Incendios, un riesgo palpable en los mercados de la capital

Luego del incendio del mercado Mayorista, la lupa ha caído sobre el resto de los centros de abasto de la capital. EXPRESO realizó un recorrido por los principales mercados para constatar si sus infraestructuras están listas para prevenir un incendio.

Gina Carrión, tesorera de la asociación Chiriyacu, del mercado del mismo nombre, explicó que los 400 socios se han organizado para dar mantenimiento a sus puestos de trabajo, así como para adquirir extintores grandes. “En el patio de comidas todos tienen un extintor pequeño. No queremos que haya alguna desgracia”, dijo.

Sin embargo, a pesar de ello existe el temor de que el medidor que aún alimenta a la mitad del mercado pueda ocasionar un cortocircuito y por consecuencia un incendio. “El 50 % de los puestos ya tienen medidor propio, pero aún faltan”. La directiva ha hecho un pedido a la Empresa Eléctrica y al Municipio de Quito, pero las respuestas son lentas.

Del cuarto de donde aún funciona el medidor -de 60 años- salen cables desperdigados, conexiones que no se sabe si son seguras y que por la antigüedad los comerciantes prefieren no acercarse.

Las asociaciones en los mercados se han convertido en la balsa frente a las necesidades de los centros de abasto. En Santa Clara, otro mercado tradicional, las cosas se han conseguido con autogestión, pues los 244 socios aportan 4 dólares semanales para el mantenimiento de la infraestructura, guardianía y servicios básicos. “El presupuesto del Municipio no alcanza, pero igual nos organizamos”, comentó Silvana Carrión, secretaria de la directiva del sitio.

En San Roque, el más grande de la capital, la tónica es parecida. Los avances se han logrado con los aportes de los comerciantes. Aquí 3 dólares semanales se destinan también a guardianía, reparaciones, recarga de extintores, pintura. “El alcalde ha venido y ha dicho que va a regenerar todo el barrio, pero seguimos esperando, dijo Mónica Villegas, representante de la Asociación Nuevo San Roque, que agrupa a 500 comerciantes. Aunque en total en el centro de abastos existen aproximadamente 2.500 socios.

Lo mismo sucede en el mercado de Iñaquito, donde Washington Mora, uno de sus dirigentes, indicó que las capacitaciones contra incendios y las recargas corren por su cuenta. “Hemos pedido al menos que nos den talleres al Municipio, sin éxito”.

Esta realidad la confirma Rommel Rosero, titular de la Agencia Distrital de Comercio, entidad que tiene la competencia de los centros de abastos. El funcionario indicó que los planes de contingencia para los mercados no han sido actualizados desde 2017, y que se harán este año. A partir de este mes también se empezará a preparar a los brigadistas en temas de prevención, norma obligatoria desde hace varios años.

La entidad sigue una lista de recomendaciones hechas por el Cuerpo de Bomberos de Quito y que se trabajaron junto a la academia, pero las trabas para la implementación, explicó, han sido presupuestarias.

Y esto es aparentemente en mercados como el de Calderón, pues el centro de abastos no tiene sistema alguno para enfrentarse a las llamas.

“Tenemos miedo de que nos suceda lo mismo que en el Mayorista. De nosotros depende que no suceda porque no hay fondos del Municipio”, dijo John Mora, dirigente del sitio.

Otra de las recomendaciones del Cuerpo de Bomberos fue que los patios de comidas de estos lugares tengan gas centralizado, pero en ninguno se ha logrado esto, por falta de presupuesto.