Fiestas de Quito: La ciudad enfrenta el reto de ser nuevamente el referente del país
Un exalcalde señala que la ciudad dejó de ser un modelo a seguir, desde lo cultural hasta lo administrativo
Quito celebra este 6 de diciembre 490 años de fundación, marcada por una crisis no solo energética sino también hídrica, por una fuerte sequía que ha provocado racionamientos de agua que afectan al 5,6 % de población; y el panorama es poco alentador.
En una entrevista, el alcalde Pabel Muñoz mencionó que los cortes seguirán, al menos mientras no se den precipitaciones. Uno de los sistemas más afectados es el Pita-Puengasí, que carece de embalse y depende exclusivamente del agua que llega al río, el cual no ha recibido lluvias por más de 40 días.
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Leer másEse escenario muestra una clara realidad: la dependencia de recursos que son limitados. En ese sentido, uno de los desafíos que enfrenta la ciudad para los próximos años es generar alternativas que garanticen, al menos, los servicios básicos. “La situación climática compleja que vivimos hoy, el próximo año será peor y en dos años aún más”, pronostica el concejal Andrés Campaña.
Para el edil, la capital carece de una visión a futuro que sea coherente con los retos que se aproximan. Por ello destaca la importancia de trabajar en una ciudad resiliente al cambio climático. “Si tenemos déficit de energía eléctrica, tenemos que ver cómo la generamos”, recalca.
Campaña señala que Quito es privilegiada por su ubicación y, al caer los rayos de sol perpendicularmente, es más que factible desarrollar energías alternativas.
En lo que respecta al agua, sostiene que es necesario tomar medidas a corto y largo plazo, como construir embalses en los sistemas que no cuentan con uno, además de prever otros sistemas de almacenamiento de agua y proteger los actuales, para que “a futuro no seamos una ciudad sin agua ni luz”.
Una ciudad con poco control
Pero la crisis climática es solo uno de los tantos retos que enfrentará la ciudad de cara a cumplir 500 años de fundación. “Lastimosamente, Quito dejó de ser un referente de administración, de control, de arte, de cultura”, dice el exalcalde Paco Moncayo, quien estuvo al frente de la ciudad en dos períodos, desde el 2000 al 2009.
Uno de los logros que más resalta de su administración es el cambio radical del Centro Histórico, que estaba tomado por el comercio informal. En aquella época caminar por sectores como El Tejar era prácticamente imposible, debido a que los vendedores ocupaban las aceras y hasta las vías. “Reorganizar el comercio informal era algo que parecía imposible, pero lo conseguimos con voluntad”, afirma.
Sin embargo, recuerda que apenas terminó su periodo se entregaron miles de credenciales y las calles nuevamente se llenaron de vendedores ambulantes. Para Moncayo, ahora la capital luce desordenada, sin control e insegura.
Otro problema que menciona, y que causa que la capital no avance, es que cada administración que llega “quiere reinventar la ciudad o crea un nuevo plan estratégico”, lo que implica un gasto de recursos y de tiempo.
Moncayo indica que se debería tomar lo positivo de cada alcaldía, revisar lo que ya se tiene, hacer las correcciones necesarias y una buena planificación. Así la capital se encaminará de manera sólida en la siguiente década. Además de buscar un gran acuerdo para diseñar el modelo de ciudad que los quiteños requieren.
Fabricio Villamar, exconcejal y coordinador del proyecto Quito Capital, coincide con el exalcalde en que la ciudad dejó de ser un referente nacional, incluso a nivel regional, en ámbitos que pasan desde lo cultural hasta lo administrativo.
Más desempleo
También le preocupa que la capital, al ser una de las ciudades que sostienen la economía del país, hoy por hoy tenga la tasa más alta de desempleo, con 8,2 % en el segundo trimestre de 2024, cuando el año pasado se ubicaba en 7,8 %. También, menos quiteños cuentan con empleo adecuado: la cifra se ubica en 56,9 % frente al 53,7 % de 2023.
Con esos indicadores, Villamar considera que una de las prioridades para los años venideros es recuperar la capacidad de desarrollo económico y productiva, generando fuentes de empleo que se vayan adaptando a los cambios que requiere la ciudad.
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Leer másPara el exconcejal, la tendencia política que los últimos años ha estado al frente de Quito también influyó en la debacle. “En administraciones pasadas se pensó que Quito era el patio de atrás de Carondelet, un ministerio más, cuando siempre ha sido independiente del Gobierno”, subraya. Esto afectó las capacidades que le corresponden como capital de ser sede administrativa y diplomática.
Por ello, para Villamar es indispensable, en el corto plazo, que las administraciones se deslinden de banderas políticas y trabajen para atender las necesidades de los y las ciudadanos, y también apunta a un mayor grado de desconcentración del Estado, para lo cual es necesario debatir el Estatuto Autonómico, con el que se podrá asumir competencias propias y tener una mayor autonomía de gestión.
“Eso requiere de un respaldo público porque creo que rebasa al Municipio y desde hace años se ha desviado el tema. Debe hacerse desde un gran acuerdo en la sociedad civil”, finaliza.
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