Informales en Carapungo: entre el clima y controles
Cerca de un nuevo centro comercial instalan sus negocios. La vereda es angosta y en horas pico provocan incomodidad. Se niegan a ir a otro sector.
Desde adornos para el hogar hasta prendas de vestir. Desde hace dos años, veredas aledañas al redondel del intercambiador de Carapungo se han convertido en el sitio ideal para pequeños comerciantes autónomos de la capital. La razón: el afluente de personas que por allí transita para ingresar o salir del centro comercial que fue inaugurado en 2019.
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Leer másEn dos tramos, la distancia entre la vereda y la calle es un poco más de un metro, allí los vendedores y vendedoras tienden un plástico para poner encima sus productos, “porque es una zona rentable”.
Ángel Prado cuenta que antes se ubicaba con su negocio de accesorios para mascotas en la avenida Amazonas y Naciones Unidas, pero por los controles le tocó salir de ese sector. “Este año los metropolitanos nos dejaron trabajar un poco más tranquilos, porque llegamos a un trato para no dejar meter a más comerciantes”, dice.
En un inicio el grupo de vendedores no regularizados no superaba los 50. Sin embargo, desde la Navidad de 2021, con la liberación de las restricciones por la COVID-19 y el incremento de visitas al centro comercial, el número de vendedores aumentó a unos 100.
Habría que dejarles trabajar, porque en tiempo de pandemia se ha perdido mucho. Aparte nos favorecen porque son precios más cómodos para nuestro bolsillo.
María Maldonado es nueva en esta acera, ella vende prendas de vestir para hombres y mujeres, manifestó que llegó al sitio por un cuñado que le recomendó que era un buen lugar para el comercio. También migró desde el casco comercial de Quito.
“Cuando fue Navidad y fin de año sí causamos un poco de congestión, porque la gente se paraba a comprar”, reconoce Rodrigo Pinedo, un comerciante de artículos para el hogar que en “días buenos” logra vender hasta 40 dólares en productos. Aunque no se han registrado accidentes hasta ahora, en días de mucha concurrencia los usuarios que caminan hasta el Portal Shopping deben sortear sus pasos entre los autos y el comercio informal.
Mi cuñado me dijo que aquí no molestaban mucho los metropolitanos y por eso vine a probar suerte. En los espacios que nos ofrece el Municipio no siempre se venden los productos.
Desde la Agencia de Coordinación Distrital del Comercio se aclara que no son “vendedores informales”, sino “vendedores no regularizados”, porque no han cumplido el proceso para obtener la respectiva autorización de trabajo. En el caso particular de Carapungo, el sector está considerado como una “zona roja por la proliferación de comerciantes autónomos, debido a la pandemia y falta de empleo”, según contó a EXPRESO el coordinador distrital Édison Carrillo.
Para erradicar estos escenarios, se están creando corredores comerciales, pero los vendedores se niegan, porque “son zonas donde no se vende nada”, dice Juan Chimbo.
Este año los metropolitanos nos dejaron trabajar un poco más tranquilos, porque llegamos a un trato para no dejar meter a más comerciantes, hemos tratado pero ahora hay más.
A más de la irregularidad y el temor por operativos donde puedan perder sus mercancías, los comerciantes de este sector de Carapungo deben sortear su día con el clima. “El paraguas no solo es por la lluvia, sino por el inclemente sol”, dice a este Diario una vendedora. En días de precipitaciones no salen o se trasladan a puntos estratégicos en el centro del Distrito Metropolitano.
Dos barrios del norte, en conflicto por las rejas
Leer másDe acuerdo a datos proporcionados por la Agencia Metropolitana de Control, en lo que va del 2022 en la Administración Zonal de Calderón se han emitido 15 actos de inicios por realizar actividades económicas en el espacio público sin contar con el permiso municipal (se sanciona con el 50 %de un Salario Básico) y 12 por uso indebido del espacio público.