Entrega de reconocimientos y placas apunta a la rigurosidad

La decisión fue unánime. 20 ediles aprobaron retirar la condecoración Gran Collar Sebastián de 

Benalcázar que le entregó el Concejo Metropolitano, en la Alcaldía de Augusto Barrera en 2012, al entonces contralor Carlos Pólit.

La revocatoria se dio después de que un jurado federal de Florida, en Estados Unidos, lo declaró culpable del delito de lavado de activos.

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El concejal Bernardo Abad fue quien propuso que se incluya en la orden del día del Concejo dicha petición. Señaló que Pólit ha sido objeto de sentencias “a nivel nacional e internacional por el cometimiento de actos de corrupción”.

La revocatoria de la distinción al excontralor se da en el contexto del retiro de placas conmemorativas a los exalcaldes Mauricio Rodas y Santiago Guarderas de dos estaciones del Metro.

“La placa que se autocolocó Santiago Guarderas ha sido retirada de la estación San Francisco”, dijo Wilson Merino, concejal que realizó la propuesta y que fue aprobada en diciembre de 2023 por el Concejo Metropolitano.

La resolución indica que se prohíbe incluir nombres de servidores públicos o entes adscritos a las placas conmemorativas que se colocan en la inauguración de obras públicas, construcción o remodelación.

En total se identificaron 241 en todas las administraciones zonales. Varias de ellas ya se han retirado.

Para Merino, uno de los objetivos es “resignificar el oficio del político” y evitar la autopromoción con recursos públicos, lo que no implica que las placas queden prohibidas.

El edil recalca que una distinción o reconocimiento debería otorgarse después de que se haya evaluado un resultado. También señala que en el caso de las condecoraciones es necesario que la persona o institución sea reconocida por su honradez y ética en todos sus actos.

La concejala Analía Ledesma considera que es absurdo otorgar placas o condecoraciones por hacer el trabajo que corresponde a cada autoridad o funcionario.

De su lado, el concejal Bernardo Abad menciona que es imperante definir con más claridad los requisitos y quiénes pueden ser acreedores a estos reconocimientos. “Estuvo claro que la presión política del momento primó y se entregaron preseas entre ellos mismos”, dice en referencia a que Pólit fue contralor durante el mandato de Rafael Correa.

Aunque señala que en su momento Pólit sí fue idóneo para que le entreguen la condecoración ya que cumplía algunos de los requerimientos, entre ellos ser un servidor público en funciones. “Es algo difícil de saber, todo ocurrió después”, en alusión a la sentencia contra el exfuncionario.

Con ello concuerda Rodrigo Cáceres, presidente de Quito Honesto. Explica que existe una guía metodológica donde se define el tipo de condecoraciones y bajo qué circunstancias se deben entregar.

Una primera fase es la convocatoria pública. Luego está la presentación de postulaciones que pueden hacer concejales, autoridades y la misma ciudadanía. Posteriormente está la admisión, en donde la Comisión de Mesa del Concejo revisa que los postulantes cumplan con los requisitos.

Después viene la etapa de subsanación, en la cual la Comisión puede solicitar información adicional sobre la postulación. Le sigue la fase de impugnación, que consiste en que si una persona considera que el candidato o la institución no cumplen las condiciones o no merece la condecoración puede objetarla.

Posterior a todo ese análisis, la Comisión de Mesa somete a votación de los concejales, quienes finalmente deciden a quién otorgan las distinciones.

“Todo está regulado en la guía. En esencia hay un camino claro por recorrer para otorgar los reconocimientos”, sostiene Cáceres.

En el caso de Pólit, agrega, se encontraba en funciones como contralor durante cinco años, incluso, según su hoja de vida, mantuvo cargos de importancia en organismos internacionales.

Cáceres señala que la entrega de la distinción se dio en circunstancias anteriores y tras los hechos ya conocidos, el actual Concejo lo revocó. Para el presidente de Quito Honesto “sería lamentable que se tenga que ir regulando la normativa en base a un hecho puntual”.

Un planteamiento es que en la guía metodológica se podría incluir una disposición que, en el caso de conocer ciertos hechos subsecuentes al otorgamiento se analice y luego se lo retire. Cáceres menciona que la ciudadanía juega un papel importante y si conoce que una persona o institución no es merecedora de la distinción, puede impugnar tal como se establece en la guía.

A la concejala Analía Ledesma, en cambio, le llama la atención que se le haya entregado la condecoración Sebastián de Benalcázar a Pólit. En su intervención mencionó que, según la guía metodológica, se califica bajo dos parámetros.

El primero es impulsar planes, programas, proyectos o políticas públicas en favor de la ciudadanía y el segundo es acreditar, documentadamente, acciones en favor de la comunidad. “Dudo que haya cumplido con alguno de ellos”, dijo.

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