Dos grupos combaten el estrés con pasos de baile
En el Bicentenario, decenas de personas practican bailoterapia de martes a sábado. Es su forma de lidiar con la angustia por la coyuntura nacional
Bailar, respirar aire puro, conversar con amigos, reír, dejar de lado el celular. Esa es la fórmula que dos grupos encontraron para despejar su mente por una hora, de lunes a sábado, ejercitándose a diario en el parque Bicentenario, en el norte de Quito.
Aparte del ejercicio, nos vamos de viaje a cascadas, ríos y montañas. Celebramos Navidad y otras fechas. Lo importante es sentirnos bien física y mentalmente.
La actividad física no resuelve los problemas, pero realizarla ayuda a lidiar con ellos. Bajo esa filosofía, adultos de diversas edades madrugan para llegar a tiempo a sus clases y formar comunidad con sus compañeros y sus profesores.
Las innumerables noticias negativas que en los últimos años han afectado al país, también han incrementado el estrés en la gente e influido en su estado de ánimo. Sobre todo episodios como las violentas manifestaciones de octubre de 2019 y junio de 2022, la pandemia y la declaratoria de conflicto armado interno de enero pasado.
El miedo, ya sea ante la violencia o los posibles contagios de covid-19, afectó a muchísimas personas que temporalmente dejaron de visitar parques y espacios públicos. Pero poco a poco, dos grupos (Bailoterapia Bicentenario y Fuertes, Sanos y Felices) decidieron enfrentar ese temor y volver a un espacio en el que se sienten libres, seguros y en paz.
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Ellos se mezclan entre la gente que a diario va al parque para correr, pasear con sus mascotas, caminar, entrenar, asistir a clases de fútbol, básquet, artes marciales y otras actividades.
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Leer másEl nombre del segundo grupo salió de su grito de guerra, que repiten al inicio, durante o al final de su rutina: “¿Cómo estamos?”, pregunta Inés Salguero, su instructora. Todos le responden a todo pulmón: “¡Fuertes, sanos y felices!”.
Acuden entre cinco y quince personas cada día e intercalan bailoterapia, calistenia, gimnasia lúdica y gimnasia psicofísica los lunes, miércoles y viernes, con yoga y pilates los martes y jueves. Cuando alguien pasa junto a ellos, Salguero sonríe e invita a quienes los miran a sumarse. “Aquí nos juntamos personas de distintas edades y condición física. Tratamos de que hagan todo lo que puedan hacer, sin presiones”, dice.
La idea es ejercitar la mente y el cuerpo para entrar en contacto con su yo interior, en una época de presión y estrés. Están convencidos de que la actividad física es la mejor herramienta para cuidar de la salud y para lidiar con la realidad.
Mariana Mantilla es una alumna. “Me gusta la solidaridad de las chicas y compartir. Son unas compañeras muy activas. En todas las cosas que hemos hecho nos ayudamos”.
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Uno de sus compañeros es el adulto mayor Jaime López, quien afirma que esta actividad y los paseos que a veces organizan le disipan y le permiten manejar toda la angustia y “lo que trata de meterse en la mente”. Para él, las risas y charlas sobre temas personales y sociales son una forma de adaptarse al cambio y seguir adelante.
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Leer másCerca de Aeropolicial está el grupo de bailoterapia que se formó por la iniciativa municipal llamada ‘Quito Activo y Saludable’, que poco a poco se diluyó. En ese entonces, Paúl Jayo, uno de los instructores, tenía 20 años. A los participantes les gustaba tanto que le propusieron continuar, con autogestión. Por eso sigue alegrando las mañanas de las entre 20 y 50 personas que participan en sus clases los lunes y viernes.
La música y el baile nos han liberado a todos. Sabemos que hay muchos problemas en el país y personales, pero estar aquí juntos nos ayuda a sobrellevarlos.
Otros colegas dirigen sesiones de martes a jueves y los sábados. Hace poco el grupo cumplió 10 años y se mandaron a confeccionar una camiseta especial para conmemorarlo.
Norma Gaviria recuerda que antes de que el antiguo aeropuerto se convirtiera en parque, varios de los participantes ya bailaban en La Campiña. Luego fueron al Bicentenario. Poco a poco, al baile se sumaron otras actividades como celebrar a los cumpleañeros del mes en una pambamesa o jornadas especiales en Halloween, Navidad, el Día del Amor y la Amistad o las fiestas de Quito. Luis Reascos las coordina con gusto, porque siente que es importante hacer comunidad. “Nos vamos limpios, hacemos amistad y queremos que el grupo siga creciendo”, dice.
Los participantes se ríen con las ocurrencias de cada uno y bailan con ganas. “La gente ha tenido la voluntad de nunca parar. Antes decíamos que solo se descansa cada Viernes Santo y en caso de guerra. Era una broma, pero pasó. De eso también nos sobrepondremos”, finaliza Jayo.
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