El desempleo también se siente en el valle de Tumbaco
Personas sin trabajo aguardan en la Plaza de Tumbaco. Pese a los controles, el comercio informal se toma varias aceras
Tumbaco, en el nororiente de Quito, se extiende como un pulpo urbano que abraza un centenar de realidades contrastantes. En sus ocho parroquias, el bullicio del comercio informal se apodera de calles como la Juan Montalvo, donde la necesidad se convierte en motor de vida para muchos.
Aquí, entre puestos de ropa y tecnología a precios populares, se respira el ritmo del 52 % del empleo inadecuado que afecta al sector rural de la capital, según datos oficiales. En medio de este escenario, Alfonso Haro, artesano de 78 años, lleva toda una vida dedicado a la labor del bordado.
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Sus manos, curtidas por el tiempo y la experiencia, se mueven con precisión sobre la tela, dando vida a coloridos tapices y prendas que reflejan la tradición de su parroquia. Con voz suave y pausada, relata que incluso ha fabricado sus propias herramientas para facilitar su labor.
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Leer másMientras da puntadas de color verde para formar el pasto del Escudo Nacional, comenta que por este bordado cobra 70 dólares. “Hace tiempo que no me hacen un pedido así grande”, dice con nostalgia. “A mi edad, ya nadie me quiere contratar”.
A pocos pasos, Jeremy, un joven venezolano, comparte la acera con Haro. Llegó a Tumbaco buscando oportunidades que en la ciudad no encontró. “Hay mucha competencia”, dice resignado, mientras ofrece accesorios para dispositivos móviles.
Informalidad en el centro de Tumbaco
En el corazón de Tumbaco, el Parque Central pulsa con una vida distinta a la que se observa en las lujosas urbanizaciones que trepan por sus colinas. Allí, bajo la sombra de los árboles, se agolpan hombres como Juan Carlos, albañiles curtidos por el sol y la experiencia, que buscan con resignación una oportunidad para trabajar en el valle.
Juan Carlos lleva tres semanas sin llevar un centavo a casa. Su historia, como la de tantos otros, refleja la cruda realidad de un sector que se ve desplazado en medio del auge inmobiliario que vive la zona. “Esperamos ser contratados por los propios tumbaqueños”, dice con un dejo de amargura, “aprovechando el boom de la construcción”. Sin embargo, se encuentran con una barrera infranqueable: la preferencia por mano de obra joven y, en especial, extranjera.
“Es una injusticia”, denuncia Juan Carlos. “Nos ignoran, porque cobramos 20 dólares por un trabajo, mientras que los extranjeros aceptan por $8. ¡Es una miseria!”.
Frente al Gobierno Autónomo Descentralizado (GAD) de Tumbaco, donde se llevan a cabo obras de remodelación, los albañiles locales anhelan que se los tomen en cuenta. “Pedimos que las autoridades nos dejen trabajar, tenemos las mismas capacidades que las personas que están laborando en el parque”, claman. “Que contraten mano de obra local para reducir el desempleo en la parroquia”.
Desempleo en la ruralidad
El desempleo en zonas rurales afecta más a las mujeres y a los jóvenes, según la encuesta de percepción ciudadana del 2023, elaborada por la iniciativa Quito Cómo Vamos.
El documento detalla que el 52% de la parroquia de Tumbaco no puede ahorrar dinero, a esto se resume que las personas viven del trabajo diario como Soledad Tapia. La mujer vende legumbres en la calle Interoceánica de esta parroquia. “Con lo poco que ganamos debemos pagar los servicios básicos, alimentación y estudios de los niños, es imposible ahorrar”.
Este valle alberga un panorama socioeconómico complejo, marcado por la esperanza y la precariedad. Un 55 % de la población mantiene el optimismo de un futuro mejor, mientras que un 23 % se muestra escéptico ante la falta de acciones concretas por parte de las autoridades para mejorar su situación.
Aumento del comercio autónomo
Datos de la Administración Zonal de Tumbaco revelan un aumento significativo del comercio autónomo, con 930 permisos solicitados para su regularización este año. Sin embargo, solo 640 han sido aprobados, dejando a un número considerable de vendedores en situación de precariedad.
Julio Valdivieso, administrador Zonal, reconoce la problemática y la atribuye a la alta movilidad humana en el sector, lo que dificulta la atención focalizada. No obstante, asegura que se están desarrollando políticas municipales para generar empresas asociativas de economía popular y solidaria.
Margoth Suntaxi, comerciante de la zona, ejemplifica esta realidad: “Vemos poco interés de las autoridades en mejorar la situación del sector vulnerable. Si no nos dan la oportunidad de trabajar de forma regularizada, ¿cómo vamos a progresar?”.
Las parroquias rurales del Distrito Metropolitano de Quito no solo albergan a cerca de un millón de habitantes, el 34 % de la población total, sino que también abastecen el 5 % de la demanda alimentaria de la ciudad. Representan el 94 % del suelo del Distrito, un área con un enorme potencial para el desarrollo económico y social.
Las autoridades han lanzado la Estrategia de Gestión Integral de la Ruralidad. La iniciativa busca mejorar las condiciones de vida en estas zonas a través de un plan de inversiones que incluye proyectos realizados por los (GAD) parroquiales rurales, con financiamiento del Municipio. Además de la creación de ferias productivas y la capacitación de la población para combatir el desempleo.
Los moradores y comerciantes exigen soluciones más ambiciosas e integrales que ataquen las raíces de la desigualdad y la falta de oportunidades, especialmente que se aborde el problema de la alta movilidad humana en este valle.
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