Deuda impaga frena a la bicicleta pública en Quito
Siete meses sin el servicio y una deuda de 470.000 mantienen en incertidumbre la movilidad sostenible de Quito
Han transcurrido siete meses desde que el servicio de bicicleta pública de Quito fue suspendido y, hasta la fecha, el Municipio no ha dado una respuesta concreta sobre su reactivación. Mientras la ciudad sigue sin este medio de transporte sostenible, una deuda pendiente con la empresa encargada del proyecto, ESPE Innovativa, mantiene en vilo el futuro del servicio.
La empresa ESPE Innovativa, encargada de la implementación y operación del sistema de bicicletas públicas, reveló a EXPRESO que el Municipio le adeuda aproximadamente 500.000 dólares. Esta falta de pago ha afectado la capacidad de la firma para seguir invirtiendo en otros proyectos que beneficien a la ciudad y al país.
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Leer másGerardo Pazmiño, gerente de ESPE Innovativa, señala que han pasado siete meses desde la culminación del contrato y, a pesar de las constantes gestiones, la deuda persiste. Explicó que el Municipio entregó un anticipo de 475.000 dólares para un proyecto valorado en 960.000 dólares, con una extensión contractual de dos meses. Sin embargo, solo se han cancelado las planillas correspondientes a mayo y junio de 2023, cuyos pagos se realizaron en noviembre de 2024. Aún restan 12 pendientes por un monto cercano a los 470.000 dólares.
Según Pazmiño, la Secretaría de Movilidad ha informado que el pago está en trámite, pero continúan solicitando cambios en la documentación, lo que retrasa el proceso. “Nos dan largas y no hay pago”, lamenta el gerente. Además, el administrador del contrato renunció, lo que ha generado aún más demoras. La empresa evalúa acciones legales para exigir el cumplimiento de las obligaciones municipales.
Mientras tanto, menciona que cuando culminó el contrato, cumplieron con el plazo establecido para retirar las bicicletas y el software del servicio, y que ahora permanecen almacenados en las bodegas de ESPE Innovativa.
Cristina López, concejala y vicepresidenta de la Comisión de Movilidad, ha solicitado información detallada sobre el cronograma y proceso para restablecer el servicio. “No tenemos información clara, pero es fundamental que este sistema vuelva a operar. Un porcentaje importante de la población dependía de él, especialmente en el centro de la ciudad, donde promovía la movilidad sostenible”, manifiesta.
Por su parte, el alcalde Pabel Muñoz aseguró que el proceso de contratación está en curso y que se analizarán las propuestas para garantizar una competencia adecuada. “Esperamos que a mediados de este año podamos implementar nuevamente el servicio de manera escalonada”, señaló.
Añadió que el contrato anterior fue concebido como un piloto para medir la demanda y que, en el futuro, habrá más bicicletas públicas para la ciudadanía.
Preocupación de los usuarios
En su momento, la Secretaría de Movilidad explicó que la nueva etapa promete una red de infraestructura, ciclovías y parqueaderos completamente renovados, así como la ampliación del servicio con, al menos, 50 estaciones adicionales y atención los siete días de la semana.
Los usuarios han expresado su preocupación y exigen que se restablezca el servicio. Esteban Ocampo, presidente del colectivo Cicleada por la Vida, critica la falta de comunicación efectiva por parte del Municipio y exige transparencia en el proceso. “La bicicleta ha sido una solución de movilidad para muchos ciudadanos. Las estaciones estaban ubicadas en puntos estratégicos que facilitaban la conexión con otros medios de transporte y reducían el tráfico”, explica.
Además, Ocampo señala que la infraestructura de ciclovías sigue en expansión, pero sin una planificación adecuada ni garantías de seguridad vial para ciclistas y peatones. “En el redondel de la Atahualpa, por ejemplo, hay ciclovías que no conectan entre sí, lo que genera un problema en la movilidad urbana”, denuncia.
El contrato del sistema de bicicletas públicas comenzó el 15 de mayo de 2023 y estaba previsto que finalizara el 14 de mayo de 2024. No obstante, se extendió hasta julio de ese mismo año. Durante su operación, el servicio benefició a 18.000 usuarios registrados, siendo especialmente utilizado por estudiantes.
En total, se realizaron 172.000 viajes, los cuales contribuyeron a la reducción de 216 toneladas de emisiones de dióxido de carbono.
Los usuarios destacan que el servicio era gratuito y facilitaba la movilidad de muchas personas, especialmente en el centro de la ciudad. Sin embargo, la falta de un plan claro para su reactivación ha generado incertidumbre y descontento.
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