Con escepticismo, los quiteños acogen al nuevo burgomaestre
Con un 25 % de aceptación, Pabel Muñoz alcanzó el sillón municipal. Algunos ciudadanos dudan y otros se aferran a la esperanza de cambio en la ciudad
Una vez que el Consejo Nacional Electoral (CNE) escrutó el 99,85% de las actas, los capitalinos conocieron que el nuevo burgomaestre de la ciudad será Pabel Muñoz, candidato por el movimiento Revolución Ciudadana, quien alcanzó 333.367 votos.
Es así que, de los más de tres millones de habitantes de Quito, el 25,22 % de los empadronados confiaron en él, en su plan de trabajo o simplemente le apostaron porque a criterio de unos “era el que menos rabo de paja tenía”.
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Leer másEste Diario recogió los criterios ciudadanos, desde diferentes puntos, para conocer las expectativas que tienen sobre este resultado electoral que, a algunos tomó por sorpresa.
Cecilia López viajó desde Guayaquil para cumplir con su derecho al voto. Pese a que no vive en Quito desde hace un par de años, guarda interés por el destino de la ciudad que la vio nacer.
“Espero que Dios nos ayude y que esto no sea un nuevo error, porque las manos en que caímos son tremendas. Ojalá, por el bien de Quito, el nuevo alcalde cumpla lo que ofreció, pese a que no vivimos de los políticos sí necesitamos que al menos la seguridad nos sea devuelta”, añadió la mujer.
Anita Robalino fue más enfática con su postura. Ella vive en el barrio Santa Anita 1, sur de Quito. Los robos a mano armada, las ventas ambulantes, el consumo de droga y la falta de un buen servicio de transporte público son conflictos que sortea a diario esta moradora.
La esperanza que guarda en la gestión de Muñoz es casi nula y pese a que aún no ha empezado su mandato, alega que es dudoso que pueda hacer algo por Quito.
“Deseo que la ciudad y el país salgan adelante. Espero que algo pueda hacer, aunque esto solo deja en evidencia que no aprendemos las lecciones y volvemos a elegir a los que ya nos robaron. Por el bien de Quito, ojalá cumpla todo lo que ofreció, porque los políticos ya no gozan de credibilidad”.
Daniel Guaylla concuerda con Robalino en la falta de credibilidad política que existe en la ciudad. A él le es indiferente quién asuma el poder. “Todos entran a hacer lo mismo: nada. Algunos a llevarse más que el anterior. La verdad yo no espero nada del nuevo alcalde, porque todo se les va en promesas de campaña y a la hora de la hora no regresan por estos barrios y se olvidan de la gente. Las votaciones, los planes de trabajo que entregan al CNE son meros formulismos. Jamás han sido garantía de cumplimiento y cambio”, acotó el comerciante.
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Leer másLa incertidumbre también se apoderó de algunos comerciantes ambulantes, quienes pese a tener permisos de funcionamiento, temen ser reubicados en otros espacios, a donde la clientela no les llegue.
María Toapanta vende frutas y verduras en una de las aceras de Barrio Nuevo, al sur. Obtuvo su licencia como comerciante en 2011 y tras conocer que Muñoz será el nuevo timonel de la capital teme por una posible remoción del espacio asignado.
“Se ha escuchado que va a regularizar al comercio, pero espero que nos deje trabajar en paz y no busque meternos en mercados o plazas porque hasta allá no va la gente. Yo no voté por él, pero sí espero que cumpla lo que dijo, sino tocará sacarle del cargo”, señaló.
Nelly Alquinga, otra comerciante de comida, desde hace más de cinco décadas, se muestra escéptica ante el nuevo rumbo que tomará la ciudad. En esta ocasión ejerció su derecho al voto con conciencia de causa, previo a una revisión de los planes de trabajo de los candidatos, contó.
Según la mujer, solo uno no tenía un pasado comprometedor, pero lamentablemente no llegó al sillón municipal.
“Todos tienen rabo de paja y eso es lo penoso. Espero que llegue a hacer obra y cumpla lo ofrecido porque se necesita hacer bastante”.
En Pichincha el escrutinio de actas alcanza 68 %
Leer másPero también se encontró a aquellos ciudadanos que tienen un adarme de esperanza y aspiran ver la transformación de su ciudad, en los aspectos básicos, al menos.
Eloisa Rivadeneira vive en la Quito Sur y sin reparos contó que con su voto contribuyó en este resultado, pero aclara que no es partidaria de la línea del expresidente Rafael Correa.
“No comulgo con el correísmo, pero voté por Muñoz porque me pareció el más centrado de los candidatos. Tengo mucha fe en que va a solventar los líos en los que está hundido Quito. La inseguridad es el principal aspecto a tratar y si al cabo de un tiempo hay que protestar por la falta de cumplimiento de obras, también me sumaré a esos procesos. La ciudad no puede seguir abandonada. Ya estamos cansados”, sentenció.
Jorge Vaca, propietario de una ferretería, en cambio espera que en el manejo de la administración de la ciudad se depongan las banderas políticas y se genere consensos para poder gobernar Quito.
“Espero que solvente tantos malestares que tenemos y demos un giro de 180 grados. Tiene que trabajar en beneficio de la ciudad. El pasionismo partidista debe quedar en segundo lugar y los concejales electos tienen que ayudar a que se dé paso a las ordenanzas o lo que promueva el nuevo alcalde, sino va a quedar en nada. Los ciudadanos también tenemos que colaborar para recuperar la seguridad”, finalizó.
Pese a que los capitalinos se muestran incrédulos, quemeimportistas y otros aferrados a la esperanza de cambio, todos buscan el bienestar y paz, ya que el destino de Quito fue marcado el pasado domingo 5 de febrero.