Inversión en el Metro genera debate: ¿son prioritarios los estudios de ampliación?
Ediles proponen destinar fondos a otras necesidades de Quito. El objetivo es dejar listo el proyecto de ampliación
La ampliación de la primera línea del metro de Quito ha surgido como uno de los proyectos ambiciosos de la actual administración municipal, liderada por el alcalde Pabel Muñoz. Durante su intervención en la sesión del Concejo del pasado 8 de octubre, el alcalde anunció que el Municipio financiará con fondos propios los estudios definitivos que determinarán el costo real para extender la línea desde la estación Labrador hasta el sector de La Ofelia, en el norte de la ciudad.
“Esta administración dará los pasos necesarios para que el metro llegue hasta La Ofelia, con la pretensión de alcanzar Calderón”, afirmó Muñoz, subrayando la importancia estratégica de la ampliación.
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¿En qué consisten los estudios?
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Leer másEl alcalde enfatizó que estos estudios son fundamentales para calcular con precisión el costo de la obra, que en estimaciones preliminares varía entre 500 y 540 millones de dólares. Aunque estas cifras son aproximadas, Muñoz insistió en que los estudios definitivos proporcionarán una visión clara sobre la viabilidad financiera del proyecto, lo que permitirá planificarlo correctamente.
Sin embargo, esta ambiciosa iniciativa ha generado críticas dentro del Concejo Metropolitano. Varios concejales han expresado sus preocupaciones sobre los problemas actuales de la primera línea del metro, que fue inaugurada el 1 de diciembre de 2023 y conecta Quitumbe (sur) con el Labrador (norte).
La edil Analía Ledesma se refirió a la importancia de garantizar la sostenibilidad del sistema antes de embarcarse en su ampliación. “Con 150 mil viajes diarios, estamos lejos de los 400 mil que se necesitan para que el metro sea autosuficiente”, advirtió Ledesma. Además, sugirió que cualquier expansión del metro debe ir acompañada de mejoras en las rutas y frecuencias del transporte público, y no descartó la posibilidad de explorar opciones más económicas, como un sistema de transporte aéreo, cuyo costo sería menor.
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Analía Ledesma
Otro tema que genera inquietud es el posible sobrecosto de la ampliación. Ledesma recordó que la construcción de la primera línea superó los 2.200 millones de dólares, excediendo significativamente el presupuesto inicial. “No podemos seguir endeudándonos cuando aún estamos luchando por cubrir la deuda de la primera línea”, dijo e instó a la administración a ser cautelosa en la planificación de esta nueva obra.
Andrés Campaña también intervino en el debate, destacando que ya existen estudios previos elaborados por Metro de Madrid antes de la construcción de la línea 1, los cuales consideraron la posibilidad de una futura extensión hacia La Ofelia.
La falta de integración de rutas y frecuencias, tema pendiente
“Esos estudios indicaban que si había fondos, se podía construir hasta La Ofelia, pero si no, debería finalizar en el Labrador, como finalmente se hizo”, recordó. Pese a ello, el edil expresó su preocupación por los problemas no resueltos de la línea actual, como la falta de contratos de mantenimiento, especialmente en el sistema energético, clave para el funcionamiento.
Andrés Campaña
La falta de integración con otros sistemas de transporte público es otro de los puntos críticos señalados por Campaña. Aunque reconoció que la administración actual ha avanzado en algunos aspectos, indicó que la conexión eficiente con otras rutas sigue siendo un obstáculo importante que debe resolverse antes de plantear una ampliación.
En esa línea, el concejal Wilson Merino aportó una perspectiva diferente, sugiriendo que el alcalde debería presentar un plan de inversiones plurianual para que Quito pueda priorizar sus necesidades. “La ciudad enfrenta muchas urgencias, como el tratamiento de aguas residuales, la crisis energética y los altos niveles de mendicidad y desnutrición”, mencionó Merino, quien también cuestionó la rentabilidad del proyecto del metro.
Propuso, en cambio, alternativas como el sistema BRT (Bus Rapid Transit), que con un costo estimado de 80 millones de dólares sería una opción más viable y menos costosa para mejorar la movilidad en Quito.
Merino fue tajante al señalar que las decisiones de inversión del Municipio deben ser transparentes y enfocarse en las verdaderas necesidades de la ciudad, en lugar de proyectos de alto impacto político. “El alcalde retiró 80 millones del presupuesto al eje de movilidad, social, salud y ambiente, para destinar al pago de la deuda y a bonos de inversión para el próximo periodo, pensando en la extensión del metro, pero sacrifica los intereses de la ciudad”, concluyó Merino.
Wilson Merino
Por su parte, el concejal Fidel Chamba cuestionó que, a pesar del anuncio del alcalde, los fondos para ejecutar los estudios de la ampliación aún no están asignados en el presupuesto de 2025, según la Secretaría de Planificación. Agregó que el contrato con la empresa Acciona, encargada de la construcción de la primera línea, todavía no ha sido cerrado oficialmente, lo que complica aún más la situación. “Es necesario que se aclare cuántos pasajeros se necesita para ser rentable y que se resuelvan estos temas, antes de pensar en una expansión”.
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