Quito: La inclusión de personas con discapacidad en la movilidad, un tema pendiente
Calles estrechas, obstáculos y la falta de pasos cebra complican la movilidad de las personas con discapacidad
Siete minutos. Ese fue el tiempo que le tomó a Lidia Vaca cruzar la calle Flores, en el Centro Histórico de Quito. La septuagenaria utiliza un bastón para movilizarse. En ese tramo de la vía hay un cruce cebra, pero pese a que los conductores deberían detenerse y dar paso a los peatones, esto no sucede.
“Siempre que salgo tengo que pedir ayuda para cruzar. Es un riesgo que tomo todos los días”, asegura.
A igual que ella, cientos de personas con discapacidad y con movilidad reducida se enfrentan a diario a las grandes dificultades de movilizarse por la capital, donde la inclusión todavía es un tema pendiente.
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Leer más“Las aceras, que son las vías que conectan la ciudad para los peatones, no cumplen con la normativa INEN 2241 (que incluye lineamientos del diseño de aceras). Esto convierte a la ciudad en un laberinto, sobre todo para las personas con discapacidad”, comenta Anita Rendón, especialista en accesibilidad y en diseño universal.
Según un estudio de Accesibilidad LAB, en el que esta es consultora, tres de cada diez aceras son altamente inaccesibles para las personas con movilidad reducida.
Los desniveles y la estrechez en las vías son algunos de los problemas principales, pero no los únicos, como señala Belén Caranco, autora del estudio ‘Discapacidad en la urbanidad’.
“Todo espacio público y privado debería tener escritura braille, facilitar la movilidad, capacitar en lenguaje de señas, pero no hay la voluntad para invertir”, lamenta.
En busca de acciones jurídicas
Sin embargo, para tres colectivos que asisten a personas con discapacidad, asumir las falencias en la inclusión y vivir con ellas ya no es una opción.
Dayana Brito, directora de Futuros con Corazón, explica que busca impulsar una acción jurídica que obligue al Cabildo a intervenir en las áreas inmediatas a las casas de la salud.
“La situación en los alrededores del Hospital Baca Ortiz y del Metropolitano es muy complicada y simplemente no hay soluciones”, alerta.
Con ella concuerda Gabriela Condo, directora de la Fundación Ángeles por el Cambio, quien asegura que el 33 % de las personas con discapacidad han sufrido lesiones al intentar movilizarse en la capital.
Ella agrega que la fundación también planea medidas contra el Cabildo, frente a la falta de implementación de rampas y elevadores en el sistema de transporte público, especialmente en los buses y estaciones.
Estrechez
En varios sectores de la ciudad, entre ellos el Centro Histórico, las calles son estrechas, lo que dificulta el paso de personas con movilidad reducida. La situación obliga a los peatones a caminar sobre la calzada y exponerse al paso de los vehículos. En otras zonas, el desnivel de las aceras supone un riesgo para los transeúntes, provocando caídas y otros accidentes, señalan expertos.
Vialidad
La falta de semáforos en ciertas vías impide el cruce de los peatones; mientras que en otras, la falta de control y de sanciones hace que los conductores no respeten los pasos cebra e impidan el paso. En zonas escolares donde existe este problema, los propios centros educativos han contratado personal para detener el tránsito a la hora de ingreso y de salida de sus estudiantes.
Obstáculos
Vallas, postes y montículos sobre las aceras son otra dificultad, sobre todo para las personas en silla de ruedas y no videntes. “Para tener una ciudad accesible y justa se deben retirar estos obstáculos. Por ejemplo, las trabas principales para las personas en silla de ruedas son las tapas del alcantarillado mal colocadas, los postes y este tipo de trabas en la infraestructura”, indica Anita Rendón.
Un proyecto de ordenanza aguarda su turno
En 2021, la concejala Analía Ledesma propuso el proyecto de ordenanza ‘Protección de derechos de las personas con discapacidad del Distrito Metropolitano de Quito - Ciudad Inclusiva’, cuyo fin era “garantizar una ciudad con igualdad de oportunidades, accesibilidad universal a servicios y que promueva prácticas de acción afirmativa, concientización de realidades y prevenga la discriminación”.
Esta contaba con políticas, planes, programas y proyectos de atención e integración destinados a facilitar la habitabilidad de la urbe para las personas con discapacidad, lo que incluía la construcción o modificación de toda obra pública o privada para garantizar que los diseños guarden relación con las normas técnicas emitidas por el Servicio Ecuatoriano de Normalización (INEN) sobre la accesibilidad de las personas con discapacidad, la accesibilidad a las estaciones, paradas y unidades de transporte público, la colocación de señalética adecuada en el espacio público, entre otras normas.
Hasta 2023, el proyecto llegó a la etapa de socialización y mesas de trabajo con la sociedad civil, tras lo cual quedó represado.
A inicios de diciembre, la propuesta se retomó con los aportes de la concejala Joselyn Mayorga, y ahora aguarda su turno ante el Concejo Metropolitano.
“Hemos hecho un trabajo conjunto para llegar a una ciudad más inclusiva, un Quito más inclusivo, un Quito más amigable y más justo para sus ciudadanos”, plantea Ledesma.
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