No hay trabajo para tantos vendedores
Un mes después de los operativos para retirar del centro a los informales, todavía hace falta claridad sobre el plan municipal. No hay oportunidades ni dónde reubicarlos
Una “recuperación del espacio público” es lo que propuso el alcalde Santiago Guarderas para un Quito que observa una gran cantidad de comerciantes ambulantes. Regularizados o no regularizados, es difícil de discernir.
Hasta inicios de octubre de este año la Agencia de Coordinación Distrital de Comercio (ACDC) de Quito no tenía cifras de cuántos comerciantes debía reubicar, solamente tenía claro que los quería fuera del Centro Histórico.
Los operativos de control se han incrementado y extendido a otras zonas, aunque los comerciantes autónomos han expresado su protesta en marchas que se oponen a los esfuerzos municipales, pero que no han tenido eco. Guarderas no da su brazo a torcer, pero sus dependencias tampoco tienen soluciones concretas.
El problema va más allá de la imagen de Quito frente al turismo (como lo quiso vender el alcalde) o de la intranquilidad o inseguridad que según algunos ciudadanos traen los informales. El condumio del asunto se traslada a una falta de oportunidades.
“No es cuestión de decir ‘vamos a despejar el sector’. Es cuestión de entender el desempleo y los índices de subempleo que está viviendo Quito y brindarles alternativas de reubicación reales a los señores comerciantes para que puedan realizar sus actividades con dignidad”, cuestiona el concejal Fernando Morales.
Pero el panorama es distinto cuando se examinan las cifras duras, aunque preliminares. Según un sondeo efectuado en octubre, la Coordinación Distrital de Comercio de Quito estima que hay al menos 30.000 comerciantes autónomos no regularizados en el perímetro del Distrito Metropolitano de Quito. “El dato certero todavía lo están levantando con la ayuda de una consultora”, recalcó.
Sin embargo, la preocupación surge cuando Edison Carrillo, quien está a la cabeza de esta dependencia, afirma que antes de la pandemia había 186 puestos libres en todos los mercados, hoy hay 686 puestos desocupados en los 54 mercados de la capital y otros en centros comerciales populares y ferias que no suman más de 1.000.
¿Dónde irá a parar tanta gente que necesita un puesto de trabajo?
Carrillo esquiva la pregunta y dice que la culpa es de la administración anterior, pero que la administración a la que representa sí dará la cara. “Estamos buscando las alternativas”.
La autoridad afirma que ha habido progreso, pero solo en el Centro Histórico. Allí encuestaron a 356 comerciantes, de los cuales 112 afirmaron que están dispuestos a regularizarse, mientras que el resto no responde o no lo desea. Esto sucedió el mes pasado, y no ha habido más que una expresión de voluntad.
El Municipio planea utilizar cuatro lugares para acomodar a los vendedores: la plataforma Primero de Mayo, el bulevar 24 de Mayo, un predio en el sector de La Marín (que necesita que se completen gestiones administrativas antes de ser utilizado) y el Centro Comercial La Merced. Según Carrillo se han hecho adecuaciones en este último lugar. No obstante, EXPRESO hizo un recorrido en octubre y nuevamente el pasado jueves, y pudo constatar que el estado del lugar es el mismo, con poca iluminación en la planta baja, suciedad en los pisos y una segunda plata donde abren solo dos locales.
Cabildo quiere reactivar el centro sin ventas en las calles
Leer másSegún el Instituto Nacional de Estadística y Censos, Quito es la ciudad donde se concentra el desempleo, con un 11,5 % según el último reporte disponible a septiembre de 2021. “Nosotros lo único que pedimos es que se nos deje trabajar”, dice José Chiluiza, otro comerciante.
Las aristas de una necesidad
Una situación compleja para los mercados
“Las ventas están muy bajas”, cuenta Piedad Mulio, quien atiende desde hace 40 años en el puesto 70 del mercado San Francisco. “Cada día se va más gente”, dice mientras señala un área donde hay unos siete cubículos desocupados. “La gente viene, pone plata, fracasa y les toca irse”.
La situación es similar en el Centro Comercial La Merced, donde Clara Almache tiene su local. Cuenta que hace 15 años (cuando se vendían discos compactos) este lugar estaba repleto de gente, sin embargo pronto los vendedores fueron saliendo del lugar y ahora las visitas de la gente son escasas.
Según Edison Carrillo, director de la Coordinación Distrital de Comercio, la situación se agravó durante la pandemia, cuando “las tiendas y los centros comerciales podían vender, mientras que los mercados seguían cerrados”. Esto hizo que la gente de los mercados salga de allí y ocupe otros espacios alrededor.
Mulio agrega que siente una competencia desleal por parte de los comerciantes que venden a las afueras y afirma que la gente es “cómoda”, les compra a quienes venden afuera y ya no entra al mercado.
“Si tengo un mercado, por más música, por más banda que yo le ponga, si no está lleno de productos, es en vano la reactivación que estamos haciendo”, concluye Carrillo.