilidades, Edificabilidad, Instrumentos de planificación complementaria, Instrumentos de gestión del suelo.
Hay que tener en cuenta que el PUGS está enfocado en la regulación que el impacto de la expansión urbana puede tener sobre la ocupación del territorio y visualizar que esta expansión tenga una perspectiva de orden. "Esperamos que las reformas ayuden a resolver los problemas que aún no han tenido respuesta como en el barrio Aymesa que por la rigidez del PUGS, se les negó la posibilidad del alumbrado público sobre la vía férrea", detalló.
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Para el concejal Fidel Chamba, dice que con la actualización del Plan se puede establecer los lugares donde se pueden construir. De hecho uno de los objetos del PUGS es poder analizar cuales son los asentamientos que pueden estar en zonas riesgos. Es decir " lo que hace el PUG es tener la capacidad de identificar y establecer nuevos lineamientos que permitan a las personas no puedan construir en zonas de riesgos", señaló.
Quito tiene 182 quebradas y más de 1200 kilómetros en quebradas y esto implica en una lógica geográfica para que las personas no construyan en zonas de riesgo.
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