Dos pandillas enfrentan la presión de las mafias
Los Vatos Locos y los Latin Kings han perdido a sus líderes Quito, pese a la violencia, es ajena a la guerra del narco
Los Vatos Locos y los Latin Kings han sido golpeados en Quito.
Jonathan Toapanta, de 34 años, un líder de los Vatos, fue asesinado el 21 de mayo en Santa Rita, en el sur. Una semana antes, el 14 de mayo, fue acribillado Manuel Zúñiga cuando conducía por Conocoto. Junto con él fue asesinada Cinthya Cruz, la llamada Madrina y quien figuraba como la jefa de las mujeres de la organización. En ambos casos se usaron armas largas.
¿Venganza, mensajes o ambos? La Fiscalía investiga. A partir de estos hechos, hay miembros de estos grupos juveniles que han salido de la ciudad y otros, en cambio, hablan de una presión por parte de mafias dedicadas al narcotráfico, que buscan cooptarlos en la cadena del tráfico de la droga y en la guerra entre bandas que ha sumido al país en una ola de violencia.
Quito, a pesar de sus problemas de seguridad y robos constantes, ha resistido. La capital se ha visto relativamente poco afectada por esta guerra de mafias. A diferencia de Guayaquil, donde cada día asesinan a cuatro personas, en Quito la cifra de muertes violentas es un fallecido cada tres días.
Las bandas delictivas ‘gobiernan’ los barrios
Leer másEn cifras, 552 personas han muerto en Guayaquil, mientras que en Quito van 56, desde enero hasta el 25 de mayo.
Con la muerte de Zúñiga, también conocido como King Magestic, las disputas internas dentro de los Latin Kings salen a flote y ponen a la ciudad en riesgo de ser cooptada por las mafias, como ha pasado en Esmeraldas, donde hay bandas dedicadas al sicariato, a dar seguridad a los cargamentos de estupefacientes y al tráfico de armas y de cocaína.
Dentro de los Latin Kings hay varias líneas de liderazgo, según los agentes de Inteligencia. King Magestic exhortaba a quedarse fuera de las pugnas entre mafias y fortalecer “la lucha por el reconocimiento”. Su pensamiento era alejarse del arquetipo de pandilla violenta y “ser una nación más cercana a un movimiento sociocultural”, según explicó en una entrevista nueve meses antes de su atentado.
Mientras en las cárceles se daban las matanzas, Zúñiga abogaba por evitar la confrontación, no tomar partido por Los Lobos ni Los Tiguerones y centrar sus acciones en la confección de ropa, administración de servicios de comida y la producción de música.
Otros miembros de los Latin buscaban el fortalecimiento de la organización mediante alianzas con mafias grandes. Grupos más pequeños estaban dedicados a la venta de droga al menudeo y a conseguir dinero fácil. “Hermanitos descarriados”, dice un miembro. También los conocen como Súper Latin Kings.
En los Vatos Locos, la situación es simular. Hay grupos que se dedican a delitos menores, tráfico de droga al menudeo y robos, pero otros se han alejado completamente de la droga y se dedican a labores sociales. Los viernes de noche, por ejemplo, los Vatos Locos de los barrios del centro reparten comida a los indigentes.
Pero hay otros integrantes que han estado en las cárceles o que tienen un largo historial delictivo y pretenden que la pandilla se dedique a dar seguridad a las mafias, o que sus miembros se ofrezcan como mercenarios o colaboren directamente en el tráfico de droga o robos violentos.
Un agente de la Policía Nacional sostiene que en Quito no hay extorsiones. Los cargamentos de drogas hallados son camiones de paso hacia la Costa. “En Quito hay más control, por eso la evitan”. Sin embargo, en la capital se mueve el dinero del narcotráfico.
Dentro de las organizaciones juveniles, los integrantes esperan resistir. Dicen que ellos no quieren la guerra.
La seguridad en los barrios
La Policía Nacional ha informado que se incrementará el número de uniformados en los barrios, pues ellos deben realizar tareas preventivas. Su labor, al ser parte de la Policía Comunitaria, es conocer cada barrio, cuáles son las necesidades, los riesgos, peligros y quiénes son los líderes barriales. La Alcaldía ha asegurado que ayudará para que las UPC sean abiertas, ya que un estudio previo reveló que solo el 30 % de las UPC laboraban de forma permanente, los siete días de la semana. El objetivo según la Policía es, sobre todo, que los jóvenes estrechen lazos con los agentes.
El detalle
Delitos. En Quito, el principal problema son los robos a personas de forma violenta. Los casos de sicariatos son poco comunes.