Donaciones a fundaciones se ven afectadas por crisis económica y de seguridad

Durante 37 años, el Albergue San Juan de Dios, ubicado en el centro de Quito, ha vivido de las donaciones de los capitalinos y de empresas privadas. Elizabeth Moreno, gerente del centro, menciona que no reciben ayuda del Estado, por lo que la solidaridad es fundamental para atender a personas en situación de calle, niños y adultos mayores.

Sin embargo, reconoce que en el último año las ayudas han disminuido por factores económicos y también por el incremento de delitos informáticos como los fraudes en compras con tarjetas de crédito o débito.

Este ingreso que tenía la casa de acogida bajó un 10 %. El albergue trabaja con formularios autorizados de débito bancario, pero por casos como compras realizadas de manera fraudulenta, la desconfianza a entregar datos personales es mayor. (Lea además: "Estos son los horarios de presentación del Quitofest")

“Las personas ya no autorizan el débito de la cuenta o recargo a la tarjeta de crédito y cada día es más difícil que las personas entreguen sus datos”, dice Moreno.

Si bien el 10 % podría parecer un número bajo, para la institución es una pérdida significativa. A esto hay que sumarle que varias personas retiraron su contribución mensual porque perdieron su empleo.

El Albergue San Juan de Dios palpa esta reducción en donaciones desde el 2022, pero la sintió con más fuerza desde abril de este año. En 2022, por ejemplo, se entregaban 120 canastas de víveres semanales, en la actualidad son 50.

Una situación similar vive la Fundación Jonathan, que a diario atiende un promedio de 400 personas entre niños y niñas con discapacidad, enfermedades catastróficas y adultos mayores en situación de vulnerabilidad. (También puede leer: "El Municipio rechaza los actos vandálicos y robos a bienes públicos")

Para Catalina Avilés, directora de la organización, por la complicada situación económica las personas se limitan mucho en los gastos y se han visto disminuidas donaciones en alimentos no perecibles y pañales. El cierre de empresas que colaboraban o la disminución de la producción también afectó en las contribuciones.

La fundación fue creada hace más de 20 años luego de una tragedia que alcanzó a la familia Zambrano Avilés. El 24 de septiembre de 2002, el pequeño Jonathan, de 8 años, fue secuestrado y asesinado.

Él fue el único hijo biológico de Catalina Avilés. La experiencia le llevó a crear una fundación que promueve la ayuda para niños y adultos mayores, ambos pertenecientes a los grupos vulnerables.

Alimentación, tratamientos y terapias son parte de la ayuda que brindan. Además, dispone de un albergue en el que reciben a padres de familia que no son de la capital y que han debido movilizarse a Quito para hacer atender a sus pequeños en el hospital Baca Ortiz.

La Fundación Jóvenes Contra el Cáncer es otra ONG que se ha visto afectada. Gustavo Dávila, director, comenta que desde la pandemia, en 2020, se redujeron las donaciones de alimentos, así como los apadrinamientos que hacían personas particulares o empresas.

Sin embargo, desde marzo de 2023 la situación se agudizó. Antes, la fundación apoyaba con dinero para los pasajes de al menos 1.400 'guerreros' que necesitaban movilizarse por los tratamientos contra el cáncer o con kits de víveres. En la actualidad logran recaudar para ayudar a menos de 1.000.

El cierre de algunas empresas y el desempleo son dos factores que señala Dávila para esta realidad que vive la fundación. Las personas que dejaron de apadrinar sostienen que ya no pueden hacerlo, debido a que se quedaron sin trabajo.

Si bien el escenario es adverso para estas organizaciones, el objetivo de ayudar a quienes más lo necesitan sigue intacto. Sobre todo que ya se acerca la época navideña.

Tanto Avilés como Moreno resaltan que se trata de un tiempo de reflexión, de pensar en la fortuna de tener una familia. También un tiempo de pensar en el otro, en las personas que viven situaciones de vulnerabilidad y es allí cuando la solidaridad debe primar.

Y es este punto tampoco es necesario contar con un gran presupuesto. Una alternativa que señala Avilés es donar cosas que tenemos en casa y que estén en buen estado como ropa o juguetes. La consigna es donar con dignidad, agrega Moreno.

Pese a la disminución de las donaciones, el Albergue San Juan de Dios realizará un festejo en Navidad. Está previsto que se beneficien 200 personas de hospedaje e internos.

Para la comunidad vulnerable se brindará atención médica y se entregará una funda de caramelos con un mensaje alusivo a la fecha. Este 2023 ya no se entregarán canastas navideñas.

La Fundación Jóvenes contra el Cáncer lanzará la próxima semana la campaña Padrinos de Navidad. El objetivo es que cada persona o empresa done una canasta de víveres y la entregue personalmente a cada paciente.

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