La escopolamina merodea discotecas y universidades
Jóvenes han sido víctimas en horas de la madrugada La zona Eugenio Espejo (centro-norte) registra el mayor número de casos Se pide tener precaución.
“Aparecí al siguiente día con la cabeza rota, golpes en mi cuerpo y sin mis pertenencias”. Es lo primero que cuenta ‘Alberto’ al consultarle sobre el robo que sufrió hace unos meses bajo los efectos de la escopolamina. El joven, de 31 años, cuenta a este Diario que tras salir de una fiesta en una discoteca, en el norte de la ciudad, tomó un taxi amarillo para dirigirse a su domicilio y avanzó unas cuadras. De ahí no recuerda más nada.
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Leer más“No había tomado, estaba bien. El taxista me hizo conversa y de ahí en adelante no tengo claro qué ocurrió. Al siguiente día he llegado a mi departamento, pero inconsciente de lo que hacía. Voy a mi trabajo y por el estado en el que me ven llegar mis compañeros me llevan al médico y determinan que había sido escopolaminado”, narra.
Esta modalidad (que no es nueva en la ciudad) vuelve a ser usada por delincuentes para cometer sus fechorías. Se está registrando en los lugares de diversión nocturna (bares, karaokes y discotecas), locales comerciales y hasta en el sistema de transporte público. Como le ocurrió a Víctor Hugo Moscoso.
“Tomé el bus en la Naciones Unidas y Amazonas (norte) al mediodía, hace unos meses. Iba vacía la unidad. Más adelante, antes de llegar a la Shyris, se suben cinco personas y todas se sientan cerca de mí. Una chica en el asiento de adelante saca una hoja y se la muestra a una señora que estaba a mi lado y desde ahí me comencé a sentir mal”, dice Víctor. Su parada estaba cerca y logró bajarse, pero con mareo y ganas de vomitar.
Fue atendido por un médico y se hizo exámenes que confirmaron que había sido drogado. “Gracias a Dios mi trayecto fue corto y me bajé más adelante, porque si iba más tiempo de seguro me asaltan y hasta me bajan del bus, y yo todo inconsciente”, añade.
EXPRESO conversó con el teniente coronel Jairo Barrera, jefe de la Policía Judicial del Distrito Metropolitano de Quito, quien reveló que en lo que va del 2022 se han registrado 136 denuncias de robos bajo los posibles efectos de la escopolamina.
“La zona donde más casos se han registrado es la Eugenio Espejo, la parte céntrica de la zona rosa, donde hay concurrencia de personas por bares y discotecas. El 80 % de casos corresponden a hombres y el 20 % a mujeres”, detalló el titular de la PJ del DMQ.
Según datos de la institución policial, de las 136 denuncias, 99 fueron por robo a personas y 21 por robos a vehículos. Y la franja horaria preferida por los hampones es la madrugada.
Hace unos días saltó la alarma de un caso en los alrededores de la zona de las universidades. El jefe de la Policía Judicial aclaró que se trató de un posible caso, pero que aun así ya están tomando acciones preventivas para evitar que se comiencen a registrar casos con alumnos a la salida de los centros de estudios.
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Leer más“Es recomendable que nadie acepte nada de desconocidos. No separarse de los grupos de amigos. Evitar degustaciones de bebidas en las noches y tener mucho cuidado con las personas que se acercan a pedir ayuda, porque sacan papeles donde tienen el polvo”, aconsejó Barrera.
A ‘Toño’ también lo escopolaminaron. El joven de 24 años recuerda que ocurrió en la zona de la Foch, en un bar donde estaba con una amiga. Asegura que no había tomado más de dos cervezas, que fue al baño y hasta ahí recuerda. “Amanecí tirado afuera de la Basílica. No sé cómo llegué hasta allá. Me robaron hasta los zapatos. Me llevaron al médico y dijeron que me habían drogado con escopolamina. Los estragos me duraron como una semana”.
A este Diario llegó información de que en bares y discotecas que se ubican por la zona de la avenida República, Wympher, Orellana, 6 de Diciembre, se han registrado recientes casos de jóvenes que han tomado taxis y han resultado drogados y asaltados. Comentaron que en algunos locales incluso han colocado letreros para que los clientes tengan precaución y eviten ser escopolaminados.