Quito: Dos barrios del centro se sienten abandonados
Están en Toctiuco y dicen tener más problemas que obras. Vías en mal estado y sin iluminación acentúan la inseguridad
El temor a ser víctimas de la delincuencia obliga a los habitantes de los sectores San Salvador y La Chorrera, del occidente de Quito, a no salir ni llegar a altas horas de la noche a casa. Según cuentan los vecinos, la zona es acechada por personas sospechosas que deambulan en búsqueda de ciudadanos a quienes asaltar y también de cualquier tipo de objeto, por más mínimo sea el valor que represente.
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Leer másUna muestra de aquello es la desaparición paulatina de focos, grifería y otros elementos de un área deportiva inaugurada hace pocos meses.
“La inseguridad está tremenda. Acá han asaltado a partir de las 21:00 y los vecinos tienen que guardarse”, sostiene Mayra Enríquez, dirigente comunitaria de San Salvador, quien agrega que ese no es el único problema del lugar, porque también hay inconvenientes en el alcantarillado y alumbrado público, además de vías en mal estado.
La moradora explica que las calles fueron construidas hace más de 40 años y que en su mayoría no han recibido mantenimiento. Ella hace énfasis en que por lo menos se debería trabajar en “las vías principales, porque es frecuente el paso de los buses”.
Evelyn Maldonado, quien habita en el barrio La Chorrera, dice que el paso de vehículos grandes y el descuido de las autoridades encargadas de las obras públicas han ocasionado que existan baches y que además sus casas tiemblen, porque los carros se ven forzados a realizar movimientos bruscos por el mal estado de la carretera.
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Leer másPara “amortiguar en algo el problema, entre vecinos nos hemos tenido que poner de acuerdo y de nuestro bolsillo sacar para poner concreto”, afirma la residente.
Maldonado menciona que han hecho solicitudes formales para que se instalen cámaras de videovigilancia y alarmas comunitarias en el sector, además de mejorar el alumbrado público, porque los vecinos creen que esa es una forma de combatir a la delincuencia.
Ella dice que ante situaciones de riesgo “se llama a la policía, pero acá no suben”.
Mayra Enríquez cuenta que hasta hace diez años, aproximadamente, en el sitio había una Unidad de Policía Comunitaria (UPC), pero esta fue cerrada y ahora piden que en la zona haya resguardo. No obstante, “no hemos tenido respuesta”, lamenta.
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Leer másOtra necesidad que enfrentan, comenta Evelyn Maldonado, es el servicio de transporte público. Pese a que existen unidades que cubren esta ruta, estas no se conectan con el sistema de transporte Ecovía, porque en la actualidad los carros llegan únicamente hasta la Plaza del Teatro, en el Centro Histórico. Este es un deseo que tienen y guardan la esperanza de ser escuchados por las autoridades municipales.
Sobre esto, también se informó que este servicio no se ofrece hasta altas horas de la noche, lo que dificulta el retorno de los vecinos.