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Casualidad. Un hombre se encontró con un allegado y aprovechó el trancón.ANGELO CHAMBA

Una lista de remedios al caótico tráfico quiteño

Expertos en movilidad concuerdan en que un buen transporte público ayudará El 85 % de la vía lo ocupan carros privados

La congestión vehicular que enfrenta Quito, todos los días, es uno de los mayores dilemas y retos no resueltos por las autoridades de turno, que hunde a la ciudad en un profundo caos.

Hoy, ante la conmemoración de los 488 años de fundación de la capital, EXPRESO consultó con expertos, exalcaldes, exfuncionarios y consultores sobre las posibles soluciones, alternativas y oportunidades que tiene esta ciudad para hacer a un lado los congestionamientos viales.

Fernando de la Torre, exsecretario de Movilidad, compara esta dificultad con una enfermedad terminal. Para él, esta tiene la capacidad de estrangular, asfixiar e incluso deteriorar la calidad de vida de los ciudadanos. “Todos los esfuerzos convencionales que puedan plantearse podrían caer en desuso e incluso tornarse inútiles ante la compleja situación de la ciudad. El tráfico parece tener inmunidad, porque no se desvanece”.

Estudios realizados recientemente por la Agencia Metropolitana de Tránsito y dos universidades particulares (San Francisco y Tecnológica Equinoccial) dieron a conocer que en todo el Distrito Metropolitano circulan cerca de medio millón de vehículos particulares. De estos, considerando que la población actual de Quito se aproxima a los tres millones de habitantes, solo el 26 % se desplaza en vehículos particulares, pero ocupan el 85 % del espacio público. En cambio, el 74 % restante de la población (2’125.539) está destinado a usar transporte público.

“La mayoría de usuarios se sofocan dentro de unidades de transporte abarrotadas, compartiendo la lentitud del tráfico. Se exponen a caminar en aceras minúsculas llenas de obstáculos y vehículos mal estacionados, ciclovías blandas y desconectadas, y luchan en periferias que no disponen de transporte digno frecuente”, concluye De la Torre.

Pero el tiempo que invierten los habitantes en esas interminables filas de carros que a toda hora se forman en las calles de Quito, también fue determinado por Global Traffic Scorecard, empresa especializada en análisis de datos de movilidad alrededor del mundo. Según ellos, los capitalinos pasan hasta 63 horas anuales sumidos en la congestión vehicular. Este tiempo, en promedio representa 2,6 días perdidos.

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La carga más pesada se da de lunes a viernes. Los fines de semana el comportamiento cambia. En el norte, el flujo de carros se reduce un 10 % el sábado y un 60 % el domingo; mientras que en el sur el tráfico de los sábados es igual al de cualquier día laborable, aunque el domingo se reduce en un 26 %. En días feriados la carga vial aumenta en un 47 % a nivel general.

Paco Moncayo, exalcalde, opina que es un imperativo llevar a cabo una reestructuración en el sistema de movilidad, en la que la permanencia de la estrategia del pico y placa debería ser sometida a consideración. “La solución no pasa por ahí, sino por tener una transportación masiva que integre todo el territorio metropolitano. A eso hay que dedicarle todo el tiempo y toda la inversión. Solución con pico y placa o por un transporte individual no hay, pero pueden existir paliativos”, sostiene.

Para este año, el Concejo Metropolitano de Quito aprobó como presupuesto 516,57 millones de dólares solo para movilidad. Es decir, se otorgó el 62 % del total del presupuesto del Cabildo.

Para Fernando de la Torre, pese a que la solución a este problema requiere de tiempo, considera que lo inicial sería descartar la concepción de que el carro particular es la solución a todo.

“Se debe apuntar al uso del transporte colectivo. A su mejoramiento integral. A un replanteamiento de la distribución modal en el espacio público, que permita todas las facilidades para caminar y para desplazarse en bicicleta en trayectos cortos y medianos. A generar un sistema integrado de transporte colectivo municipal o estrictamente controlado por la autoridad, con un alto índice de responsabilidad. Es algo urgente”, plantea el exsecretario de Movilidad.

Desde el Observatorio de Movilidad, Cristóbal Buendía también se suma a los aportes e indica que han sido propuestos tres ejes para este conflicto.

Una de ellas es la mejor gestión del tráfico, a partir de la correcta coordinación entre el funcionamiento de los semáforos y los agentes de tránsito.

La segunda arista es la implementación de un sistema integrado de transporte con mayor fluidez, eficiencia y más económico.

Y el tercer eje corresponde a la planificación de la ciudad desde el ala municipal. “Se requieren respuestas urgentes en análisis de la situación actual y ejecución de soluciones para incentivar el uso del transporte público en lugar del privado, que es lo que evidentemente ocasiona la paralización vial”.