Las dos caras del consumo de agua potable en Quito
En zonas comerciales de Quito y en los valles el consumo de agua aumentó a inicios de 2024. En dos barrios de Calderón, en cambio, el líquido escasea
Para Zoila Imbacuán, moradora del barrio Vista Hermosa, ubicado en Calderón, en el extremo norte de Quito, el agua, literalmente, vale oro. Desde hace siete años que vive allí le ha tocado comprar el líquido vital. La mujer comenta que cada 15 días invierte $ 25 para llenar dos tanques: uno de 2.500 y otro de 1.000 litros.
Vivo siete años en Vista Hermosa y nunca hemos tenido agua. No nos cobran por el servicio. Cada 15 días compramos 3.500 litros de agua por 25 dólares. Aquí el agua vale oro.
Entre todos los miembros de la familia reúnen más de un dólar diario para comprar el agua de tanqueros particulares que llegan al sector. Imbacuán asegura que en las reuniones que han mantenido los vecinos para pedir una solución a las autoridades se ha hablado del proyecto de agua potable para Calderón, que se espera, según les han dicho, que se concrete en dos o tres años. Este proyecto prevé ampliar el servicio en las parroquias de Calderón, San Antonio de Pichincha y Calacalí, en el noroccidente.
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Mientras tanto, en los techos de las viviendas del barrio Vista Hermosa es común ver tanques azules llenos del líquido vital en las terrazas.
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Leer másMaría Araque, en cambio, vive entre Vista Hermosa y San Juan de Calderón Alto. Bajó desde su lugar de trabajo con muchas prendas de ropa para lavar. Lo hizo porque en la parte alta no hay agua. La mujer cuenta que todos los días, aproximadamente desde las 10:00, la fuerza va disminuyendo hasta que el servicio se corta y regresa en horas de la noche. Por eso en su casa están acostumbrados a madrugar y procuran hacer todas las tareas del hogar.
En el barrio, todos los días se va el agua en la mañana y regresa en la noche. Nos toca recoger el líquido en baldes grandes y madrugar para utilizar en el aseo personal.
Estos dos escenarios se contraponen con lo que sucede en sectores de la capital como La Carolina, el mismo Calderón, en zonas bajas, o los valles de Tumbaco o Cumbayá, en donde el consumo se incrementó en las últimas semanas.
“Tenemos identificado un mayor consumo en la zona céntrica, en la parte comercial y residencial de todo el Distrito Metropolitano de Quito”, señala Henry Proaño, jefe de la unidad de operaciones norte de distribución de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps).
Proaño explica que, en el caso de los valles, al ser zonas calientes, hay un mayor consumo de agua. También influye la existencia de propiedades grandes que demandan más cuidados para los que se necesita el líquido (riego de jardines, piscinas, lavado de autos, etc.). Sin embargo, aclara que en todo el Distrito Metropolitano de Quito (DMQ) hay un aumento.
Pese al incremento en el consumo de agua potable en el Distrito Metropolitano no se contemplan los racionamientos. Tenemos un plan de mantenimiento de las fuentes.
Generalmente, el consumo diario por habitante en el DMQ bordea los 180 litros por persona, pero se ha incrementado a promedios que superan los 240 litros. Esta cifra sobrepasa lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que define que una persona requiere de 100 litros de agua al día para satisfacer sus necesidades de higiene y consumo.
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Los factores que inciden en este alto consumo, señala Proaño, son el veranillo (presencia de altas temperaturas y ausencia de lluvias) por el que atraviesa la capital y el anuncio del conflicto interno armado, que el pasado 9 de enero del 2024 obligó al retorno a clases virtuales y el teletrabajo.
Este incremento del consumo de agua en verano es un hecho frecuente. En 2023, por ejemplo, aumentó hasta los 250 litros por persona. Debido a ello hubo una afectación en el abastecimiento y llegaron los cortes del suministro, sobre todo en zonas altas y en las parroquias rurales del Distrito Metropolitano.
En diciembre del 2021 también se registró una cifra similar, lo que representó un 25% adicional comparado con el mismo mes del 2020.
Proaño asegura que desde la Epmaps están trabajando en campañas de concienciación para que la población tenga un consumo responsable y racional del líquido vital y así evitar un incremento más fuerte. Además, agrega que como institución garantizan la dotación del servicio y se descartan racionamientos.
El principal llamado es a la ciudadanía para que use el líquido vital de manera consciente.
María Araque menciona que solo cuando se siente la escasez es cuando se da valor a recursos tan básicos como el agua.
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